Sobreseimiento de Massot: “Es tanta la descontextualización de prueba que vuelve burdo al análisis”

El fiscal auxiliar Pablo Fermento afirmó que para fundamentar la impunidad de Vicente Massot hubo una fragmentación de pruebas que descontextualizó el accionar del diario y lo ubicó como un simple veinteañero sin injerencia ni conocimiento de los hechos, en “contraposición al discurso del diario que señalamos de manera minuciosa día a día, decenas de editoriales en las que 2 o 3 veces por semana llamaban a aniquilar al enemigo subversivo”.

El funcionario explicó a FM De la Calle que “la sentencia se alinea en lo que fueron las resoluciones anteriores de 2015 del juez federal que estaba subrogando en ese momento y de 2016 de la Cámara Federal. Entendemos que hay un vicio en el análisis de la prueba, en el enfoque probatorio”.

En ese sentido, detalló que cuando se abordan relaciones con integrantes con poder, de autoridades de la Armada o ámbitos ligados al entramado criminal, las pruebas se producen desde distintos tipos de constataciones, ya que no hay una firma de contrato de pertenencia, “lo vas construyendo y acreditando como las asociaciones ilícitas”.

Fermento aseguró que en que las manifestaciones externas y las relaciones de La Nueva Provincia y los Massot con distintos integrantes de la fuerza no pueden ser analizadas de manera aislada, “como si no demostraran coherencia y concordancia en el enfoque general, de esa manera, con el vicio de análisis de la prueba es que los jueces llegan a decir que Vicente Massot era un veinteañero y no tenía ni injerencia ni conocimiento de lo que sucedía en contraposición al discurso del diario que señalamos de manera minuciosa día a día, decenas de editoriales en las que 2 o 3 veces por semana llamaban a aniquilar al enemigo subversivo”.

“Entendemos que hay una fragmentación de la prueba que les permite decir que el diario nunca dijo que había que desaparecer, nunca dijo que había que violar a una mujer. Es tanta la descontextualización que vuelve burdo al análisis”.

En 2016, pese a la confirmación de la Cámara de la falta de mérito, aseveró que surgieron reconocimientos relevantes sobre la acción psicológica.

“Hizo un montón de reconocimientos que si no prosperaron es porque la Cámara dijo que el diario, cuando realizó estos aportes, lo hizo bajo amenaza o por desconocimiento de los aspectos más ilegales del plan ilegal. Pero ahora nos encontramos con una sentencia que retrocede mucho más en el análisis para decir que hicieron un simple uso de la libertad de expresión y que de ninguna manera realizaron un aporte del genocidio o los delitos de lesa humanidad”.

La sentencia tiene solo un pasaje breve en relación a los homicidios de Heinrich y Loyola, ratificando lo dicho por la Cámara Federal y manifestando que la Fiscalía no aportó nuevos elementos sobre el caso de los obreros gráficos asesinados en el 76′.

“Entendemos que el aporte en lo que fue la fijación del blanco por parte de la empresa se encuentra no solo probado sino documentado por las escrituras del escribano público contratado para dejar constancia de estas reuniones que mantuvo Vicente Massot con Heinrich y Loyola para tratar de levantar el paro en el año ’75”.

Otra prueba es el documento de Inteligencia de la Prefectura para acreditar lo que ellos consideraban un proceso de sabotaje subversivo, lo cual es considerado como señalamiento del blanco. No era una denuncia ante un juez sino recurrir a las instancias militares cuando en el país desde febrero ’75 ya estaba vigente por decreto el desarrollo en el país de operaciones antisubversivas.

“Un medio que está pidiendo la aplicación de métodos de lucha antisubversiva contra sus propios obreros realizó un señalamiento de las personas a eliminar y eso consideramos que son aportes que forman parte del plan criminal”.

El fiscal insistió en que por muchos menos elementos han llegado a debatirse otras causas en juicio oral y público. “El juez lo que hace es esta práctica de desarticular cada elemento”, añadió.

Además, Fermento se refirió al vínculo de Vicente Gonzalo Massot con el jefe del servicio de inteligencia chileno en Argentina, Enrique Arancibia Clavel, quien se encargaba de encubrir asesinatos de opositores a Pinochet a través de operaciones psicológicas en los medios de prensa “como la operación Colombo en el año 75″.

Clavel escribió que entre sus «contactos establecidos» se encontraba “Gonzalo Massot, subdirector de la revista CABILDO… nacionalista de derecha y dueño del diario, televisión y radio de Bahía Blanca”. “Me pidió material informativo sobre el armamentismo peruano para hacer una campaña en los medios que el controla sobre la penetración soviética en América Latina. También con Gonzalo me une una antigua amistad”, informaba el represor.

Por último, quien se encargará de apelar el fallo, expresó que “consideramos absurdo entender que Massot no conocía que estaba operando junto a un servicio de inteligencia de un Estado terrorista como era Chile en ese momento”.

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