“Decadencia del capitalismo local y disputa de la hegemonía estatal”
El economista Julio Gambina analizó en FM De la Calle los debates abiertos por la vicepresidenta, Cristina Fernández, durante su intervención en el plenario de la CTA. “Todos quieren trabajo pero el capitalismo excluye a las personas del mercado de trabajo”, advirtió.
Independientemente a si uno está a favor o en contra, es una de las figuras políticas que en la Argentina marcan agenda. Comenzó su discurso de manera muy fuerte asegurando que el capitalismo es el modo de producción más eficiente. A lo que agregó que si hay capitalismo, todos queremos capitalismo, un capitalismo para todos que mejore el consumo.
Ahora, la realidad del mundo capitalista contemporáneo no es la ampliación del consumo. Hace pocos años un economista francés, Piketty, tratando de emular El Capital de Marx sacó un artículo que se llamó El Capital del Siglo XXI, mostrando el crecimiento de la desigualdad en el mundo capitalista, con el aumento de la pobreza, la concentración de la riqueza y todo lo que el mundo está mostrando.
Cristina habla de 3 crisis. La económica, desde el 2008 hasta hoy. La Pandemia y luego la guerra. El resultado es más inflación, más concentración de la riqueza, más miseria.
“El capitalismo no es consumo de todos y para todos. Es producción de ganancia, es ampliación de la acumulación y dominación capitalista. Negarse a pensar que puede haber un mundo alternativo le quita mucha potencialidad a la demanda del movimiento social”.
Incluso el discurso de Cristina concluye con una crítica muy fuerte a los movimientos populares de la Argentina. Creo que desconoce la realidad del capitalismo contemporáneo en Argentina y en el mundo, que deja afuera del mercado de trabajo a mucha gente.
“Cristina dice que el peronismo es trabajo y puede ser pero en realidad todos quieren trabajo. El tema es qué tipo de trabajo quieren, los libertarios también quieren que haya trabajo pero trabajo con reforma laboral, sin derechos sociales, sindicales”.
Hoy opera una lógica donde los empresarios no toman trabajadores porque no pueden despedirlos porque son muy costosos y los trabajadores no quieren asumir empleos por los salarios de miseria que se ofrecen. Todos quieren trabajo pero el capitalismo excluye a las personas del mercado de trabajo.
En Argentina, con el 40% de la población siendo pobre y con el 35% de los trabajadores en situaciones de irregularidad en su empleo, la lucha de clases contemporánea incluye la organización de trabajadores y trabajadoras en movimientos populares y territoriales que luchan por distintas reivindicaciones como la alimentación, la sanidad, la vivienda, la autogestión.
Es interesante el planteo de la vicepresidenta respecto a que el Estado debe intervenir más para cuidar los dólares que se necesitan para distintas cuestiones. Uno puede discutir lo que está en el imaginario de la vicepresidenta, pero es cierto que la Argentina tiene que cuidar divisas que no fabrica y que son apropiadas para la fuga de capitales. En ese sentido son fuertes las denuncias que su discurso hace respecto a la fuga de capitales y cuánto eso tiene que ver con los problemas socio económicos del país, entre ellos la inflación.
Hay que estudiar seriamente el tema de la decadencia de la Argentina, que viene desarmando sus posiciones relativas en América Latina. En la década del ’50 Argentina era el PBI número 1 de la región y hoy está muy por detrás de Brasil y de México. Esto está asociado a la disputa entre los sectores dominantes en el país, no sólo con los trabajadores, sino también dentro de fracciones del poder para ver quién se queda con el excedente económico en la Argentina. En otros países de la región no tienen los enormes problemas de inflación que tenemos aquí, en parte porque sus clases dominantes están más estabilizadas en la dominación de los capitalismos locales.
Un gran problema no resuelto en nuestro país está dado entre quienes quieren la dolarización y quienes pujan permanentemente por la devaluación. Son proyectos que estuvieron en discusión en 2001 y de manera permanente.
“Festival de importaciones”
“Lo que está denunciando Cristina con esto del festival de importaciones es una estafa. Está diciendo que hay empresarios que sub-facturan exportaciones, y sobre-facturan importaciones”.
El discurso está concentrado en importaciones y exportaciones pero existen distintas maniobras que el capital privado hace en la Argentina. Por ejemplo, la declaración de deudas con la propia casa matriz o proveedores del exterior por un monto, dólares al precio oficial para cancelar esa deuda, ya sea comercial o financiera. Lo que pasa, hasta ahora, es que el BCRA otorga ese dinero.
Hay muchas maniobras especulativas de parte del empresariado argentino que vacía las reservas y aprovecha el acceso a dólares baratos.
En el fondo lo que pidió es que el BCRA, la CNV y la AFIP utilicen más los instrumentos que tienen para evitar la fuga de capitales, que es una norma constante durante todos los gobiernos constitucionales del ’83 para acá como una práctica que instaló la última dictadura.
Lo que hizo Cristina fue dar propaganda del proyecto que se aprobó en el Senado y acaba de pasar a la Cámara de Diputados para poner fin al secreto bancario, con el bursátil y con el fiscal, por ello es que apunta al BCRA, a la CNV y a la AFIP como oficinas que deberían estar interviniendo.
- ¿Qué mirada tenés respecto a la economía popular?
La economía popular es una respuesta concreta que los y las trabajadoras presentan ante la realidad de las relaciones capitalistas tal como se dan en la actualidad, por eso yo remito al 2001. Recordemos que lo que pedían los primeros piqueteros eran “Planes Trabajar”. La población excluida del mercado laboral resuelve como puede.
Una cosa es la lucha de los y las trabajadoras por organizarse de manera autogestiva y otra es el cambio de política económica para que se resuelvan los problemas como han planteado muchos movimientos populares al solicitar, por ejemplo, que se otorguen tierras, créditos y asistencia técnica a 4 o 5 millones de personas que tienen problemas de empleo en la Argentina para resolver mecanismos de producción autogestiva.
“La macroeconomía en Argentina no está pensada ni para los trabajadores y trabajadoras, ni para las pymes y cooperativas que son la gran estructura productiva del país, sino que está diseñada para quienes se disputan entre la dolarización de la economía o la devaluación de la moneda, que lejos están de favorecer a las mayorías”.
En síntesis, no alcanza con la economía popular, autogestiva, sino que hay que tener una política económica que avance en una economía comunitaria, de promoción de otras relaciones económico sociales en el país.