Héctor Reynaldo Correa
Con 27 años, Reynaldo Héctor CORREA era contador público y trabajaba en un estudio contable en la ciudad de Comodoro Rivadavia. Vivía junto a su compañera, Adriana TEJERIZO, y los dos hijos de ambos. La víctima era procedente de la provincia de Tucumán, desde donde se había trasladado como medida de seguridad frente a la persecución de la que era objeto su grupo de militancia.
En aquella ciudad, CORREA fue secuestrado el 9 de agosto de 1977 mientras se dirigía a su lugar de trabajo.
Inmediatamente, su esposa comenzó a efectuar averiguaciones acerca de su paradero, las que resultaron infructuosas.
Alrededor de 45 días más tarde, TEJERIZO recibió un telegrama en el que se le comunicaba que su esposo había sido “abatido en un enfrentamiento” en la ciudad de Bahía Blanca, versión que también fue difundida por el diario “La Nueva Provincia” en la edición del 26 de septiembre de 1977. Como era común en dichas crónicas, la víctima era caracterizado como un delincuente terrorista, bajo el título “Antecedentes del Sedicioso Abatido en Nuestra Ciudad”. Una nota similar se publicó en “La Gaceta”, titulada “los Antecedentes de un Extremista Tucumano Ultimado en Bahía Blanca”.
La operación psicológica del falso enfrentamiento por el que se hizo aparecer el cadáver de la víctima, había sido montada el 23 de septiembre de aquel año, en calle Sarmiento al 1600 de esta ciudad.
Los restos de CORREA fueron identificados por su hermano José Alberto en la Delegación de la Policía Federal de Bahía Blanca, y posteriormente trasladados a la ciudad de San Miguel de Tucumán, donde se les dio sepultura.