“Le decimos a Loma Negra que venga y nos mate”
Por Ruta 3, a casi cuatro horas de Bahía Blanca, se ubican Barker y Villa Cacique. En ambas localidades viven unas cuatro mil personas que dependen de la cementera Loma Negra, la cual amenaza con despedir a 265 de sus 330 empleados.
“Esto que nos vienen a proponer como alternativa es un suicidio, lo que le decimos a Loma Negra es que venga y nos mate, que nos asesinen ellos, que nos manden los telegramas”, comentó Martín Isasmendi, secretario general del gremio de trabajadores mineros (AOMA).
Las comunidades nacieron junto con la fabrica a principios de la década del 50. “Dependemos cien por ciento de la cementera, toda la actividad económica de nuestro pueblo, docentes, todo el comercio local”.
“En el 2001 sufrimos el cierre de la empresa y se transformó en un pueblo fantasma, hubo jubilados y algunos vecinos que resistieron e hicieron grupos de trabajo en busca de alternativas laborales para los que habían quedado acá”, comentó Isasmendi.
“La empresa lo que dice es que Barker es improductiva, que la tecnología es vieja. Pero están en valores muy buenos de despacho de cemento. Va a estar cerca de las 12 millones de toneladas en este año”.
El dirigente explicó que “toman esta decisión porque están construyendo en Olavarría una fábrica nueva, esa inversión va a hacer desastres, la venden como una buena noticia pero esa empresa va a destruir otros lugares. Le hemos hecho millones de propuestas, para mejorar costos, logística y no aceptan nada. Desde la Secretaria de Trabajo lo que nos dicen es una decisión empresaria”.
En Benito Juárez funciona toda la cadena del cemento: “Desde la cantera hasta que la embolsamos y se va en los camiones. Y a su vez tenemos este otro producto que se llama filler, es piedra sacada de la cantera y no tiene valor agregado. Eso se va a Cañuelas, mezclan el filler con un cemento de Olavarría y una escoria de Ramallo, lo juntan y después lo embolsan”.
“Es peor dejar 50 empleados que cerrar. Agotan el recurso mineral porque se lo llevan en tren sin valor agregado. Que la vendan, que se vayan si no le servimos pero que dejen el recurso natural para que el que venga a explotarlo garantice los puestos de trabajo. Si quedamos con el filler van a agotar el recurso natural y el día que se termine no queda nada acá”, finalizó Isasmendi