9 de Julio en Bahía: La patria violenta
(Por Astor Vitali) El 9 de julio en Bahía Blanca se vivió con prácticas antidemocráticas, violentas y repudiables. Durante el acto oficial, el intendente Héctor Gay sostuvo:
“Es muy bueno que estemos aquí convocados por un desfile cívico militar que nos une como sociedad y que apunta a fortalecer el acercamiento de todos los sectores de la comunidad, factor imprescindible para construir el país que todos queremos. Este desfile que hemos recuperado para la ciudad es una muy buena ocasión para rendir homenaje a quienes dejaron sus vidas en aquellas luchas por la independencia pero también en combates posteriores como la guerra de Malvinas de hace apenas tres décadas. Belgrano decía que le hervía la sangre observar tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera más interés por la patria. Ser independientes significa que nuestro futuro depende de nosotros. Que nos comprometamos y trabajemos con pasión pero que decidamos ser protagonistas. Y también que entendamos que aislados y enfrentados no llegamos a ningún lado. Ojalá que este cumpleaños de la patria sea punto de partida en la búsqueda de la unidad y trabajar juntos para que nos vaya mejor a todos los argentinos. ¡Viva la patria!“.
Es menester destacar el valor que el jefe comunal asigna al acto cívico militar como un lugar central en la construcción de unidad ciudadana. Está orgullo de haber “recuperado” el desfile. No sorprende dada su reivindicación del discurso del “enemigo interno” allá por el 25 de mayo de 2016.
Pero lo que ocurrió al medio día, cuando policías de civil comenzaron una secuencia de hostigamiento hacia estudiantes que reclamaban por el cumplimiento de una ley y la posterior detención arbitraria y sometimiento a vejámenes, de los que se da cuenta en la denuncia rubricada el jueves, y en la conferencia de prensa donde se mencionan hechos de violencia física y verbal y abuso sexual, es de una gravedad inusitada.
Sin embargo, ninguna autoridad local abrió la boca hasta el momento. Teléfono para el secretario de Seguridad, Emiliano Álvarez Porte, quien está al frente además de un partido, la UCR, que se jacta de su tradición democrática. No se puede negar el carácter político del hecho dado que se da a doscientos metros del acto oficial, de las manos del operativo de seguridad de ese mismo acto.
Otro tanto merece mencionarse del parte policial, haciendo gala del uso de prácticas setentistas, en el que expresan que, según ellos, les pibes tenían un claro objetivo de irrumpir en el escenario del acto. Hecho que nunca ocurrió. Nos retrotrae inmediatamente a las versiones de “enfrentamientos” cuando había fusilamientos por parte de las fuerzas estatales o paraestatales. La metodología de la comunicación es idéntica: la diferencia es que la realidad hoy es absolutamente constatable en los videos publicados casi inmediatamente.
Es menester destacar que la democracia no ha logrado o las fuerzas políticas que han gobernado no han querido construir fuerzas de seguridad de la democracia.
Hubo incluso comunicadores que, teniendo en sus manos los videos donde claramente se ve a policías de civil abusando de su poder ante una protesta pacífica en la que ni siquiera cortaba la calle, prefirieron difundir la versión policial o contraponerla asignándole un grado de verosimilitud imposible.
A todo esto hay que sumarle que en el Honorable (¿?) Concejo Deliberante, durante la sesión de hoy, no sólo no se votó ningún pedido de informe ni proyecto alguno respecto del asunto sino que hubo apenas una intervención, del concejal Walter Larrea (Unidad Ciudadana), en Homenajes y Manifestaciones. Y chau.
¿Por qué es de rigor político este tema? Primeramente porque está claro que el hostigamiento de los policías de civil no se lleva adelante si no hay autorización para operar. Ratifica esta percepción el hecho de que ninguna autoridad municipal salió a cuestionar la violencia ejercida sobre los jóvenes.
Hablamos de la posibilidad de que un milico cualquiera, vestido de civil, sin que estés cometiendo ningún delito te meta en cana y cague a palos o abuse de vos. Esto ocurrió el martes y seguirá ocurriendo en la medida de que no exista un rechazo unánime político y social.
Podés mirar para otro lado, claro. Pero también podés ser el próximo.