“Cuando la Iglesia no está dentro del Estado pueden avanzar los derechos humanos”
“En enunciación, el Estado Argentino es laico. Si bien hay libertad de culto, no hay igualdad. Hoy se vulnera gran parte de la libertad de conciencia de la ciudadanía”, argumentó Fernando Lozada, fundador de Ateos y Ateas de Mar del Plata y de la Coalición Argentina por un Estado Laico.
Disertará esta tarde sobre “Laicismo para ser iguales en la diversidad”. Desde las 19 en Colon 80.
“La idea es hablar de cómo construir una sociedad diversa viendo la diversidad como un valor positivo. Como ateos no queremos un mundo de personas iguales, quien quiera ser creyente que lo sea como hacemos en una sociedad diversa para convivir y tener igualdad de derechos y de garantías”, dijo en FM De la Calle.
La charla apuntará a recorrer las tensiones entre laicismo y clericalismo durante los últimos 200 años. “El propio Estado está formado sobre una estructura clerical: tenemos como una santísima trinidad, los tres poderes. La propia estructura se hermana con el clericalismo porque tienen un origen en común. Pensemos que el monoteismo trajo la idea de poder verticalista que las instituciones terminan heredando”.
Lozada comentó que “cada golpe de Estado nos trajo retrocesos en ese sentido, los privilegios de la Iglesia son de esas épocas, cada golpe de Estado fue clerical. Eso nos dejó un residuo importante en legislación: que un obispo gane el 80% de un juez nacional de primera instancia, que los curas de frontera cobren sueldos o que toda la curia tenga viáticos pagados por el Estado dentro y fuera del país o que los seminaristas tengan becas. Son todos privilegios que hemos heredado de las dictaduras y que ninguna democracia ha tenido el valor de quitarlos”.
Lozada se refirió al crecimiento del evangelismo neopentecostal en Latinoamérica: “Es un movimiento que parte de la instalación en el sentido común a través de algo que se llama teología de la prosperidad, el neoliberalismo”.
“Hay una estrategia diferente entre la Iglesia Católica y estos grupos: la Iglesia infiltra el Estado, no tiene participación de los partidos políticos. Abandona ese proyecto para, a través de la infiltración que en Argentina hizo a través de las dictaduras, enquistarse en la cosa pública y de ahí influir en las políticas”.
“Los movimientos neopentecostales vienen a atravesar la política, a tener funcionarios elegidos por el pueblo que obedezcan a estos movimientos. Cuando la Iglesia no tiene tanto poder dentro del Estado ahí pueden avanzar los derechos humanos”.
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