Basura marina: científico bahiense afirmó que podría duplicarse para 2030

Andrés Arias, investigador del CONICET, participó del reporte del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre la contaminación plástica en áreas marinas. “El mercado tienen varias fallas en su estructura, genera ganancias pero están sesgadas, si metemos en la ecuación el pasivo ambiental definitivamente no cierra”, dijo a FM De la Calle.

“El reporte lo que hace es juntar toda la evidencia científica sobre el tema en muchos aspectos, desde la estructura de mercado del plástico, desde la producción y desarrollo, los usuarios finales, impactos ambientales continentales y oceánicos, con foco en lo oceánico, y cuáles son las proyecciones de lo que va a suceder en los próximos años. Una de ellas es que lo que llega al océano, si nada cambia, es el doble de lo que ya tenemos para 2030 o el triple para 2040”, comentó el integrante del IADO.

Explicó que “hay unas 200 millones de toneladas de plástico en los océanos, algunas sumergidas y otras flotantes. En diferentes tamaños, tremendos pedazos de plásticos como redes de pesca abandonadas hasta los más pequeños, nano plásticos. Esta constelación de partículas produce muchos efectos, en muchos casos atrapamientos de animales y ahogamiento y en otros afectaciones a nivel intracelular e intraorganismo porque terminan siendo injeridos y ocasionando efectos sobre ellos”.

¿Cómo repercute esto en el cuerpo humano?

Una de las principales fuentes de ingreso de plásticos al cuerpo humano es a través de la dieta y de productos de mar. La sal marina por ejemplo -en nuestro país la sal en general no proviene del mar pero en muchos lugares del mundo sí- contiene microplásticos, en todos los productos de mar desde alimenticios, los filtradores hasta peces se hallan. Otras de las fuentes es la vía respiratoria y la cutánea.

El informe hace foco en esto y es el primer reporte a nivel internacional concertado que se le acerca los jefes de Estado. El camino de este documento es hacia la asamblea 2022 de Naciones Unidas. Es la evidencia disponible y que se ha generado en las últimos dos o tres años, tiene que ver con impactos en diferentes lugares. Por ejemplo, las macropartículas se acumulan en el riñones, el hígado, ingresan por vías respiratorias hasta los alvéolos, generan alteraciones, las microfinas partículas pueden atravesar la piel y la barrera hemato placentaria que es la que defiende a los bebés, plásticos dentro de la placenta humana, de ahí se acuña el termino plasticenta.

¿Cómo afecta a las especies del mar?

En el mar los efectos son múltiples. Lo que puede impactar fotográficamente es la basura acumulada en las costas, hay un efecto físico de oclusión, de cortar los procesos respiratorios de esas aguas, esas partículas terminan en fracciones más pequeñas impactando en toda la cadena trófica, muchos efectos ecotoxicológicos, no es solamente los físicos sino los químicos que contienen. Los plásticos contienen muchos aditivos, muchas son tóxicas, los retardantes de llama por ejemplo, que se diseñan de esa manera para que no ardan por el fuego, pero cuando son liberados al ambiente y se fraccionan en partículas pequeñas contienen estos compuestos bien catalogados por la Comisión de Estocolmo en cuanto a su toxicidad.

¿Es el plástico que usamos en lo cotidiano?

Sí, es el plástico que utilizamos en lo cotidiano, una gran parte de la basura marina -el 85%- es plástico y gran parte de ese porcentaje es packaging alimenticio. Hay un gran componente de los elementos de un solo uso, que son descartados. Para que lleguen al mar tienen que haber habido fugas, una especie de mal manejo de esos desechos, son evidentes para todos, por donde vamos vemos residuos plásticos, no solo llegan porque se escapan al ambiente, se los lleva el viento, llegan por diferentes vías.

Las cloacas y plantas de tratamiento de las ciudades acarrean muchas macropartículas plásticas en las cuales no pueden ser retenidas por su tamaño. Las ciudades costeras y las que están a la vera de los ríos desaguan las plantas de tratamiento hacia océanos y rías, en Argentina no existen plantas de emisión cero, son vías de ingreso de plástico a los océanos.

¿Hay áreas específicas en el mundo que estén en una situación más grave?

El problema es global, la producción es masiva, el alcance de productos plásticos es masivo y en todas las áreas. Casi ningún aspecto está libre de plástico, nosotros mismos aunque manejemos bien nuestros residuos producimos plásticos de forma silenciosa. Por ejemplo, andando en auto estamos gastando las cubiertas que generan macropartículas, que no van a degradarse tampoco y que van a terminar en el océano. Cuando se lava la ropa, es una gran fuente de microfibra plástica el polyester cuando es lavado en lavarropa, nos damos cuenta que las prendas van perdiendo peso, que las vemos como gastadas, todo ese material va por las vías de canalización a las plantas de tratamiento y a los océanos. No podemos escapar en la vida cotidiana a la generación de estas micropartículas.

¿Respecto al estuario local hay información de este tipo de contaminantes?

Hemos desarrollado algunas investigaciones sobre el estuario y la zona de El Rincón, que es plataforma continental. Hemos hallado niveles de plástico en agua y sedimentos como dentro de los peces, constituyen parte de las publicaciones que generaron este reporte. Las concentraciones no difieren, en términos generales, de la media a nivel mundial. Las zonas complicadas son aquellas zonas marítimas o acuáticas cerradas o semicerradas. El Mediterráneo es un punto caliente en cuanto a la contaminación de microplásticos por su circulación reducida y por la gran masa de gente que vive en las costas.

¿Nuestro estuario no tiene comportamiento restringido en cuanto a la circulación por su situación geográfica?

Podría ser en la zona bien interna. En general, el nuestro es un estuario de alta energía, tiene una gran interacción de mareas, con mucha cantidad de agua que entra y sale, no cuadraría con el sistema semicerrada y la verdad es que las concentraciones están en un rango medio.

¿Qué recomendaciones hacen a los jefes y jefas de Estado pensando en una solución?

Hay varios puntos. La solución no va a recaer en nosotros que somos los ciudadanos de a pie, por eso necesitamos acuerdos globales. Necesitamos disminuir la producción de 200 millones de toneladas anuales. Eso no lo logramos nosotros manejando mejor los residuos, necesitamos que el plástico sea rediseñado, con conceptos de degradabilidad, aumentar su reciclabilidad, necesitamos alentar el reciclado, por ejemplo, dando mayor valor al residuo plástico y aumentando el valor de la resina virgen. Es mucho más barato usar resina virgen que reciclada.

Decimos que el mercado tienen varias fallas en su estructura, genera ganancias pero están sesgadas porque no se contempla el pasivo ambiental, si metemos en la ecuación el pasivo ambiental que genera toda la industria, desde los pozos de petróleo hasta los océanos, definitivamente no cierra.

“Necesitamos disminuir la producción de 200 millones de toneladas anuales”.

¿El proyecto de ley de envases que establece una carga impositiva en relación al costo de recuperación de los materiales podría ser una medida en ese sentido?

Es una de las soluciones que se plantea en el reporte, la responsabilidad del productor tiene que ver con traer a los actores de la cadena a ser accionista de la solución. Todos somos accionistas del problema pero se le carga la responsabilidad de ser accionista de la solución a las estructuras nacionales o municipales, en el medio hay un montón de usuarios que lucraron con el plástico. Si tengo ganancias con el plástico tengo que participar de la responsabilidad de lo que provoca en el planeta.

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