Ángel Almada presente, ahora y siempre
(Por Camila Recalde) Casi cinco meses que no se encuentran respuestas. Fue el 5 de marzo cuando la familia Almada recibió ese golpe, el del knock out, el que los dejó sin respiros y sin ganas de seguir. Ángel, con tan sólo 17 años, había sido encontrado bajo el puente peatonal que conecta Ingeniero White con el Boulevard. Tras varios días de estar hospitalizado, se conoció la trágica noticia: él ya no estaba entre nosotros.
Rápidamente, los rumores comenzaron a circular, versiones de todos los tamaños y colores sobre qué le había sucedido aquella madrugada al joven integrante de la Orquesta Escuela de Ing. White.
Hoy, después de tanto tiempo, demasiado tiempo, las hipótesis siguen existiendo, y los culpables siguen libres. Porque Ángel no se suicidó, aunque eso se quiso creer desde un principio. La policía de la Comisaría Tercera de la localidad portuaria mantuvo su idea firme al comienzo de la investigación, la que sostenía que Ángel se había tirado del puente, por decisión propia. Sin embargo, la familia de la víctima aseguró desde un primer momento que lo que ocurrió fue un asesinato, y que se debían encontrar a lxs culpables.
Lxs mismxs culpables, que aún hoy siguen sin aparecer, porque no se dejan encontrar o porque no se lxs busca bien. A propósito de esto, la hipótesis que sostienen los Almada también está vinculada al delegado de White, Marcelo Acosta, quien tendría relación con el caso.
Viendo y considerando que aún no se hizo justicia, amigxs y familiares organizaron una nueva movilización, pacífica como siempre, pero algo diferente esta vez, que comenzó a las 13 y finalizó cerca de las 19 del sábado. Se hizo un mural en la Escuela Técnica N°1, ubicada en Dasso y Cabral. Allí, varios movimientos dieron el presente y pintaron en una de las paredes, la frase “Como una estrella fugaz fue tu andar por este mundo, pero tu llama indeleble nunca se apagará” y un retrato de Ángel. Además, la Orquesta Escuela junto a otrxs artistas, dieron una muestra musical y acompañaron en lo que fue una hermosa tarde.
Se vivió un ambiente cálido, en todo sentido. Un atardecer soleado que acompañó muchas risas, emoción, amor y alegría. También se leyeron algunos poemas, y se pintaron remeras y carteles.
Finalmente, el grito de todxs lxs que asistieron: “Ángel Almada PRESENTE, ahora y siempre”.