Bahía Blanca como escenario de colapsos ecológicos localizados

La socióloga y filósofa Maristella Svampa analizó en FM De la Calle el contexto de colapso ecológico y policrisis en el cual ocurrieron la inundación del 7 de marzo y el temporal de viento de diciembre de 2023 en nuestra ciudad. El rol del Estado, el potencial de la solidaridad comunitaria y un llamado a las fuerzas de la tierra.

“Si pensamos en escenarios de transición ecosocial, no podemos desligarlo de la cuestión de la desigualdad, sin justicia social no puede haber justicia ambiental, con lo cual, pensar la transición ecosocial implica no solo políticas ambientales de protección y cambios en términos de energías renovables, sino estrategias de redistribución económica, los ricos tienen que pagar más, más impuestos, y tienen que consumir menos también, porque efectivamente es el enorme grado de consumo de los súper ricos, lo que hace que este planeta devenga cada vez más insostenible”, afirmó.

Svampa explicó que se suele hablar de la era del colapso vinculada al agravamiento de la crisis climática aunque “es uno de los aspectos de la policrisis que estamos viviendo, porque también hay una dimensión política que no podemos soslayar ante la expansión de las extremas derechas y la erosión de la democracia”.

Advierte que el colapso no se manifiesta “con la desaparición de la civilización de un día para otro como nos muestra la película de Hollywood, sino que en realidad a lo que asistimos es a una expansión y multiplicación de eventos extremos como las inundaciones, como los grandes incendios, como los tornados”.

“Todo ello es lo que yo llamo colapsos climáticos localizados, porque lo que hacen es impactar sobre determinadas regiones, localidades, ciudades y generar enormes pérdidas en términos de vidas humanas, en términos de afectación a la agricultura, al ecosistema, vidas humanas y no humanas, si pensamos en los grandes incendios también”.

“En la Argentina asistimos en este verano a los grandes incendios de la Patagonia, anteriormente los incendios en Córdoba, Corrientes también, y Bahía Blanca particularmente afectada, porque primero fue esa suerte de tornado que la afectó a fines de 2023 y que llegó inclusive a la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, y ahora con esta grave inundación que tiene mucho que ver con su ubicación vulnerable pero que efectivamente se ve acentuado, agravado por la crisis climática y también la falta de planificación urbana”, agregó.

La socióloga afirmó que este contexto requiere “una enorme inversión de parte del Estado, siendo que estamos en un momento de desmantelamiento y destrucción del Estado argentino”.

“Hemos visto que tres días antes de la grave inundación del 7 de marzo ahí en Bahía Blanca, se desmanteló, por ejemplo, la Dirección Nacional de Emergencias, que es la que interviene en estos desastres ambientales. 485 personas fueron pasadas a disponibilidad, es decir, claramente un cierre de una de las direcciones que al menos fue pensada para intervenir con una gran cantidad de profesionales en este tipo de desastres ambientales, que no afectan solo el día de la tragedia, el día de la catástrofe, sino que, un mes después, seis meses después, sabemos que hay consecuencias muy grandes.

Esto deja familias destruidas, viviendas destruidas, vidas dañadas, que no volverán a ser lo mismo luego de todo esto. Pero que requiere efectivamente la intervención de un Estado que apunta a una planificación o reordenamiento territorial, pero que sobre todo promueva políticas que impliquen una adaptación a estos colapsos climáticos localizados, que de aquí en más serán más frecuentes y más letales”.

“Hay que encontrar expresiones más organizadas para poder combatir este discurso de crueldad”

La escritora, quien cuenta con décadas de investigación sobre las acciones colectivas surgidas al calor de las luchas socioambientales, planteó la necesidad de pensar cómo escalar las solidaridades que se activan ante estos eventos cada vez menos excepcionales.

“Efectivamente desatan olas de solidaridad social que van a contramano de lo que promueve el discurso libertario, porque hay que decirlo también, ¿qué tipo de régimen afectivo o de economía afectiva propone el régimen libertario, que sobre todo no sólo se basa en la idea de que es el individuo lo único que existe y no la sociedad o lo colectivo, no sólo se basa en promover la figura del emprendedor y que el Estado se retire, sino que además promueve las peores emociones, promueve un distanciamiento, una desconexión con el otro, una indiferencia y una falta de empatía social y ambiental, por ejemplo, en relación a los más vulnerables?”.

“Este es un gobierno que promueve emociones extremas ligadas a la ira y se convierten también no sólo en indiferencia, sino en crueldad y en desconexión con la situación de los sectores más vulnerables. Nosotros tenemos que promover sentimientos de empatía social y ambiental.

Sin duda, este tipo de situaciones, de desastres ambientales, muestran que la sociedad argentina no es sólo egoísta, como quiere, en todo caso, consolidar el gobierno de Milei, sino todo lo contrario. Es capaz de dar todo, de promover grandes ayudas y solidaridad para quienes están sufriendo una situación de desastre. Ahora bien, eso hay que escalarlo, es decir, uno tiene que encontrar otras expresiones más organizadas para poder combatir este discurso de crueldad y, en definitiva, también de odio, este proyecto de muerte que, de alguna manera, quieren imponernos en nombre de un proyecto de vida justa y sostenible, ambas cosas. Eso me parece fundamental”, manifestó.

Al respecto, agregó: “Por otro lado, yo sé que hay gente que dice, bueno, es porque el Estado se retira, que en realidad al Estado le conviene que vengan los privados a desarrollar acciones de solidaridad, de ayuda y de cooperación. Sí, bueno, eso es cierto también, pero hay que complejizar la cuestión. Yo recuerdo que en los años 90, cuando estudiaba también los planes sociales que promovía el Banco Mundial, mucha gente decía que efectivamente estábamos dejando a la sociedad que decidiera por sí misma, ante el retiro del Estado, que de alguna manera se autorregularan. Pero efectivamente de ahí nacieron potentes movimientos sociales antineoliberales que cuestionaron el neoliberalismo en diferentes países de la región latinoamericana y terminaron con esos gobiernos, abriendo a un nuevo ciclo”.

“Podemos hacer luego la evaluación de ese ciclo progresista, pero fue diferente al ciclo neoliberal. Así que, atención, porque estas acciones de solidaridad, que para el gobierno pueden ser funcionales porque el Estado no pone nada, en realidad pueden ser un tiro por la culata, puede tener un efecto boomerang, porque la sociedad puede tomar conciencia, digamos, de que es necesario desarrollar más fuerza, más organización, y sobre todo esto, generar un cambio de valores, que por otro lado tiene que ver con la historia de la Argentina, porque la Argentina tiene un acumulado de movimientos sociales y de corrientes culturales, se nutre de la noción de cooperación y de solidaridad, y no del egoísmo o de la crueldad. Eso me parece importante, sucedió en Bahía Blanca, sucedió en la Patagonia con el tema de los incendios, en Córdoba también las brigadas comunitarias que se han multiplicado para salir a defender los territorios, para asistir a las poblaciones, lograron comprarse equipamiento y otras cosas solo gracias a la ayuda de la gente”.

Transición hacia un Estado ecosocial

Svampa es una de las fundadoras del Equipo Transiciones, un equipo de equipos, un grupo diverso y comprometido de organizaciones y colectivos que piensa y propone respuestas urgentes y radicales que apunten a una transformación general de la sociedad y se orienten hacia un horizonte de sostenibilidad y de cuidado de la vida ante la policrisis.

“Es una propuesta también federal, porque de hecho tenemos investigadores que vienen de Bahía Blanca, como Fran Cantamuto. La idea es articular también con otros colectivos y equipos que surjan, que estén pensando en la necesidad de promover acciones hoy en día, y sobre todo de pensar en el escenario después del naufragio, ¿no? Porque es evidente que este modelo no va a funcionar. Este es un modelo que no tiene nada de bueno para ofrecerle a los argentinos y argentinas, ¿no? No tiene nada de bueno ni siquiera para ofrecerle a esos votantes populares y jóvenes que votaron por Milei, porque los deja fuera de todo esto. Porque además es un gobierno que promueve la libertad de las fuerzas poderosas y salvajes del mercado, con lo cual busca también eliminar cualquier tipo de regulación, y bueno, con eso favorece a los sectores más ricos”.

La socióloga destacó que “las extremas derechas, como la que expresa Milei, también ilustran una articulación con los sectores más ricos de la sociedad con el club de los multimillonarios, claramente. El rol que tiene Elon Musk ahora en el gobierno de los Estados Unidos lo muestra a cabalidad (…). Ante eso nosotros tenemos que levantarnos, sin duda, rechazar este proyecto que, insisto, es un proyecto de consolidación de un capitalismo no solo neoliberal, sino fuertemente excluyente, ecocida, que cierra las puertas y, sobre todo, ante la inminencia de una crisis mayor, lo que hace es, sobre todo, fortalecer la crisis, no ofrecernos una solución que vaya en la vía de la integración social y ambiental”.

El llamado a las fuerzas de la tierra

A principios de abril, un grupo de escritores, artistas, intelectuales, docentes, investigadores y trabajadores de la cultura difundieron un manifiesto en el cual consideran que es urgente la construcción de una agenda política propositiva integral y federal, que exprese un compromiso con la justicia social, los derechos, la igualdad de oportunidades, el respeto a las diversas identidades, la autonomía externa y la democracia. El objetivo es “forjar un pacto intergeneracional que permita recuperar la solidaridad colectiva y reconstruir el tejido social. Para anticiparnos a la destrucción total, tenemos que movilizarnos y construir alternativas desde ahora”.

Svampa explicó que “este es un escenario en el cual los esquemas de derecha se han convertido en una suerte de alternativa global, y la amenaza a la democracia está en todos lados, pero nosotros la vivimos con una extrema crueldad, y bajo un experimento también extremo, como es el de Milei, que implica además del cuestionamiento a toda una narrativa de derechos, la eliminación o destrucción de todas las capacidades institucionales del Estado. Ante ello, sin duda la sociedad argentina, todos nosotros, quedamos muy desconcertados en el último año. Muchos no. Vimos el hecho de que se había una posibilidad de que un gobierno de extrema derecha, un gobierno libertario como el de Milei, se impusiera tan fácilmente, y que sobre todo impusiera sus medidas y su proyecto de poder tan fácilmente, logrando el apoyo de partidos políticos que se radicalizaron por derecha, porque ese es uno de los temas también a nivel global, en que hay una suerte de normalización de los autoritarismos, que tenemos que cuestionar”.

“A un año y unos meses del gobierno de Milei, ha habido muchas movilizaciones, porque la nuestra es una sociedad muy movilizada, con organizaciones muy activas, pero no ha habido articulación de propuestas. Estas movilizaciones han sido más bien fragmentarias, aunque masivas. Y bueno, hay que pensar entonces en un escenario de mayor articulación. Ante ello (…) desde el ámbito de la cultura, que ha sido particularmente atacado por este gobierno, decidimos que era hora de proyectar también una propuesta de articulación y de reacción frente a lo que está pasando”.

La escritora destacó que “ponemos énfasis en la fuerza de la tierra, no creemos que haya fuerza del cielo, en todo caso será la fuerza del dios dinero, del mercado especulador o de las fuerzas asimétricas del mercado, ¿no? Nosotros creemos en la fuerza de la tierra, nuestros potentes movimientos sociales y corrientes culturales, porque estamos viendo que efectivamente de los políticos partidarios no se le colocan límites a Milei, a excepción de esto que sucedió en el Senado Nacional con los pliegos de los dos jueces nombrados por decreto, pero no sabemos todavía si ese límite que colocó el Senado es un límite parcial y en realidad marca un punto de inflexión, pero en todo caso hemos visto que lo político partidario no ha colocado límites, es necesario que la sociedad movilizada, consciente, solidaria, una sociedad que apueste a la cooperación y la solidaridad, le pongamos límites”.

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