Juicio por el homicidio de Burgos Melo: “La zanja me llegaba al cuello”

Juan Manuel González, sobreviviente del derrumbe que terminó con la vida del obrero Gabriel Burgos Melo, declaró que nunca se colocaron tabiques para evitar el desmoronamiento aunque picaron “más abajo del caño de ABSA”. “Estaba la tierra húmeda porque el día anterior había llovido”, agregó.

Se desarrolló la primera audiencia del debate por el homicidio de Burgos Melo y las lesiones sufridas por otros tres trabajadores por el derrumbe de una zanja en Soler al 100 en el año 2016 mientras trabajaban para la empresa MAPSA S.A. El debate está a cargo del juez correccional Gabriel Giuliani.

Luego que uno de los obreros sobrevivientes se descompensara al empezar su declaración se postergó la audiencia para este martes desde las 8:30 en Estomba 34.

Durante esta primera jornada declararon testigos de parte de la fiscalía que conduce Cristian Aguilar y la querella a cargo de Cristian Chazarreta.

Los imputados son Ángel Pablo Matelica quien se desempeñaba como jefe de obra, supervisor de obra y presidente de MAPSA Ingenieria S. A., Luciano Nahuel Ostertag Villarreal jefe de obra suplente de MAPSA Ingeniería S.A y Sergio Héctor Ferretti supervisor de obra de la Empresa Distribuidora de Energía Edes S.A.

Juan Manuel González era compañero de Burgos Melo y resultó herido por el derrumbe:

– ¿Les dieron charlas de Seguridad?
– Nunca
– ¿Por qué fueron a trabajar un domingo?
– En día de semana no nos dejaban trabajar ahí. El miércoles o jueves Matelica habló con el dueño de la cochera y dijo que ahí no se tocaba nada.

El obrero agregó que “nunca se colocaron tabiques o algo para evitar el desmoronamiento”. “Tuvimos que picar más abajo del caño de ABSA y todo se derrumbó”. “Estaba la tierra húmeda por que el día anterior había llovido”.

Durante la audiencia, González se levantó y señaló la altura de la zanja: “Me llegaba acá”, dijo tocándose la garganta.

Otro de los testigos fue el especialista en seguridad e higiene contratado por la empresa, Miguel Ángel Ramírez, quien declaró que la firma que estaba en el programa de seguridad de la obra no era suya y desconoció una por una las rúbricas que el fiscal le mostró del expediente.

Anteriormente, testificó el ingeniero eléctrico Jorge Adrián Starobinsky, asesor del Hospital Privado del Sur. La obra había sido solicitada por el nosocomio ante EDES para modificar las líneas y obtener más potencia para alimentar el suministro del Privado del Sur. EDES sugirió la contratación de una empresa privada para acelerar los tiempos.

El ingeniero explicó que, en un inicio, la obra estaba proyectada para realizar el zanjeo por la vereda y luego se modificó para realizarse en la calle mediante una retroexcavadora. Al ser sobre la arteria, le correspondía a MAPSA realizar el pedido a EDES y a la prestadora del servicio pedir autorización al Municipio.

Starobinsky declaró que Sergio Héctor Ferretti, supervisor de obra EDES, le comunicó que el dueño de la cochera de Soler al 100 le había consultado si se podría hacer la zanja un domingo para evitar que se interrumpa el ingreso y egreso de vehículos. “El dueño de la cochera les pagaba o les daba una tira de asado a los obreros”, dijo.

“La retroexcavadora rompió toda la cuadra menos la entrada de la cochera”, dijo.

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