“Ayudarnos a sostener esta experiencia es muy importante”

El ingeniero agrónomo del INTA y agente del Programa Cambio Rural, Pablo García, dialogó con FM De la Calle sobre la situación de las familias productoras hortícolas de Sauce Chico y Colonia La Merced. “Siempre se mantiene la lógica de cuánto va a pagar el consumidor, no se piensa solo en cuánto va a ganar el productor sino en sostener un canal de venta que sea popular y accesible”.

-¿Cómo están trabajando en este contexto de incertidumbre económica?

Con bastante tensión y mucha expectativa por los incrementos de los costos de producción que es uno de los factores que más influye en el costo de las verduras. El otro componente fuerte que tiene peso en el precio es la mano de obra que generalmente es lo que termina ajustándose en último término.

Estamos observando con preocupación porque la compra de la semilla para las temporadas que vienen ya están muy por encima de lo que se incrementa en otros años. Esto pone en un estado bastante crítico la permanencia de la producción, si bien se viene sosteniendo, de seguir así, va a verse afectada la posibilidad de continuar sembrando o de por lo menos mantener las escalas.

-¿Cómo es el proceso de organización de Pro.Sau.Chi. más allá de la cosecha y la comercialización que es lo que vemos habitualmente?

El grupo de productores de Sauce Chico tiene una dinámica de comercialización permanente a través de los canales directos que creemos que la gente ya conoce -la Bolsa de la Agricultura Familiar y otro tipo de bolsas que vendemos martes y viernes junto a otras organizaciones-. Los productores se organizaron después de muchos años de tener fuertes problemas de comercialización, venían vendiéndole directamente al mercado mayorista en Bahía y lograron dar el paso de la venta directa, con los años fue creciendo y se hacen dos ventas de bolsas semanales, tienen un puesto en el Mercado del Puerto de Ing. White, participan de la Feria del Lago, hay distintas estrategias.

Tienen una dinámica de fijación de precios independiente de lo que pasa en el mercado, tratando de focalizarse en los costos de producción y en la evolución de esos indicadores.

El grupo tiene reuniones periódicas para ajustar los precios y poner sus propios precios de venta. Esto no tiene correlación directa con lo que pasa en el mercado mayorista, por eso generalmente hay un desacople, a veces para arriba a veces para abajo. El viernes tendremos una reunión para evaluar esta situación, ver la lista de precios y cómo se puede mantener.

La lógica del grupo es sostener lo más que se pueda los precios pero hay situaciones como esta que es muy tensa y que nos vemos en la obligación de incrementar el precio para que el productor no pierda y que pueda reponer ese insumo que le va a salir muy caro en las próximas cosechas para no correr el riesgo de que vean con poco entusiasmo la posibilidad de sembrar y elija hacer otra actividad.

Siempre se mantiene la lógica de cuánto va a pagar el consumidor, no se piensa solo en cuánto va a ganar el productor sino en sostener un canal de venta que sea popular y accesible.

-¿Cómo es el acceso a la tierra para siembra?

La mayoría son inquilinos, hay muy pocos propietarios de la tierra. Son contratos que se han hecho a principios de año o el año pasado y vienen respetándose. Se ha incrementado mucho en los últimos dos años el valor de la tierra pero no está siendo el parámetro que más influye como sí, por ejemplo, el riego que se hace con bombas que traen agua del Rio Sauce Chico. Esas bombas son motores gasoleros o nafteros en su defecto, muy pocas eléctricas, pero las que son a combustible son muy costosas, a veces son riesgos que tienen ocho horas prendidas las bombas, un motor consumiendo muchos litros de gasoil y eso influye mucho en el costo de la producción porque en invierno no todos los días pero sí en verano.

Reponer la semilla para sembrar o para comprar los plantines es un alto costo también, todo es precio de dólar. Lo mismo insumos como en algún caso que se usa insecticida o herbicida en algunos productores que todavía lo están utilizando es todo a precio dólar.

-¿Quién provee la semilla?

Compran en semilleros de acá de Bahía o de La Plata, Mar del Plata, que son los polos productivos más grandes de la provincia. Hay algunas iniciativas de organizarse para comprar en conjunto, estamos tratando de fortalecer ese canal para reducir ese precio porque el impacto que tiene el valor de la semilla o del plantín es muy alto.

Incluso hay otras reparaciones muy costosas, maquinarias, tractores, herramientas. Las bombas que mencionamos que tienen repuestos muy caros. Invernaderos, reponer un rollo de nailon de polietileno cuando se rompe con una tormenta. Todo eso se recarga en el producto y en la tensión de no querer aumentar ese precio para que el productor pueda seguir accediendo a una verdura de calidad y a un bajo precio, pero se está haciendo difícil.

-¿Estos proveedores que justificación plantean?

Algunas de las semillas son importadas y ahí la variabilidad del dólar es clave. Después hay muchos productos que, si bien utilizan materiales importados, se elaboran nacionalmente y no tendría tanto impacto. Generalmente los proveedores aducen el dólar, la inflación y esta corriente de aumentar todo porque aumenta todo y a veces no hay correlación directa en porqué aumenta tal insumo.

Lo cierto es que en el mercado, por ejemplo, los precios de cajones de lechuga están altísimos. Entonces hoy en nuestra experiencia organizativa el productor saca menos vendiendo en los canales de cercanía o de forma directa que en el mercado. Es algo muy raro, no nos ha pasado mucho en estos siete años que trabajamos en esta lógica.

Un productor está sacando en la Bolsa de la Agricultura Familiar 120 pesos por kilo y en el mercado un puestero capaz lo está vendiendo a 280, 250. Puede ser que en 20 días ese precio se desmorone, que siga aumentando, generalmente en invierno la oferta de lechuga es menor, hay alta demanda con baja oferta, pero nunca nos ha pasado que estemos en esta relación con la mayoría de los productos, estamos por debajo del 50% casi.

Quiero remarcar que el grupo de productores insiste con esta lógica de no correr a ese precio, de no ponerse a la par del mayorista porque sabe que resiente toda la cadena y la priorización de un montón de productores y de consumidores y consumidoras que durante muchos años se han acercado a esta propuesta.

Está todo muy tergiversado, responde a una lógica de incrementar el precio porque hay demanda, porque aumenta, por la inflación y demás. La cadena hortícola suele ser muy pesada en la transmisión de precio a los intermediarios, fletes, logística, y el producto resiente sus ganancias.

-O sea que tenés un precio justo y eso significa que podés encontrar un precio más favorable en la venta directa o en algún momento un precio por encima del mercado pero valorizando todo esto estamos conversando.

Exacto, esa es la tensión que existe en el grupo porque el productor cuando va a comprar al proveedor encuentra que todo se le triplicó y que el valor que está recibiendo por esta venta colectiva es mucho menor y no se mueve de esa dinámica. Si bien hay una voluntad grupal de mantenerlo mentiría si digo que no existen tensiones o bronca de decir hacemos todo este esfuerzo de mantenerlo pero la lógica del mercado nos está apremiando y lo que termina resintiéndose es la hora de trabajo del productor y la familia en la quinta que se disminuye. Si corremos a la par de los costos y queremos aumentar el valor de la hora de trabajo en esa relación la verdura estaría por las nubes.

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-Para quienes son o han sido consumidores/as de la Bolsa es interesante defenderla en esta época del año donde tal vez la variedad de productos es menos atractiva por la estación y caen las ventas. Hay que saber que contamos con esta herramienta que nos da previsibilidad y garantiza el trabajo local.

Sí, es bueno difundir el boca en boca, ayudarnos a sostener esta experiencia es muy importante más en estos momentos donde no es tan atractivo sostener la producción hortícola en términos de números.

Hay una cuestión cultural, de arraigo de las familias a la tierra y a la producción hortícola que hace que se sostenga más allá de la rentabilidad, esto no es simplemente un negocio, una unidad de rentabilidad económica y los productores sostienen más allá de las crisis. Está bueno que como comunidad nos involucremos y nos hagamos parte de ese sector que produce alimentos y que está dispuesto a hacerlo con rentabilidades muy bajas y a pérdida a veces.

Muchas veces no respondemos como comunidad e ignoramos ese esfuerzo que hacen las familias productoras perdiendo de su capital y su dinero para sostener la producción.

-La próxima bolsa de las Producciones de la Agricultura Familiar -que es el proyecto que compartimos desde la radio con INTA, Cáritas y los grupos asociativos- va a tener un incremento de 100 pesos cuando el último ajuste fue hace casi cinco meses.

La dinámica que nos habíamos propuesto es cada seis meses, o al principio de las temporadas de invierno y verano, revisar los precios. Ha habido casos en que se han bajado incluso, pero estamos en fecha, esta cuestión nos pone en tensión pero venimos respetando esa revaluación de precios. Hay mucho esfuerzo atrás para sostener esto, quiero remarcarlo, no solo de las familias de productores hortícolas sino también de las de panificados, dulces, huevos, porque no se traduce en rentabilidad, hay muchos que no están yendo a pérdidas pero sí muy justos.

Cuando hablamos de soberanía alimentaria hay un rol muy fuerte de estos productores que la sostienen para que el producto local se siga abasteciendo incluso en esta situación de crisis, estabilizando precio y oferta.

-¿Cómo es la situación de ProduCerdo cuyos cortes de comercializan en el Mercado del Puerto?

Hay la realidad es similar, con un gran esfuerzo para sostener precios. La tensión es mucho más grave porque hay un insumo que es la materia prima para el alimento balanceado de los animales que debe estar por encima del 75 u 80% del costo de un animal. Influyen precios de soja, cereales, maíz, todos los insumos que los productores compran para abastecerse más algún insumo vitamínico que es a precio dólar con un impacto de costos de producción mucho más directo.

Es similar, el grupo fija su propio precio, cuánto va a cobrar cada uno por kilo de animal y eso hace que se transmita a la pizarra del Mercado del Puerto el aumento de los precios. Incrementaron en diciembre y ahora hace 20 días intentando sostener el precio durante seis meses pero los insumos estaban por las nubes, los combustibles y la materia prima de alimentación animal y la verdad que estaban quedando por debajo de lo que tenían que ganar. La idea es ahora una dinámica de tres meses.

Los productores lo manifiestan, no quieren hacerlo, no gusta aumentar, no queremos entrar en eso pero producir carne, proteína, es muy costoso.

El Mercado del Puerto funciona sábados, domingos y feriados de 12 a 18 en Ing. White y ofrece, además de verduras y carne de cerdo, panificados, mermeladas, miel, harinas integrales y otros artículos de almacén. A su lado funciona el local de comercio justo Reloj de Arena 2, donde se pueden encontrar diversas producciones de la economía solidaria.

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