“La legalidad no tiene nada que ver con la legitimidad”
El Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción (SITRAIC) presentó en FM De la Calle su historia hecha libro: “Unicornio Sindical – SITRAIC: de fenómeno local a una realidad nacional”.
El abogado laboralista y autor del libro Jorge Alberto Pastorini afirmó que “la legitimidad te la da la gente y no se la puede ignorar, la legalidad es un papel que firma una autoridad administrativa. Esa es la lucha eterna del sindicalismo argentino”.
Por otra parte, el dirigente que visitó los estudios de la radio junto al referente local Adrián García, explicó que “los unicornios son seres mitológicos portadores de los sueños, de las esperanzas, de la fuerza y eso es lo que yo veo de los trabajadores y trabajadoras de la construcción que conformaron el SITRAIC”.
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Lo primero que llama la atención es el título y el concepto que ustedes utilizan para denominar al SITRAIC, ¿qué significa esta idea de Unicornio Sindical?
El libro nace a partir de una sugerencia de la Comisión Directiva, en especial de Víctor Grossi, secretario general de SITRAIC, de plasmar la historia jurídica del sindicato.
El sindicato tiene poco más de 12 años, yo soy abogado laboralista y soy el abogado del sindicato, soy el abogado desde antes que naciera del grupo de trabajadores que querían conformar el sindicato y empezamos a trabajar. La Comisión Directiva le da mucha importancia a la historia y la idea es que quedara plasmada en un libro breve para que cuando nosotros no estemos quienes continúen esta tarea tengan registro de quiénes y cómo se conformó el SITRAIC, todos los pasos que tuvimos que dar en el Ministerio de Trabajo y en la justicia para que nos habilitaran.
A partir de ahí me puse a trabajar y el título Unicornio Sindical surge porque los unicornios son seres mitológicos portadores de los sueños, de las esperanzas, de la fuerza y eso es lo que yo veo de los trabajadores y trabajadoras de la construcción que conformaron el SITRAIC.
El SITRAIC es fruto de la falta de libertad sindical que hay en la República Argentina en general, en todas las actividades, en este caso puntualmente dentro de la UOCRA. Al haber falta de libertad sindical y en un ámbito signado por la violencia grupos de trabajadores y trabajadoras no se sienten representados por esa forma de ejercer el derecho sindical y expulsados de ese sistema tienen dos alternativas, se van a sus casas o conforman una nueva agrupación.
El SITRAIC surge en Lomas de Zamora como un fenómeno local del sur del Gran Buenos Aires y se empieza a extender rápidamente por diferentes ciudades del territorio argentino, por eso tuvimos que hacer cambios en el estatuto. Primero abarcaba algunos distritos del conurbano bonaerense y rápidamente empezaron a surgir llamados de diferentes localidades que querían que los representara SITRAIC y tener ahí su propia delegación como ocurrió en Carmen de Patagones dónde presentamos el libro, como ocurrió en Bahía Blanca, en Salta, Jujuy, en Mendoza, San Juan, Córdoba y un montón de lugares. Está en un proceso de expansión.
Tiene que ver también con un nuevo sindicalismo basado en la libertad sindical y en la toma de decisiones en asambleas, que a mi modo de entender es el futuro.
El libro está dedicado a los trabajadores de la construcción, “colectivo altamente vulnerable, postergado y precarizado desde el año 1967 a través de una legislación dictada por gobiernos de facto, abalada por el sindicato con personería gremial de la actividad, promovida por el Estado argentino, legitimada por la mayoría de la doctrina y jurisprudencia nacional, y aprovechada inescrupulosamente por los empleadores”.
En línea con lo que estabas contando, el sindicato nace antes de nacer el sindicato, con el germen de los laburantes del sector buscando sus propias formas de representación.
Totalmente. En realidad, el sindicato nace en las obras de Lomas de Zamora y los otros partidos aledaños, donde los delegados de base comienzan a sentirse incómodos con el trato que les brindaba el sindicato que tenía la personería gremial. Ante esa situación buscan alternativas y la que se da es la conformación de una nueva entidad sindical. Esto que lees de la dedicatoria se relaciona directamente con el estatuto de trabajadores de la construcción que es el régimen jurídico que tienen los trabajadores de la industria.
En general, no se les aplica la ley de contratos de trabajo como al resto de los trabajadores y trabajadoras, si no que se les aplica ese estatuto del año 1980 que lleva la firma de Jorge Rafael Videla y su antecesor, del año 1967, también es otro gobierno de facto y es un régimen jurídico que los precariza a los trabajadores.
Si a eso le sumamos que el sindicato que los representa mayoritariamente no hace nada para modificar esa situación, los empleadores abusan de la jurisprudencia, los jueces apoyan y legalizan este sistema, estamos en graves problemas porque, además, ningún gobierno democrático de 1983 a la fecha se dignaron a modificar ese régimen jurídico originado en el gobierno de facto en una acción en connivencia entre la Cámara Argentina de la Construcción y la UOCRA que son signatarios del convenio colectivo y que también apoyan esta ley.
Lamentablemente en el ámbito de este actual gobierno también, el día 22 de abril cuando se renovó el decreto de previsión de despido se excluyó a los trabajadores de la construcción, lo que indica que a partir de ese día podían ser despedidos y es un antecedente grave que se inscribe en esa misma línea a la que yo refiero de la precarización y del trato de ciudadanos de clase B.
¿No debería prestarse atención a esta experiencia desde otros sectores en esta discusión permanente de reformas laborales que, tal vez como paquete entero por ahora no avanzó, pero siempre se amenaza con ir sector por sector, viendo algunas de las normas que se aplican en este sector?
En realidad, la intención de proyectos de modificación que hay de la mochila y todo eso, tienen que ver un poco con este sistema. Algunos de los proyectos son un sistema similar con el agravamiento que el fondo de cese laboral -que es el instituto financiero que en la ley 2250 remplaza el pre aviso y a la indemnización por despido- en el caso de esta condición, se cobra siempre sin importar el motivo de la finalización del vínculo, es decir, si el trabajador renuncia lo cobra igual, en cambio una indemnización solo se percibiría con un despido sin causa. En los proyectos se seguiría con la misma temática de la Ley de Contratos de Trabajo, este fondo se cobraría sólo si te despiden sin causa, si vos renunciás no lo cobrás.
Las indemnizaciones, además de resarcir el daño del despido, de la pérdida de trabajo, tienen como fin desalentar el despido, porque cuando una persona que vive de su trabajo -como la mayoría de las personas- la despiden pierde su estatus social porque queda aislado de la sociedad, no tiene un ingreso para vivir, pierde una obra social, pierde los accesos a la seguridad social que uno puede percibir. Entonces se le complica a esa persona poder vivir y luego poder reinsertarse, por eso la indemnización tiende a desalentar la desvinculación.
La batalla legal supongo no debe haber sido muy fácil, ¿qué reconocimiento estatal tiene el sindicato?
En Argentina hay un sistema que se denomina modelo sindical que está basado en la personería gremial, la personería gremial se le asigna a un solo sindicato por rama de actividad. Esos sindicatos tiene todos los derechos y todos los privilegios de manera exclusiva, mientras que los sindicatos simplemente inscriptos como es el SITRAIC tienen muy pocos derechos, de hecho los comparan con mutuales.
Creo que hay que dar ciertas batallas, en primer lugar los sindicatos simplemente inscriptos son no deseados para los políticos, para los ministerios de trabajo de todos los gobiernos, para los empresarios y para los sindicatos con personería gremial de la actividad correspondiente. El SITRAIC tuvo que dar su lucha primero para tener la inscripción, que debería ser un trámite meramente administrativo donde constaten que el estatuto esté correcto y que las personas que se presentaron sean trabajadores de la construcción. Eso demora del año 2009 al 2013 y se otorgó porque hubo un amparo judicial dónde la justicia ordenó al Ministerio a expedirse. Posteriormente se amplió el estatuto y se modificó la zona de actuación y de representación a todo el territorio de la República Argentina que se aprobó mediante un juicio.
Luego teníamos un gran problema que era el de financiamiento. Sin tenerlo por medio de la cuota gremial que pagan los trabajadores es muy difícil. En Argentina la ley que asigna ese derecho se lo da únicamente a los sindicatos con personería gremial. Con un trámite judicial interviene la Cámara Nacional de Apelaciones de Trabajo como instancia directa basados en el convenio de libertad sindical y en algunos fallos la Corte ordenó al Ministerio que debía homologar la cuota sindical.
Ahora seguimos en lucha porque los sindicatos nacen antes de tener la legalidad, hay una discusión eterna ahí, desde mi punto de vista la legalidad no tiene nada que ver con la legitimidad. La legitimidad te la da la gente y no se la puede ignorar, la legalidad es un papel que firma una autoridad administrativa. Esa es la lucha eterna del sindicalismo argentino.
En cuanto a la legitimidad, ustedes dicen que unos de los puntos que tienen que enfrentar es al sindicato constituido, han crecido mucho en cantidad de afiliados y eso tiene un costo. ¿Cómo fue todo ese proceso?
Imaginate que en cualquier obra donde se elija un delegado es muy probable que ese delegado termine siendo despedido: Concretamente en el caso de SITRAIC son despedidos por presiones de la UOCRA. La UOCRA en un acto antisindical presiona al empresario para que despida al delegado elegido por SITRAIC o inclusive a los trabajadores que se afilian. Esa es una matriz que se repite en todo el país y en casi todos los sindicatos.
Es un trabajo más de militancia que de otra cuestión, SITRAIC no acepta coimas, ni presiones, ni ninguna de esas cuestiones. Y, en segundo lugar, la imposibilidad de crecer porque si vos ves que a un delegado afiliado que tiene estabilidad lo despiden por estar en el sindicato, vos que sos un empleado común no te vas a arriesgar. Acá tiene que intervenir la política y la justicia.
Adrián, ¿en la ciudad cómo está la situación del laburo y del trabajo del gremio en particular?
Contentos por habernos asentado en la ciudad después de cinco años que llevamos, una batalla muy difícil que se dio, como comentaba Jorge, cada vez que un trabajador decidía afiliarse al sindicato venían los despidos por detrás, el reclamo del sindicato con personería, los aprietes que son de público conocimiento. Hemos logrado torcer la vara, hemos logrado institucionalizar el sindicato, que se nos conozca, que se conozca nuestro método, poco a poco los compañeros están perdiendo el miedo y siguen apostando a nosotros y afiliándose en más cantidad. Estoy sorprendido del crecimiento que estamos teniendo y como siempre les digo a los compañeros que nos llaman de todos lados tratamos que el crecimiento sea real, que sea cuidadoso, las avalanchas de afiliación si bien nos hacen falta por los recursos, somos muy cuidadosos en cómo vamos avanzando y que haya un crecimiento real. Entramos a una obra, a una empresa, primero normalizamos, organizamos, estamos seguros de que ya esta todo bien y seguimos adelante.
Con respecto a obras es sabido que el crecimiento en la ciudad es muchísimo dada la condición económica del país con la desconfianza en los bancos invertir en ladrillos siempre es buen negocio, pero lamentablemente nosotros estamos teniendo un cómputo de que por lo menos el 70% u 80% del personal registrado o no está en negro o precarizado a 4 horas, lo cual es un problema importante, nosotros siempre funcionamos en el ámbito legal, lamentablemente hoy los ministerios tampoco están funcionando bien más allá de que se pueden hacer las denuncias y esto complica bastante frente al gran avance de obras que hay. En sí es un punto pendiente que tenemos por resolver, la precarización está muy latente, la seguridad e higiene de la obra también, estamos haciendo las denuncias correspondientes y cuando vemos un caso muy específico tratamos que el Ministerio intervenga enseguida.
Ayer me llevé una sorpresa al enterarme que las mismas empresas están poniendo cartelería en apoyo a la democracia sindical para que los muchachos sepan que no van a ser despedidos por afiliarse a otro gremio. Esto es un trabajo de cinco años de militancia, de caminar y caminar, una lucha muy difícil que lamentablemente muchas veces faltos de recursos saliendo nosotros mismos los dirigentes a hacer changas los fines de semana para sostener el sindicato. Contentos que vamos avanzando tanto en la ciudad como a nivel país. Ya nos hemos instalado como sindicato y yo siempre les digo a los muchachos ‘’somos parte de la historia del movimiento obrero’’ y cada día vamos creciendo más.
Ir a la última ciudad de la provincia es importante, a Patagones, porque es una ciudad olvidada y en los últimos actos que organizaron lograron que la provincia ponga la mirada en su ciudad y gracias a dios tienen muchos proyectos que hacer, lo celebramos porque es trabajo digno para los compañeros dentro de la construcción, también lo que están avanzando las compañeras en el rubro de la construcción es muy importante.
Sabemos bien que la construcción es uno de los motores que reactivan la economía del país y más después de haber pasado un año y pico de pandemia.