Noroeste: un paso para evitar el remate de la sede fomentista
El titular de la entidad, Marcelo Pereira Assaro, relató a FM De la Calle lo acordado en la audiencia de conciliación para frenar el remate ordenado por la justicia.
Deudas millonarias, juicios laborales, prestadoras de servicios que retiraban los medidores, ausencia de balances y trámites pendientes por años fue la situación que un grupo de vecinos/as se encontró cuando recibieron la sociedad de fomento sumida en el abandono. Marcelo Pereira Assaro comentó cómo están, de a poco, intentando regularizar la Sociedad de Fomento del Barrio Noroeste.
“Durante la audiencia nos pusimos de acuerdo sobre el monto, entre unos $2.200.000 o unos $2.300.000. No nos poníamos de acuerdo respecto a la forma de pago. En un principio se había hablado de 300 o 400 mil pesos durante el año pasado, pero finalmente fueron unos 800 mil pesos los que teníamos que juntar en el lapso de 2 meses y medio”.
“Era una tarea titánica para nosotros, comenzamos a realizar actividades y conseguimos juntar cerca de 300 mil pesos, nos faltaba medio millón. Así que recién a 48 horas de la ejecución se acercó a nosotros el sr. Federico Susbielles a decirnos que había hecho gestiones con una ONG que necesitaba alquilar salones, alquilar oficinas, que es precisamente lo que nosotros tenemos en la planta de abajo”.
“Hicimos un contrato de alquiler por 3 años y la ONG nos adelanta un año, de esa forma conseguimos los 500 mil pesos que necesitábamos para impedir el remate. Pudimos hacer el primer depósito para suspender la ejecución haciendo una entrega del 45% del total de la deuda. Ahora nos quedan 13 o 14 meses de depósitos mensuales de 80 mil pesos, pero lo bueno es que la parte más difícil ya la saldamos”.
- ¿Cómo se origina la deuda?
Por un juicio laboral de una mujer que, según ella, trabajó alrededor de 18 o 20 años en la institución donde tuvo varios años en los que no cobraba. Hizo el juicio laboral recién en 2018, 2019 cuando la institución estaba caída hace más de 10 años, no tenía personería, había alguien que tenía las llaves, pero estaba prácticamente acéfala de autoridades. Tanto Defensoría de la provincia, como el Tribunal de Trabajo N°1 y la Dirección de Personas Jurídicas trabajaron a contra reloj para poder conseguir el aval de comisión normalizadora, que es lo que somos ahora, mientras hacemos el proceso de asambleas, para así poder presentarnos en el juicio porque, sin eso, aún teniendo el dinero, no podíamos presentarnos para impedir el remate.
La importancia de la solidaridad en el barrio
“Lanzamos unos bonos contribución que van desde los $3.000 a los $50.000, que son para los vecinos, pero también está apuntado hacia los privados, a las instituciones del barrio para llegar a cumplir con las cuotas restantes. Esto es muy importante porque lo que nos dice el abogado es que si una de esas cuotas se cae, se cae todo el acuerdo”, advirtió Pereira.
El fomentista destacó que “tenemos tanto Facebook como Instagram, ahí damos toda la información. Tenemos 2 salones aún disponibles en la planta alta, uno para 120 personas y otro más chico. Se pueden alquilar para actividades. Nuestra idea es poder hacer actividades para la comunidad del barrio, como gimnasia, baile, zumba y todo lo que propongan y necesiten los vecinos”.
“También queremos empezar a tomar los reclamos de los vecinos porque en el barrio estamos en una situación bastante precaria, lo que está pasando con el Parque Noroeste, lo que pasó en la ex Estación, donde en 15 minutos le pasaron con una topadora por encima. Quienes se quiera acercar, pueden hacerlo los martes a las 20, tenemos reunión en la institución en Patricios y Líbano”.
La Responsabilidad
Pereira afirmó que “siempre la que tiene que responder es la institución. Cuando nosotros llegamos y quisimos hacernos socios sabíamos que hace 6 o 7 años no funcionaba. Nos acercamos para averiguar cuándo eran las elecciones, nos dijeron que todavía no podíamos asociarnos, que esperemos a marzo, después a junio. Terminamos haciendo una asamblea improvisada con los vecinos, recién ahí se fueron los que estaban y nos enteramos que todo lo que nos dijeron sobre que estaba todo al día era mentira. A los pocos días, en plena pandemia, nos vinieron a cortar los servicios, parecía algo ilógico que durante la pandemia vengan a retirar el medidor de gas a una institución. Tuvimos que hacer acuerdos con las prestadoras y hacernos cargo de las deudas durante 8 o 9 meses”.
Con la nueva ley de Asociaciones Civiles pudieron comenzar los trámites para asumir la conducción de la entidad.