Pablo Marchetti sobre la sentencia contra Barcelona

El viernes, el programa Animales de la Calle habló con Pablo Marchetti, quien fuera director de la Revista Barcelona cuando publicaron en la contratapa un fotomontaje de Cecilia Pando atada, simulando prácticas sadomasoquistas, en ocasión de su apoyo a las esposas de militares que se encadenaron como protesta a las condenas contra los genocidas. Por tal motivo la señora Pando demandó civilmente a la Revista y la jueza Susana Nóvile resolvió una indemnización de $40.000 pesos a favor de la defensora de los militares.

“Sentí que me parecía absolutamente ridículo lo que estaba sucediendo O sea, que una sentencia judicial tenga el término ‘exceso de sarcasmo’ me parece maravilloso, me parece un exceso de sarcasmo justamente. No sé cómo puede llamarse justicia, cómo puede estar naturalizado eso. Yo lo puedo ver en un contexto donde en Tucumán acaban de condenar a una chica a 8 años de cárcel por un aborto espontáneo y en ese sentido hay que reconocer que la justicia es coherente en esto de emitir fallos absolutamente absurdos y ridículos”, dijo.

“Me llama la atención cómo está naturalizado el hecho de preguntar sobre los límites del humor, parece que al humor sí se le puede poner límites y preguntar si algo es válido o no es válido”, agregó.

Para Marchetti, “cuando nos preguntamos esto estamos hablando de la libertad de expresión, estamos hablando de la libertad de cada uno de decidir qué hace con su propia vida. Obviamente sin pasar el límite de joder a otra persona. La agresión debería ser física o psicológica comprobable. Lo demás forma parte del normal intercambio de ideas. Me parece que las batallas dialécticas justamente impiden que se pase a otro tipo de violencia, y son las que a mí me parece que hay que librar. Me llama la atención de naturalizar que el humor es una cosa y la libertad de expresión es otra cuando el humor es parte de la libertad de expresión”.

“El humor es algo espontáneo, es un recurso muy fuerte para comunicar. En mi caso no me considero humorista, no hago chistes sino que trato de comunicar determinadas cosas y lo hago con las mejores herramientas que tengo para que el mensaje llegue de la mejor manera y de forma más contundente. Me embola cuando se hacen discursos bien intencionados pero son un plomazo. Decir un discurso de manera seria y embolante, por más que el discurso sea muy correcto y bien intencionado, para mi falla en la comunicación y políticamente”.

Marchetti recordó que “en (la revista) Barcelona hicimos una tapa que decía ‘negros de mierda’ y nada de eso debe leerse de manera literal. El que lo lee de manera literal no está entendiendo de lo que estamos tratando de hablar. Tomar determinados términos de la cultura dominante para exponer determinados discursos, ridiculizarlos y desarticularlos sería un fin del humor que hacemos”.

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