Alberto Fernández asumió la presidencia
El presidente Alberto Fernández aseveró en su primer mensaje ante la Asamblea Legislativa que “es tiempo de comenzar por los últimos, para después poder llegar a todos: este es el espíritu que hoy inauguramos”.
“Los convoco sin distinciones a poner a la Argentina de pie, que comienza a caminar, con desarrollo y justicia social”, dijo.
Apuntó a generar “una nueva mirada de humanidad en esta Argentina unida” y llamó a “recuperar los equilibrios sociales y ser conscientes de las profundas heridas que necesitan curarse”.
Fernández llamará a la “unidad de toda la Argentina, en pos de la construcción de un nuevo contrato ciudadano social que sea fraterno y solidario; fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente, y solidario, porque en esa emergencia social es tiempo de comenzar por los últimos para después llegar a todos”.
El presidente sostuvo que hay que lograr una “ética de las prioridades y la emergencia”, porque “sin pan la vida sólo se padece, y no hay democracia ni libertad. Por eso la primera reunión consistirá en el Plan de Argentina contra el Hambre”.
Manifestó que “el cooperativismo y la agricultura familiar serán actores centrales de estas nuevas políticos” porque “la cultura del trabajo se garantiza creando trabajos formales, con todos los beneficios de la seguridad social”.
Ante la Asamblea Legislativa dijo que se ha llegado a la actual situación porque se “han aplicado muy malas políticas económicas” y que “esa serie de decisiones fueron determinantes para que el pueblo argentino en su mayoría las descalificara en las últimas elecciones”.
Fernández aseguró que el proyecto de presupuesto debe ser “propio” y “no dictado desde afuera” y que por ese motivo recién podrá ser posible tenerlo “luego de la renegociación de la deuda y de poner en práctica medidas económicas sociales y de la economía real”.
Agregó que “va a llevar algún tiempo lograr lo que todos queremos” y anunció que “no le daremos tratamiento parlamentario al Presupuesto porque sus números no reflejan los compromisos que se han asumido”.
Su gobierno va a “impulsar un conjunto de medidas económicas y sociales de distinta naturaleza que comiencen a revertir el rumbo estructural de atraso social y productivo”.
“La macroeconomía ordenada es la condición necesaria para la creatividad de las políticas en pos del desarrollo (…) en esa acción, vamos a proteger a los sectores más vulnerables” ya que “el gobierno que acaba de terminar su mandato dejó al país en una situación de virtual default”.
Fernández apeló “a la responsabilidad y el patriotismo de todos y todas; recibimos un país frágil, lastimado y es hora de la vocación compartida”.
“No hay pago de deuda que se pueda sostener si el país no crece. Para poner a la Argentina de pie el proyecto debe ser nuestro y no de remanidas recetas que ya han fracasado”.
Se crearán “capitales alternativas en las provincias para que esos lugares puedan hacerse carne en las decisiones de la política” a fin de “garantizar el verdadero federalismo y una estructura de calidad y sustentable”.
Fernández aseguró que la Argentina “tiene la voluntad de pagar la deuda” y que su Gobierno “asumirá la renegociación” de esa obligación con los acreedores porque el objetivo es “resolver el problema”. Remarcó que fue “imprudente e irresponsable” tomar esa “enorme deuda”, incluyendo a quienes aportaron esos fondos “de gran riesgo por invertir en un modelo que fracasó históricamente”.
Por otra parte, decidió “que sea intervenida la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y una reestructuración del organismo” y dispondrá “la derogación del decreto 656 que significó el secreto de los fondos de inteligencia, que fue un lamentable retroceso institucional; esos fondos no solo dejarán de ser secretos sino que irán al Plan contra el Hambre en la Argentina”.