La cuarentena y el avance del capitalismo sobre el sueño
A partir de una encuesta propia, el equipo de trabajo del Boletín Tramas realizó un estudio acerca los modos en que el aislamiento incide en la forma en la que dormimos y cómo se relaciona con el mundo del trabajo y la cotidianidad.
“Nos llama la atención cómo se desdibuja la jornada laboral y cómo se da el avance incluso sobre la forma en la que dormimos”, dijo a FM De la Calle Lucas Castigilioni.
Explicó que “quienes respondieron, en su mayoría, están haciendo teletrabajo, en diferentes formas y si bien no hay una gran diferencia en cuánto dormimos, sí encontramos diferencias en el cómo. En cuarentena estamos diciendo que dormimos pero más intermitente y con pesadillas”.
Esto se debe a sensaciones de angustia, preocupación, al aspecto laboral y al consumo de pantallas vinculadas a redes sociales o series y películas.
“Si citamos a la jornada laboral según Marx, no solo es tiempo sino disputas por el valor. Encontramos a Jonathan Crary que plantea que en el sueño también hay disputas, como lugar precapitalista. En el siglo XX la gente, en promedio, dormía 10 horas, en los ’60 dormían 8 horas, y actualmente 6 horas y media. Tiene que ver con producir más”.
Son horas robadas al sueño porque al momento de levantarnos a trabajar, incluso en cuarentena, hay una “auto disciplina” para mantener cierta normalidad. “El otro dato es la idea de ser productivos. Es preocupante que nos lo autoimpongamos aún cuando estamos durmiendo”.
Castigilioni comentó que “los países que tienen mayor nivel de desarrollo humano, que están mejor ranqueados en salud, educación, trabajan menos horas. Y los países que tenemos peores indicadores trabajamos más horas. Hay que pensar en una redistribución de esas horas: trabajar menos, para que trabajemos todos”.
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