Puerto Belgrano: peritaron uno de los campos de exterminio de la Armada Argentina
Arqueólogos y arqueólogas de la Universidad Nacional del Sur y de Memoria Abierta anunciaron este 24 de marzo la entrega de un informe a la justicia con el resultado de un peritaje realizado en la Séptima Batería de la Base de Infantería Marina.
Romina Frontini y Rodrigo Vecchi, investigadores del CONICET, realizaron las tareas arqueológicas del peritaje. Otra línea estuvo a cargo de Alejandra Pupio y Cecilia Simón, del área de Arqueología, Historia de los Indígenas y Antropología del Departamento de Humanidades de la UNS, quienes realizaron el relevamiento documental a partir de la palabra de las víctimas y las descripciones que estas realizaron sobre los aspectos materiales del lugar de detención.
En tanto, los integrantes de Memoria abierta, Gonzalo Conte y Federico Houllé, participaron como encargados de la coordinación general y la reconstrucción arquitectónica de la estructura excavada. A ellos se sumó el Agrimensor Mauro Vecchi, quien realizó el relevamiento planimétrico y distribucional del área de la VII Batería.
Ese lugar funcionó como centro clandestino de detención y tortura. Rodrigo Vecchi, arqueólogo, dio detalles del relevamiento a FM De la Calle.
El informe con las conclusiones de la pericia fue elevado a la secretaría de Derechos Humanos del Juzgado Federal N°1 de la ciudad.
“Fue utilizado para oficinas, para el lugar de residencia de los batallones de infantería de marina y con posterioridad como lugar de entrenamiento. El sitio, además de seguir en pie tiene muchas modificaciones estructurales que dificultan identificar propiamente lo que fue utilizado por la dictadura como lugar de detención”.
“A partir del trabajo que se hizo entre julio y septiembre del 2021 ya hay elementos que permiten afirmar que fue el lugar donde estuvo ubicado el centro clandestino de detención”, remarcó Vecchi.
Describió que “las baterías son construcciones militares que se realizaron con la idea de colocar cañones, se construyeron cinco frente a la playa”.
Además, “fueron utilizados de otras maneras, como oficinas o como en este caso lugar de residencia de la infantería marina”.
En particular la Séptima Batería “tiene 100 metros de largo en promedio, tiene asociado una construcciones de estilo inglesa con techo de tejitas donde residía la oficialidad y cerrando el patio una gran construcción que era un espacio para residencia de soldados con dormitorios grandes, comedor, cocina y baños múltiples”.
“Ese conjunto de construcciones lograba construir un patio semicerrado que asimismo está rodeado por un gran monte de eucaliptus y pinos”.
Vecchi explicó que se hizo un trabajo de “sistematizar dentro del conjunto de testimonios, considerando que la mayor parte de las personas estaban vendadas, sistematizar aquellos testimonios que tuvieran una referencia de lo material”.
“En la mayor parte de los casos son datos sensoriales. Distancias que corrían entre el lugar de detención y el lugar de tortura. Los ruidos, sonidos, de la playa, de cuando caminaban en el patio y algunas posibles observaciones vinculadas a lo táctil, la rugosidad de las paredes, de la parte exterior de las baterías”.
El trabajo específico de arqueología que se realizó dio como resultado el hallazgo de “una serie de inscripciones que refieren a algunos nombres, a algún concepto”, en algunos casos se realizaron con posterioridad y en otros no se pudo determinar cuándo se plasmaron.
Las tareas se realizaron en simultáneo con una limpieza y cuidado del lugar, ya que “toda la batería estaba colonizada por murciélagos durante muchos años”.
En 2010, Rodrigo Vecchi y Romina Frontini formaron parte del equipo científico que realizo la excavación arqueológica del Centro Clandestino de Detención “La Escuelita” en el V Cuerpo de Ejército, en Bahía Blanca. En el siguiente link puede descargarse el informe final: