“No existe un voto juvenil de Milei sino un voto polarizado”
Una investigación sobre identidad política realizada por el Grupo de Estudios de Desigualdad y Movilidad del Instituto Gino Germani evidenció que la tendencia de las juventudes a adherirse al libertariano Javier Milei no es real y es altamente desigual.
El sociólogo y director del colectivo investigador, Eduardo Chávez Molina, explicó a FM De la Calle que quienes apoyan al diputado nacional se ubican en los extremos de la estructura de clases, marcando un alto impacto entre ceos jóvenes y pequeños empresarios ya que “la regulación estatal frena tus expectativas de ganancias y el otro grupo es porque no tuvieron nunca regulación, las figuras estatales no funcionan como se esperan”.
El estudio tiene dos partes, uno sobre la estructura social que se realizó en 2021-2022, el cual relevó ejes sobre condiciones de empleo, demográficas, opiniones políticas, identidad política, movilidad social, entre otras y una segunda etapa que es una actualización mediante una encuesta realizada semanas atrás sobre opinión política y voto.
Chávez Molina sostuvo que la opinión política difiere de la idea de identidad que es más permanente y la opinión puede variar hasta el momento en el cual se pone el voto en la urna.
Los grupos encuestados son, por un lado, pertenecientes al rango etario de 18 a 23 años y, por el otro, de 24 a 29. En los primeros se ve una poca finalización educativa vinculada al trabajo no protegido e informal. Hay un alto porcentaje de activos económicamente pero también de inactivos por motivos de formación académica especialmente en mujeres cursando estudios en universidades o terciarios.
“Por cada 100 varones 155 mujeres hacen educación superior, de cada 100 mujeres que se reciben lo hacen 55 varones”, explicó al tiempo que aclaró que esto impacta directamente en la caída de la tasa de natalidad y el retraso del cronograma de maternidad -que deja de ser lo central en la vida- y que aparece como un factor a la hora de pensar el voto.
Detalló que “cuando uno rastrea los datos encuentra que el voto de Milei es un voto de varones y los kirchneristas son votos de mujeres, detrás del votante de Milei hay pequeños empresarios, empresarios, trabajadores informales no protegidos, cuentapropistas no calificados, etcétera”.
Mientras que los votos que van hacia el kirchnerismo son de trabajadores y trabajadoras asalariadas “del sector de servicios, industrial, en el que las protecciones laborales generan que no pierdan tanto en contextos inflacionarios”.
Como conclusión, Chávez Molina refirió que el hecho de que los y las jóvenes votan al referente de La Libertad Avanza es una media verdad y que su discurso es altamente anti femenino: “En un país donde la cuarta ola verde feminista casi nació en Argentina con las grandes movilizaciones en 2015 y eso no es menor a la hora de posicionarse”, por lo cual el poco apoyo de las mujeres tiene un motivo evidente.
El apoyo a Juntos por el Cambio es fuerte a partir de los 40 años. “De 40 a 64 es más PRO, mientras que de 65 hacia arriba es más radical”.
En cuanto a la izquierda planteó que “hay una identidad de izquierda en Argentina no menor, pero no se traduce en votos de izquierda. Dos tercios de quienes se identifican con pensamientos de izquierda no la votan. Votan a la izquierda peronista o pueden votar a un partido no peronista, tenés votos de izquierda en el PRO”.
“La gran sorpresa es que un tercio de los que se sienten identificados por Milei están a favor del impuesto a las grandes riquezas. También están a favor de las transferencias a las poblaciones más pobres”.
Ante la consulta de qué harían en el hipotético caso de que el economista no se presentase como candidato, “el 70% dice que no votaría a nadie. Eso muestra los bajos votos que tiene en las provincias”.