Instituto Cultural de Bahía Blanca tiene una “propuesta”
(Por Astor Vitali) A 64 días de aislamiento, el Instituto Cultural de Bahía Blanca tiene una “propuesta”. ¿En qué consiste? “El Municipio le solicitó al gobierno provincial programas de financiamiento de emergencia. La propuesta consiste en la elaboración de dichos programas y en la creación de una Mesa de Diálogo de Arte y Cultura, coordinada por Provincia-Municipios.
Es decir la propuesta consiste en que otros trabajen por el municipio en lugar de utilizar la ampliación de la planta política con sueldos de privilegio (6 directores hay durante la era de la topadora Rosselló ¿para qué?).
Según un comunicado lanzado el día de hoy por esta agencia cultural, “se busca el apoyo a la creación artística, industrias culturales, eventos públicos, espectáculos artísticos, artes escénicas, cines, teatros, centros culturales, bibliotecas, museos, entre otros, y al sostenimiento de los proyectos culturales comunitarios adaptados a la realidad de cada distrito”.
“También a orientar de manera conjunta los subsidios y fondos de financiamiento y sostenimiento a los sectores más afectados, y compartir la información de beneficiarios a fin de que la distribución de esos fondos sea equitativa e igualitaria”.
El “pedido” habría sido realizado en una reunión virtual con Ezequiel Grimson, subsecretario de Cultura de la Provincia de Buenos Aires.
En tanto todo todos los organismos de representación de trabajadores y trabajadoras de la cultura de Bahía Blanca han señalado que no reciben respuesta por parte de las autoridades, la directora del Instituto Cultural decidió enumerar las organizaciones con las que se reunió (y a las que no les dio respuesta) en una clara maniobra maniquea que busca eludir sus responsabilidades de funcionaria pública y jugar al juego bobo de los colores políticos tirando el fardo a la provincia, como si no hubiera responsabilidades que cumplir en cada estado.
En lenguaje filosófico, el comunicado es una clásica maniobra del ejercicio del “forreo”. Se menciona a todos los espacios: “Desde el inicio del aislamiento obligatorio, la secretaria de Cultura Morena Rosello y el director General del área, José Gozález Casalli, realizaron reuniones periódicas con los diversos actores del arte y la cultura local, como la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales, la Asociación Argentina de Actores, los Espacios Culturales Independientes, la Red Nacional de Artistas de Circo, los Centros de Formación Artística y Colectivos de Trabajadores de la Danza ante la Pandemia, la Feria de Artesanos de Plaza Rivadavia, las ramas artísticas del Consejo Consultivo del Instituto Cultural, la Asociación de Técnicos de Artes Escénicas en Vivo (ATAEV)” con el objetivo de utilizarlos políticamente.
Se dice que “también hubo un encuentro con los productores y empresarios artísticos de teatros y salas de la ciudad, con quienes se acordó proyectar el armado de protocolos de seguridad e higiene para cuando se reactiva la actividad” pero no se cuenta que no fue bien recibido por la mayoría de los espacios culturales que se preguntaron: ¿están pensando en protocolo para cuando salgamos de esta situación sin antes haber instrumentado ninguna medida para la emergencia?
Se señala que “a pedido del Consejo Cultural Consultivo del Instituto Cultural, se realizó una encuesta a 254 actores culturales para contar con un mapa de situación local”. Sin embargo, la opinión mayoritaria de dicho organismo rechazó la utilización de la encuesta a sólo fines estadísticos y, en cambio, solicito la implementación de un fondo especial y del Plan de Contingencia Psicológica en contexto de Aislamiento presentado por la Asociación Argentina de Actores y la Unión de Músicos del Sur. Nuevamente, manosea y utiliza mecanismos democráticos que representan a miles de trabajadores de la cultura para justificar su propia falta de capacidad y de representatividad.
Tanto Casalli como Rosselló fracasan sistemáticamente en el noventa por ciento de los casos en los que levantan el teléfono buscando apoyos. Por eso ahora buscan acudir a los deudores de la pauta oficial para retransmitir un comunicado cuyo contenido sólo puede verificarse en un plano existencial de otra dimensión.
Continua el documento: “A partir de tal sondeo se iniciaron acciones para mitigar la emergencia económica: como la entrega de ayudas alimentarias a través de Bahía Solidaria a artesanos de Plaza Rivadavia, artistas circenses y callejeros, técnicos de artes escénicas, estudiantes de nivel terciario”. Esta entrega se llevó a cabo de manera informal, sin hablar con todos los sectores sin articular una política universal. Las planillas de la encuesta, por otra parte, fueron completadas por una minoría de la comunidad artística, dado que se sabía que no iban a ser utilizadas para ninguna política concreta y por ende no generó entusiasmo.
Para coronar el ejercicio del cinismo, Rosselló sostiene algo que ni los medios adictos a la pauta se animaron a replicar (habiendo copiado y pegado casi todo literalmente menos este segmento): “Por último, cabe destacar que, dentro del Plan de Cultura Bahía en el marco de la emergencia del Covid19, sigue funcionando con éxito el programa ´Cultura en Casa´, con la difusión de actividades artísticas y culturales locales en plataformas digitales”.
Señalar que Cultura en Casa “sigue funcionando con éxito” es la última afirmación desopitalente de este discurso sicótico. Tal como hemos publicado en El consorcio. Cambiemos en Bahía Blanca (Ediciones De la Calle, 2019), en los apartados Psicosis y Psicosis II, el discurso oficial se elabora con niveles de enajenación de la realidad porque “estas huestes del fallido progreso viven en otra dimensión económica. Su realidad nada tiene que ver con la del ciudadano y de la ciudadana comunes. Gobiernan para sí mismos y se representan a sí mismos (…) La militancia de la política epidérmica es aquella que desprecia a la realidad concreta de su pueblo y actúa para las cámaras de sus celulares y se publica en redes”.