María Eugenia Flores Riquelme
Al momento de los hechos investigados, María Eugenia FLORES RIQUELME vivía en Bahía Blanca junto a su compañero Juan Carlos MONGE y su hija de un año, con domicilio en Rondeau 1132.
La víctima se desempeñaba como niñera de los hijos de la víctima Carlos Roberto RIVERA.
El 3 de noviembre de 1976 por la mañana, un mes después de la privación ilegal de la libertad de RIVERA, FLORES RIQUELME fue secuestrada mientras se encontraba cuidando a los hijos de aquél, en la vivienda de sus abuelos maternos.
Allí se presentaron dos hombres vestidos de civil ante la dueña de la casa y se identificaron como personal de migraciones, obligando a la víctima a acompañarlos, con el pretexto de resolver un simple trámite. María Eugenia FLORES RIQUELME tenía residencia en nuestro país siendo de nacionalidad chilena.
Una vez retirada del domicilio, fue arrojada al piso de un vehículo y trasladada al CCDyT “La Escuelita”.
Corroboran la fecha del secuestro, además de los dichos de la propia víctima, el Legajo 2703 Mesa DS Varios, caratulado: “Detenidos a disposición del PEN”, en el cual puede leerse: “FECHA DETENCIÓN 04/11/76”.
En ese CCDyT, FLORES RIQUELME fue sometida a desnudez, aplicación de corriente eléctrica sobre el cuerpo, insultos, golpes y simulacros de fusilamiento. Además, fue interrogada insistentemente sobre su militancia política. Entre los torturadores pudo identificar a “El Tío” y “Laucha”, Santiago CRUCIANI y Julián Oscar CORRES, respectivamente. Durante las sesiones de tortura, los perpetradores hacían oír los gritos de su compañero MONGE.
En su declaración en la causa n° 982 la víctima relató los siguientes acontecimientos acaecidos durante su secuestro: “Me llevaron a un lugar que hoy identifico como ‘La Escuelita’. Cuando llegué, me trataron mal. Me preguntaron mi nombre. Me maltrataron con palabras groseras, golpes. Me desnudaron completamente. Quedé en ropa interior”. Dijo que en otra ocasión, “[e]l ‘Gabi’ me llevó al baño a ducharme y, como se quedó adentro mirándome, le vi la cara. El abuelo me golpeó bastante, porque cuando salíamos al baño, él me agarraba la parte trasera y yo reaccioné. Se lo dije, y me dijo ‘bueno, si no querés que te toque, entonces te pego’”.
El 24 de diciembre de 1976, FLORES RIQUELME fue trasladada a la Unidad Penal N° 4 de Villa Floresta, junto a Juan Carlos MONGE, Eduardo CHIRONI y José Luis ROBINSON, entre otros secuestrados.
Mediante decreto N°1/77, se dispuso la detención a disposición del P.E.N.
FLORES RIQUELME permaneció en la cárcel local junto a otras presas políticas entre ellas Patricia CHABAT, Otilia Raquel ISRAEL, Ana María DAMIANI, Ana María GERMANI, Esperanza MARTINEZ y Alicia PARTNOY, hasta ser trasladada a la cárcel de Villa Devoto, en octubre de 1977.
A fines de mayo de 1978, la víctima ejerció el derecho de opción a salir del país, y se radicó en Bélgica. Archivos de inteligencia producidos por la Sección Información de la Prefectura de Zona del Atlántico Norte, señalan a la víctima de este apartado como una delincuente terrorista y dan cuenta de que, a la fecha de producción de los mismos, se encontraba fuera del país, prueba de que la persecución se extendió sobre su persona, más allá de la fecha de liberación.