Rosselló en Cultura: la última estocada
(Por Astor Vitali) En las últimas horas hicimos un comentario general en torno de las implicancias de los cambios en el gabinete municipal. Comenzaremos ahora a analizar las particularidades de los cambios anunciados. Arrancamos por la designación de la Licenciada Morena Llanca Rosselló al frente de lo que el intendente Gay mencionó como secretaria de Cultura y Educación.
En primer término, hay que decir que para la realización de dicha modificación hará falta derogar la ordenanza 18499, modificatoria de la 12711. ¿Qué significa esto? Actualmente el organigrama municipal, por ley, prevé el Instituto Cultural como órgano de aplicación de las políticas culturales. Si bien Ricardo Margo y la actual gestión llevaron adelante la pantomima de autodenominarse “secretaría de Cultura”, lo cierto es que la norma vigente sólo reconoce el funcionamiento del órgano Instituto Cultural.
Es decir, en todo caso, a Rosselló deberían designarla como directora del Instituto Cultural de Bahía Blanca. ¿Cuál es su idoneidad para el desempeño de dichas funciones? Ninguna. Rosselló se desempeñó como sub secretaria de Educación durante el primer período de gobierno de Héctor Gay. ¿Cuáles son los hechos por los que trascendió públicamente? El cierre por tres años de la Orquesta Infanto Juvenil del Barrio Miramar, mal trato laboral, precarización laboral masiva de talleristas municipales, el despido de una docente contra la voluntad de los padres de los niños que asisten al programa Caballo de Troya, el cierre de cien talleres barriales, entre otros.
Además de esto hay que mencionar que dicha sub secretaría parecía una papa caliente: ningún secretario la quiso bajo su ámbito más de un mandato. Pasó del Instituto Cultural, a Políticas Sociales a Instituto Cultural nuevamente y así. ¿Por qué se premia con un cargo tan importante a una funcionaria cuyos antecedentes no son aprobables bajo cualquier estándar de calidad mínimo, evitada por todo funcionario titular de alguna de las carteras?
¿Tendrá que ver con los aportes que de campaña que proporcionan sus fuentes? ¿Será que la banca política se obtiene cual acciones de mercado?
En el libro El consorcio, publicado en septiembre de este año, que analiza el gobierno de Cambiemos en Bahía, sostuvimos: “Los datos concretos ofrecidos por la propia subsecretaría son aberrantes. Durante el mes de diciembre de 2018, en ocasión de la defensa del proyecto de presupuesto presentado por el Instituto Cultural (área sobre la cual orbita hoy la dependencia), consultada sobre el impacto que tuvieron en dicho año los talleres barriales cultuales, Rosselló reconoció –sin inmutarse– que ese universo de beneficiaros era de apenas 168 niños, niñas y adolescentes. ¿Te das cuenta? La política de talleres barriales en una ciudad con un gran índice de pobreza, con más trescientos mil habitantes, alcanza a poco más de 150 pibes. Solo a 150 pibes y pibas. ´Lo cual parece un chiste si no fuera una joda grande como una casa´, decía el Maestro Bores”.
Pero además Rosselló cuenta con un antecedente político que suma a sus méritos para el plan de acción de Juntos por el Cambio: haber sido la responsable política de la eliminación de la Comisión de Seguimiento que regía las prioridades de inversión del Fondo Educativo. Dicha instancia de participación permitía que actores de la comunidad educativa fueran tenidos en cuenta a la hora de decidir dónde poner el foco de la inversión educativa local.
¿Qué está en riesgo entonces? El Consejo Cultural Consultivo. El Instituto Cultural, tal como está planteado en la ordenanza vigente, prevé el funcionamiento de un consejo consultivo que, además de designar los destinos de los recursos del Fondo Municipal de las Artes y los Eventos con Continuidad en el Tiempo (actividades organizadas por entidades intermedias), tiene la facultad de trasladar las inquietudes y decisiones de la comunidad artística a través de sus representantes. Es decir, es un órgano ejemplar de participación ciudadana en la definición de políticas públicas.
Durante la conferencia de prensa, Héctor Gay fue consultado por la periodista Gretel Walz Bimbi:
-¿Qué va a pasar con el Instituto Cultural teniendo en cuenta que va a estar la secretaria de cultura y educación y que es un espacio creado por ordenanza?
-“La idea es homogeneizar, ya está trabando prácticamente como secretaría. Modificaremos la ordenanza para que sea secretaría”, respondió Gay.
Está dicho. Van por esa derogación y con eso se llevarían puesto Consejo Consultivo, Fondo Municipal de las Artes, etc. Está dicho. La designación de Rosselló es la pieza de Héctor Gay para dar la última estocada al convaleciente estado de salud de las políticas públicas en materia cultural en Bahía Blanca.
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