Congreso: avanza la sanción del acuerdo con el FMI
El economista Francisco Cantamutto analizó el plan económico detrás del acuerdo con el FMI que tuvo media sanción en Diputados y que este lunes comienza a ser debatido en el Senado. El columnista de FM De la Calle ponderó los alcances del ajuste y la incidencia del nuevo contexto mundial a partir del enfrentamiento Rusia-OTAN.
-¿Qué es lo que estuvo en juego en los últimos días en la negociación parlamentaria en Diputados?
A pesar de que existe una ley que obliga a tratar el acuerdo en el Congreso, si el acuerdo necesita ser aprobado antes del vencimiento de este mes el gobierno podría haber utilizado un decreto de necesidad y urgencia que hubiera habilitado a avanzar hasta que fuera tratado por el Congreso. Es decir, que si esto se trababa, el gobierno tenía una salvaguarda. Conscientes de esta bala de plata, en gran medida toda la discusión tuvo más que ver con posicionamientos políticos que en realmente habilitar o no el acuerdo con el Fondo. El gobierno iba a firmar el acuerdo con el Fondo sea por Congreso sea por otra vía.
El sector mayoritario de “Juntos” logró en la negociación evitar que apareciera en el articulado la responsabilización del gobierno anterior por el crédito tomado. Recordemos que lo que se votó fue básicamente habilitar al gobierno a firmar un nuevo acuerdo de facilidades extendidas a 10 años. En lo que tiene que ver con el programa económico acordado, la oposición logró evitar quedar asociada a lo que el gobierno propone, ya que respecto al plan económico no hay una gran diferencia ideológica, pero le interesa quedar despegada del previsible ajuste que se derive del acuerdo. Más allá de la pirotecnia mediática y la chicana, no hay diferencias de fondo. Aunque al mismo tiempo, hay cierto sector, la “colectora externa” de la derecha representado por el espacio de Milei, que critica la tibieza en el ajuste, lo entiende insuficiente.
En cuanto al acuerdo, Cantamutto expresó que además de la revisión y auditoria permanente del Fondo, se puede esperar una limitación en el gasto público que no sólo afectará a la tan ponderada obra pública, sino a la prestación estatal en materia de salud, educación, en protección social, etcétera.
Advirtió que en la medida en que se pone cota al gasto y al crecimiento, toda mejora que haya en la recaudación no va a ir a mejorar las asignaciones del gasto sino que se destinarán a mejorar el resultado fiscal para tener que pedir menos prestado.
“Estamos en una situación potencialmente crítica. Con este acuerdo se está dando el puntapié de arranque del segundo tiempo. El primer tiempo lo vivimos entre 2018 y 2021 y sabemos cómo nos fue”.
La lectura de Washington sobre el tratamiento del acuerdo en el Congreso
El economista manifestó que “en el debate quedó claro que la oposición no tenía un programa alternativo, proponían lo mismo, a lo sumo más rápido y esto es leído desde Washington. Más ruido, en todo caso, le provoca al Fondo la abstención y voto negativo de una parte importante del oficialismo, que incluso hizo público un documento durísimo contra el acuerdo y contra el propio gobierno.
Incidencia del contexto mundial sobre el acuerdo.
“Como primer efecto de la guerra, ya aumentaron los precios de los alimentos, muchos de los cuales exporta Argentina (maíz, girasol, trigo), que puede mejorar la balanza comercial (que va a ser destinada a fortalecer las reservas), pero que al mismo tiempo incrementa severamente los precios de la energía, y Argentina importa esta energía. Entonces el efecto neto en la balanza externa, puede ser que mejore un poco pero tampoco esta situación agrava el problema de la inflación, frenarla o bajarla en este contexto de aumento de los precios internacionales va a ser muy difícil”.
Por otro lado, sostuvo Cantamutto, “EE.UU. y Europa van a intentar comprar productos que antes obtenían de Europa del Este a los países de América Latina, y seguramente esto venga acompañado de una intensificación”.