“We sumaj che”: una carpa de resistencia

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El 11 de octubre se conmemora el “Último día de libertad de los pueblos originarios” antes del desembarco de Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492.

Como símbolo de existencia y resistencia, la organización mapuche Kumelen Newen Mapu desde 2015 instala una carpa de educación intercultural en la Plaza Rivadavia, en el marco del Encuentro Nacional de Artesanos.

“We sumaj che” o “lugar de gente bonita” permanecerá hoy y mañana mientras que los puestos de miembros de pueblos originarios permanecerán hasta el lunes.

“Las escuelas se acuerdan de los pueblos originarios el 12 de octubre, nos llamaban para dar charlas, dijimos ¿por qué siempre vamos nosotros? ¿por qué no viene la escuela? Se interiorizan un poco más, el docente se preocupa y además aprovechan que vienen los hermanos de las distintas comunidades con sus artesanías y con sus problemáticas”, comentó Fabiana Méndez.

“A veces dicen ‘los mapuches fueron, no están’. Nosotros somos mapuches y estamos. Veo que les interesa a los chicos que vienen, en eso me pongo contenta. Que sepan que estamos, que somos mapuches, tenemos sangre mapuche, estamos, y vamos a seguir estando. No somos dueños de nada pero tenemos derechos”, comentó la ñaña Doralisa Painefilu.

Méndez comentó que “el Día de la Diversidad está buenísimo pero cuesta a la hora de instalarlo. es una deuda pendiente del Estado reconocer el genocidio indígena. Fue hace 528 años pero la invisibilización y el genocidio persiste. Se está defendiendo la vida, los derechos que ya fueron ganados, que corresponden”.

“Tenemos derechos a beber un agua cristalina y limpia, a comer sano, porque siempre vienen las multinacionales con fracking, agrotóxicos, infinidad de empresas que, en complicidad con el Estado, siguen encarcelando y asesinando a los hermanos. Estamos acá resistiendo, visibilizando las problemáticas de los hermanos, no podemos no estar porque sino seríamos cómplices”.

Méndez destacó que “la cosmovisión de los pueblos es profunda y es necesario que la sociedad entienda el reclamo. Kumelen apunta a la visibilización de las comunidades, es como una carpa de resistencia”.

Belén Calapeña, perteneciente al pueblo kolla, aseguró que “el trabajo y la marcha que están haciendo las comunidades de la Puna, en defensa del agua, de la vida porque que falte el agua es muy sencillo: no crecen las plantas, los animales no se pueden alimentar. Cómo sobrevivimos en nuestras tierras, es muy injusto. Tenemos que seguir pagando las consecuencias de la gente que malogra el territorio y somo siempre los pueblos originarios somos los que pagamos”.

“Estar acá es complicado porque no tenemos acompañamiento”dijo Mén dez y agregó que “las escuelas vienen no solo a la carpa para ver la feria sino que también realizan un trabajo previo con los chicos. La escuela tiene que descolonizarse y esta es la forma. Que no se siga repitiendo la misma cantaleta de hablar de los pueblos originarios en pasado”, finalizó.

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