Gladis Sepúlveda y Élida Sifuente
Durante el invierno de 1976, Élida Noemí SIFUENTES tenía 21 años. Vivía con su familia en calle Juan XXIII al 1388 de la ciudad de Neuquén, y cursaba estudios de Servicio Social en la Universidad Nacional del Comahue.
Por su parte, Gladis SEPÚLVEDA tenía 24 años, era maestra de grado, y también cursaba la carrera de Servicio Social en la Universidad Nacional del Comahue. Allí se desempeñaba, además, como personal no docente. Vivía en Villegas 856 de la ciudad de Cipolletti, junto a sus padres y su abuela.
El 11 de junio de 1976, personal policial armado de la Comisaría de Cipolletti se presentó en el domicilio familiar buscando a la víctima SEPULVEDA. Tras el resultado negativo del operativo, la familia fue retenida, incomunicada e instada a proveer, bajo amenazas, la aparición de Gladis SEPULVEDA.
Las tareas de búsqueda se extendieron a otros lugares, como las instalaciones de la Escuela donde ella trabajaba.
Frente a esa situación, el 14 de junio Gladis SEPÚLVEDA se presentó en la Comisaría de Cipolletti, donde quedó inmediatamente detenida e incomunicada.
Luego, en esa dependencia policial fue sometida a un interrogatorio. Allí le comunicaron que la orden de detención emanaba del Comando V Cuerpo de Ejército.
El secuestro de Elida Noemí SIFUENTES se produce la madrugada del 12 de junio de 1976, en su domicilio. De allí fue sacada por un grupo de personas uniformadas y fuertemente armadas pertenecientes al Ejército Argentino y a la Policía de la Provincia de Neuquén, en el marco de un operativo conjunto. En dicho domicilio, la víctima se encontraba con su madre y su hermana. Producido el secuestro la víctima fue trasladada a una comisaría de la policía neuquina, ubicada en la calle Montevideo de aquella ciudad.
Ambas víctimas fueron trasladadas a la Unidad Penitenciaria nº 9 del Servicio Penitenciario Federal, ubicada en Neuquén. Élida SIFUENTES fue ingresada durante la madrugada posterior a su secuestro. En tanto que Gladis SEPULVEDA, lo fue el 15 de junio por la mañana.
El mismo 15 de junio, hacia la tarde/noche, ambas fueron retiradas de sus celdas y obligadas a realizar trámites de egreso.
Luego de ello fueron reunidas en el hall central de la penitenciaría con otros detenidos. Todos fueron trasladados, en grupo, al Aeropuerto de Neuquén, en un celular de la Policía de esa Provincia, a través de un operativo conjunto concretado en horas de la noche por efectivos del Ejército y de la Policía provincial, con custodia de vehículos y personal militar fuertemente armado.
El grupo de secuestrados fue embarcado en un avión por personal militar, momento en el cual les aplicaron todo tipo golpes, amenazas e insultos.
El vuelo los trasladó a la ciudad de Bahía Blanca. Tras el arribo a esta ciudad, las víctimas fueron trasladas en un camión y recluidas en un primer momento en un predio aislado. Luego de permanecer a la intemperie, expuestos a las inclemencias del tiempo, esposados unos con otros, todos fueron sometidos a interrogatorios bajo tormentos, utilizando la aplicación de corriente eléctrica sobre sus cuerpos.
Los interrogatorios se desarrollaban de manera individual, en una dependencia adyacente al lugar. Las víctimas expusieron las condiciones en que se llevaron a cabo los mismos: se encontraban desnudas, atadas por las extremidades a las esquinas de una cama metálica. El interrogatorio versaba en relación a distintos aspectos de su vida, a sus compañeros de estudio, convicciones políticas, bibliografía con la que estudiaban, etc.
Posteriormente las trasladaron en un vehículo, a través de un breve trayecto, e ingresaron al CCDyT “La Escuelita”, en donde permanecieron cautivas.
Durante su permanencia allí fueron mantenidas en una habitación en la que había cuchetas, siempre tabicadas, esposadas, junto a otras mujeres cautivas.
Al momento de ir al baño, eran llevadas por los guardias, quienes no les permitían retirarse las vendas y permanecían junto a ellas.
SIFUENTES al prestar declaración testimonial en la causa n° 982, relató sobre su paso por “La Escuelita” que “[p]ermanentemente nos insultaban y golpeaban. En un momento se acercó uno de los que nos estaban llevando. Yo tenía anillos de plata. Me dijo esto ya no te va a servir son para mi novia y me los sacó”. En otro pasaje de su declaración, contó: “en un momento me llevan a un lugar, siempre por la fuerza. Me preguntan por las compañeras. Me amenazan, me toquetean. No sé cuánto pasó. Después me volvieron a llevar. Me ataron a un lugar donde había otras mujeres” y que “en el momento que me interrogaban, me golpeaban y me manoseaban”.
Finalmente, el 25 de junio de 1976 las víctimas de este apartado fueron retiradas de la “La Escuelita” y conducidas en un vehículo a la Unidad Penitenciaria nº 4.
El 14 de diciembre de 1976, Élida SIFUENTES y Gladis SEPULVEDA fueron trasladadas a la Unidad Penal de Villa Devoto. El traslado fue efectuado en avión, junto a otras detenidas -entre ellas Laura MANZO y María Emilia SALTO, y estuvo signado por violencia, malos tratos y golpes.
El 11 de julio de 1979 el Poder Ejecutivo Nacional autorizó por decreto N°1648 la salida del país de Gladis SEPULVEDA, con destino a la República Federal de Alemania, lo cual se concretó el 8 de agosto de ese año.
Por su parte, en lo que respecta a la libertad de Élida SIFUENTES, el 6 de enero de 1981, le fue concedida la libertad vigilada por un período de seis meses, con el deber de presentarse dos veces por semana en la Comisaría 1º de la ciudad de Neuquén.