“Es importante que se tenga una perspectiva de niñez y adolescencia”
A partir de hechos registrados en escuelas locales nos preguntamos: ¿cómo deben abordarse los conflictos con la ley penal por parte de niños, niñas y adolescentes? ¿En qué consiste la justicia restaurativa? ¿Qué significa tener perspectiva de niñez y adolescencia? Diálogo con la jueza Natalia Giombi.
Uno de los casos fue la denuncia de un abuso de un niño de 5 años por parte de otro de 11 en la Escuela N°18.
Natalia Giombi, es titular del Juzgado N°2 del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil e integra el Consejo Local de Niñez y Adolescencia.
Afirmó que “recién a partir de los 16 años cabe la responsabilidad penal, interviniendo el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil para quienes no llegan a esa edad. Incluso hay delitos como los daños a bienes materiales o la violación de domicilio que, siendo cometidos por adolescentes, el Estado renuncia a la persecución penal”.
“Esto tiene que ver con una responsabilidad del Estado argentino en el abordaje de la problemática de las personas adolescentes o niñez en conflicto con la ley penal. Esto es una responsabilidad del Estado que deriva de la suscripción a tratados internacionales” explicó.
“No es que no se haga nada ante casos cometidos por menores. Nosotros trabajamos en el Consejo Local de Niñez y todas estas problemáticas que están vinculadas a conflictos entre menores que no pueden ser alcanzadas por la ley penal, obviamente tienen que ser abordadas por todo un sistema”.
- ¿Qué tipo de intervención y qué organismos participan?
Todos los organismos que conforman la sociedad que integran los sistemas de promoción y protección integral de la niñez y la adolescencia y también la comunidad en general.
Hay un principio que está basado en la corresponsabilidad. No tiene que ver con que la vecina o el comerciante del barrio sea el responsable de resolver esta situación, pero sí que en atención a la situación de vulnerabilidad de estas personas implica un trabajo con la comunidad. Los actores que empiezan a intervenir son obviamente los organismos administrativos, los servicios locales, pero también todo tipo de ONGs que trabajan en la temática vinculada.
“La otra intervención es la que desde el fuero de Responsabilidad Penal Juvenil se está tratando de implementar y sí sale de los organismos judiciales, es la justicia restaurativa”.
Yo soy una convencida de las prácticas que venimos planificando en orden a este tipo de conflictos y donde no podemos implementarlo de acuerdo al proceso formal penal punitivo.
- ¿Cómo sería un ejemplo de la justicia restaurativa?
Citando a los implicados en el conflicto, por fuera de las etiquetas de imputados, víctimas y demás. Trabajando estas situaciones transversalmente, atendiendo a las implicancias y contextos que rodean al caso. Se lleva a cabo mediante reuniones individuales, mediante círculos restaurativos, audiencias restaurativas. Tratando de buscar el abordaje correcto en base al concepto de corresponsabilidad.
- ¿Cuáles son los conflictos más habituales que pasan por tu juzgado?
Nos llegan muchas situaciones en todo lo que hace a las contravenciones. Los niños, niñas y adolescentes obviamente no pueden ser objeto de persecución penal. Tenemos muchos casos de trabajo infantil, de agresiones en la calle, jóvenes alcoholizados en las plazas, amenazas.
“Todos sabemos que el traslado de los chicos en los móviles o a comisarías no puede realizarse, está prohibido. Hay otros lugares destinados para esta intervención, siempre y cuando la gravedad del hecho no requiera la intervención inmediata”.
Giombi dijo que “estamos teniendo muchos casos de delitos contra la integridad sexual entre adolescentes, no sólo aquí en Bahía Blanca, este tipo de delitos son los que han ido incrementando en la post pandemia”.
- ¿Saben a qué se debe el incremento en este tipo de delitos?
No hay un estudio en concreto, pero creo que está vinculado al nivel de violencia en el que estamos viviendo a diario. En no poder encontrar un freno a las cuestiones que como personas vamos encontrando.
Es importante que se tenga una perspectiva de niñez y adolescencia. Es decir, que se tenga en cuenta la situación de vulnerabilidad de las personas que están en pleno proceso de crecimiento y maduración.