Comenzó el juicio a Marcos Herrero

El adiestrador enfrenta siete imputaciones por falso testimonio relacionadas con marcaciones realizadas por sus perros en la causa que investiga la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo Astudillo Castro. Pasado el mediodía continuaba la declaración del acusado y se esperaba la participación de tres testigos.

El debate se realiza de manera virtual y es coordinado por el juez del Tribunal Oral Federal Ernesto Sebastián. La Fiscalía está representada por Gabriel González Da Silva y la defensa está a cargo del abogado Leandro Aparicio.

Al momento de declarar, Herrero se explayó sobre sobre su formación en adiestramiento de canes. Comentó que fue en control fitosanitario cuando comenzó a trabajar con “impronta” -“el olor que se le da a un ser vivo para que identifique cierto producto”-; que luego integró la Federación Cinológica Argentina del Ovejero Alemán y participó exitosamente en competiciones de adiestramiento y de rastro deportivo.

Tiempo después incursionó en la odorología forense y fue contratado por la Policía de Rio Negro. En dicha fuerza ya se desempeñaba el referente de la disciplina Mario Rosillo, cuyos estudios -y su propio testimonio- son citados como prueba en la causa respecto al tiempo máximo tras el cual no sería posible detectar un rastro, límite que correspondería a 72 horas.

Desde ese momento, buena parte de la exposición de Herrero se centró en marcar contradicciones entre dichos y trabajos de Rosillo y de intervenciones de otro perros e instructores certificados por el especialista. “Esto es una guerra personal, creo que hay una persecución sobre mi persona”, afirmó el perito.

“Estoy avalado por la Policía de Rio Negro según los protocolos de Rosillo”, agregó en otro tramo y se preguntó por qué citan a Rosillo respecto a la causa Facundo si allí no trabajó con odorología forense: “Fui a buscar una persona desaparecida con el protocolo, el entrenamiento, de perros de rastro y de cadáveres. (…) Juzgan mi proceder en cuanto a la toma de olor, el comportamiento del perro, si el olor duro o no dura pero no es odorología forense, se hizo rastro específico o RH”.

Luego detalló cómo fue convocado a intervenir como perito de parte de la querella en la causa de Facundo, respondió preguntas del fiscal sobre algunos de los operativos y, a instancias de la defensa, se refirió además a su participación en los casos de Marito Salto, Micaela Ortega y de Viviana Luna.

Previamente se resolvieron cuestiones relacionadas a la pruebas documentales y testimoniales que se ventilarán en las audiencias previstas para los días 6, 7, 10, 12, 17 y 18 de febrero.

La semana pasada, el fiscal Da Silva planteó su inhibición argumentando que su postura respecto a la responsabilidad penal de Herrero en esta causa repercutiría “directamente y de manera nociva” sobre la hipótesis de la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo. Esta es la postura que sostiene el equipo de fiscales de la causa principal compuesto por Horacio Azzolín, Alberto Gentili y Iara Silvestre.

“La decisión de iniciar una investigación por estos hechos, en mi criterio fue evidentemente apresurada. De conformidad con lo que sostienen los fiscales, primero se tendría que haber discutido la validez o no de los procedimientos, de ahí su legalidad o no; y, en todo caso, además de declararlos nulos, se podrían haber extraído testimonios por la situación de Herrero. Pero el orden debía hacerse dentro de la causa, no por fuera. Sin embargo, según me consta por mi anterior intervención, todo se hizo de ese modo para subrayar las discrepancias que había entre los distintos intervinientes”, escribió Da Silva.

El mismo criterio había realizado el funcionario en un desprendimiento anterior de la causa Facundo en el cual se acusaba por encubrimiento al primer fiscal, Santiago Ulpiano Martínez, cuyo accionar fue finalmente avalado por el propio Da Silva.

Ante el pedido del fiscal, el Tribunal determinó que la definición correspondía a la propia Procuración General de la Nación, organismo que lo ratificó en su rol. “Todo es ajeno a este debate, hoy estamos acá por esos siete puntos”, insistió durante la audiencia el magistrado.

Las imputaciones:

1) Marcaciones sobre posibles esencias y manchas hemáticas en rodados policiales (22/7/2020).

2) Detección de una bolsa transparente que contenía en su interior un paquete de cigarrillos en estado de descomposición con dos mitades que unidas componían un objeto símil a una esfera con dibujo de sandía que contenía en su interior un dije de una vaquita de San Antonio de color verde en el marco del allanamiento en el Puesto de Vigilancia de Teniente Origone (31/7/2020).

3) Marcación pasiva que denotaría la presencia de posible esencia perteneciente a Facundo Astudillo Castro y hallazgo de rastros óseos en el rastrillaje desplegado en las coordenadas 39°14’20.0’S, 62°35’51.2’’W aproximadamente en RN 3, km 776-(7/8/2020).

4) Marcaciones positivas de esencia de la víctima en la butaca de otro vehículo policial (2/9/2020).

5) En otro móvil, marcación activa del can por reconocimiento de aroma en el asiento delantero del lado del acompañante, así como también en el sector del baúl, precisamente respecto de varios fragmentos similares a vidrios traslúcidos algunos con superficie color negro y un elemento de color negro de tamaño pequeño también, en principio, pertenecientes a la víctima (18/9/2020).

6) Hallazgo de umbral de olor de la víctima y marcado de un elemento color negro, en un nuevo allanamiento practicado en el Puesto de Vigilancia de Teniente Origone (18/2/2021).

7) Marcación activa en la caja y compuerta de un vehículo policial que se correspondería con un patrón de olor de Facundo Astudillo Castro (22/3/2021).

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