Contagios y huelga de hambre en la UP 4

Pacientes con Covid 19 positivo detenidos en la UP 4 de Villa Floresta difundieron por FM De la Calle las malas condiciones de higiene e infraestructura del penal y la falta de atención médica. Iniciaron una huelga de hambre en señal de protesta.

“Hay seis en una sola aula, supuestamente tenemos que estar uno en cada lado. Nos dejan acá y se olvidan de nosotros. Ayer tuvimos un inconveniente con la luz, la cortan, vuelve, no tenemos agua, no nos podemos bañar. Se llueven los techos, no hay asistencia médica”, comentó Miguel.

Según el último reporte del Departamento de Epidemiología son 10 los casos de transmisión por conglomerados considerados contactos estrechos relacionados con el sistema penitenciario.

“Hay gente que no quiere decir nada porque lo van aislar así como estamos nosotros. No nos merecemos esto, más allá que tuvimos un error en la vida, somos seres humanos”, agregó el interno.

El hombre mencionó que ayer uno de los compañeros de aislamiento se descompensó: “Tuvimos que llamar a los gritos al encargado porque se estaba quedando sin oxígeno, después de dos horas vinieron y no quisieron abrir la puerta, alumbraban con una linterna”.

En relación a la comida, explicó que “la cocina está en el otro sector. Ahí no hay manipulación de alimentos como debe ser, hay gente que no quiere cocinar, a ver si le agarra el Covid 19. De ahí comen todos los pabellones, no está organizada, la gente anda en cuero, no limpia bien las hornallas, los hornos. Ni el perro come la comida esa”.

Gastón, otro de los detenidos con Covid positivo, oriundo de Pringles, señaló que su familia “pudo conseguir medicamentos y el comisionista no puede venir a Bahía y no lo podemos recibir. No recibimos el pan, ni la atención que nos tienen que dar, nos tienen que tomar la fiebre, necesitamos una atención verdadera”.

Respecto a las condiciones de infraestructura argumentó: “El baño está, desde donde estamos nosotros, a unos 20 metros, a la intemperie, frío total. Tenemos una botella de un litro y medio para cada uno y a veces no hay agua hasta la tardecita”.

“Cometimos un error, quizás la sociedad nos condene, muchos nos juzgan pero no dejamos de ser seres humanos”, insistió Gastón.