Jorge Oscar Scoccia
En el período que antecedió a los hechos investigados, Jorge Oscar SCOCCIA se había desempeñado como personal no docente de la Universidad Nacional del Sur y como Secretario Adjunto de la Asociación de Trabajadores de dicha casa de altos estudios (A.T.U.N.S.).
En abril de 1975, SCOCCIA formó parte del grupo de empleados cesanteados de la institución, en el marco de lo que se denominó como una acción de “limpieza ideológica” de la UNS realizada durante el rectorado de Remus Tetu.
Entre los compañeros que dieron cuenta de la militancia y la persecución vivida junto a la víctima, se encuentran Ricardo José GONZALEZ , Hugo Mario ZILIANI, Carlos Mario AGGIO y Susana Margarita RODRÍGUEZ.
Como correlato de esa persecución, el 15 de diciembre de 1975 SCOCCIA fue secuestrado de su domicilio particular en la ciudad de Bahía Blanca, por un grupo de personas que lo condujo encapuchado a la Comisaría Primera de esta ciudad, previo paso por la delegación de la Policía Federal.
Dos días más tarde, SCOCCIA fue interrogado bajo torturas en esa sede policial. Durante el interrogatorio, la víctima permaneció encapuchada, desnuda y recibió descargas de corriente eléctrica sobre una mesa de mármol, mientas se le inquiría en relación a su actividad y a sus compañeros políticos y gremiales.
Luego de 11 días de cautiverio en un calabozo, el 26 de diciembre , SCOCCIA fue conducido a la Unidad Penitenciaria de Villa Floresta, acto en el que se le comunicó, de manera verbal y sin ningún tipo de formalidad, que se encontraba arrestado a disposición del P.E.N., conforme al decreto N° 4020 del 22 de diciembre.
Durante la privación de la libertad, sus familiares y allegados realizaron diversas gestiones procurando dar con su paradero y que recuperara su libertad.
En ese sentido, la esposa de SCOCCIA, quien se encontraba embarazada, se presentó en el Comando del Vto. Cuerpo del Ejército, donde fue atendida por el entonces Comandante de la Subzona 51, Gral. OLIVERA ROVERE, quien le informó que su marido estaba detenido a disposición del P.E.N..
Finalmente, por medio del decreto N° 615 del 13 de febrero de 1976, se dejó sin efecto el arresto a disposición del P.E.N., situación que le fue notificada a la víctima recién a la semana, y estando aun detenido en la cárcel de Villa Floresta.
Luego de ser liberado, continuó siendo objeto de persecución, e incluso el testigo relató las amenazas que siguió padeciendo en el ámbito profesional.