Alejandro Horowicz: “La continuidad del programa económico de Martínez de Hoz es evidente”
El ensayista, docente de la UBA y autor del libro “Los cuatro peronismos”, compartió con FM De la Calle algunas reflexiones sobre el 24 de marzo.
Ante el aniversario del golpe de Estado cívico, militar, eclesiástico y su conmemoración en el feriado del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, Horowicz afirmó que “siempre cuando se canoniza una fecha se corre cierto riesgo de vaciamiento, de cierta superficialidad. Pensemos en San Martín, que es una personalidad que realmente vale la pena, pero que transformado en una figurita del Billiken se vuelve una historia ñoña y se transforma en 4 datos que se repiten golpeándose el pecho, que cada vez suenan más vacíos y dicen menos”.
“Lo de los 30.000 está fuera de toda discusión, pero lo que no se ve mirando los 30.000, es qué le pasó al conjunto de los sectores en esos años. Y esos años no duraron exactamente hasta 1983, porque no es que cuando terminó la dictadura burguesa terrorista se terminó el efecto sobre la sociedad de este esquema”, advirtió.
Un plan económico invariable
El ensayista dijo que “una de las cuestiones que no se dice nunca es que en 1975, con María Estela Martínez de Perón y el ‘Rodrigazo’, arranca el programa que después va a desarrollar Martínez de Hoz. Pero pareciera que cuando este deja de ser ministro se terminó el programa y esto no es cierto, la continuidad es evidente, no solo por la construcción de la deuda externa, sino y por sobre todo, por el manejo de una política hiperinflacionaria sistemática”.
En números:
En 1974, inflación anual del 24%
En 1975, inflación anual del 182%
En 1976, inflación anual del 444%
En 1977, inflación anual del 176%
En 1978, inflación anual del 175%
En 1979, inflación anual del 159%
En 1980, inflación anual del 100.8%
En 1981, inflación anual del 164%
En 1982, inflación anual del 343%
En 1983, inflación anual del 433%
En 1984, inflación anual del 688%
En 1985, inflación anual del 385%
En 1986, es el plan primavera y por eso baja al 89%
En 1987, inflación anual del 174%
En 1988, inflación anual del 387%
En 1989, inflación anual del 3.079%
En 1990, inflación anual del 2.314%
“Hasta 1991 que se aplica la convertibilidad. Esto muestra que la política inflacionaria es uno de los instrumentos centrales que sirve -junto con la paridad cambiaria, o sea, dólar barato- para asegurar una redistribución, un saqueo, al conjunto de los sectores populares”.
Horowicz destacó que “la política terrorista tuvo su expresión manifiesta en la masacre que se continuó ininterrumpidamente hasta el 2001, cuando se da un cambio en las condiciones generales, ya que el dólar pasa de 1 a 3 pesos, fijate el nivel de devaluación que estábamos haciendo. Desde el fondo de ese pozo, donde el salario de un trabajador argentino estaba a niveles del peor país del sudeste asiático, comenzó a subir el proceso productivo sin modificar en absoluto la matriz distributiva”.
“Hay un dato que los economistas liberales nos cuentan siempre y es que el producto bruto per cápita industrial de 1970 y el actual son iguales. Lo que omiten decir es que la distribución del ingreso y la pobreza no son exactamente iguales. En 1970 pobres eran el 3% de la Argentina, hoy pobres son la mitad del país”.
Negacionismo
El autor de “El huracán rojo” opinó al ser consultado sobre el resurgir de discursos negacionistas que “hay una batalla cultural de retaguardia, como no se puede estar explícitamente a favor de Videla, ni del golpe del ’76, ni de la política económica de Martínez de Hoz -cosa que subyacentemente lo están ya que no proponen ninguna otra cosa que la repetición de eso mismo- lo hacen disfrazado. Tratan de equiparar la política terrorista ejecutada desde el Estado y sus instrumentos, con las fuerzas armadas, el aparato represivo, la estructura legal, la justicia, los partidos políticos (que, conviene recordar, convalidaron el golpe), con una organización político militar, lo cual es indefendible bajo cualquier punto de vista jurídico”.
“Pero vamos a ponerle el nombre adecuado: simplemente simpatizan con una masacre, defienden una política de masacre y no tienen los huevos para decir claramente esto. Y nosotros debemos señalarlo una y otra vez”, concluyó.
“La penalización del negacionismo me parece un recurso extremadamente pobre y sumamente inadecuado. La marcha multitudinaria y multigeneracional del jueves sirve para mostrar hasta qué punto este tema es extremadamente sensible y pesa en la conciencia colectiva de los argentinos”.