Grecia: “El dinero no entraría para un plan de desarrollo sino para el salvataje de los bancos”
Durante la jornada de hoy el pueblo griego decidirá mediante referéndum si aprueba o no la propuesta de los acreedores. El economista y analista internacional Julio Gambina habló con FM De la Calle sobre las intenciones de los organismos financieros, la factible salida o no de Grecia de la eurozona y el efecto dominó que podría significar en otros países europeos la indisciplina financiera del país helénico.
El titular de la FISyP, en principio, encuentra en la situación actual de Grecia pasajes similares con la Argentina del 2001. “Nos remonta a nuestra historia de la crisis del 2001 porque hubo una cesación de pagos y estuvieron las restricciones bancarias”, sostuvo. Sin embargo, haciendo una lectura más profunda encuentra dos grandes diferencias. Por un lado, “el gobierno griego llegó al poder con un programa contra el ajuste. Y la otra gran diferencia es que el gobierno está convocando a un plebiscito para que sea la población la que diga si quiere o no quiere el ajuste. Este gobierno se juega por el no al juste y no es un gobierno que dice ‘bueno, que la sociedad elija lo que quiere y listo’, sino que es eso pero acompañado de una campaña por el no”.
El contexto en el cual el gobierno renegocia su deuda para recuperar el equilibrio macroeconómico del país se caracteriza por una fuerte influencia ejercida por los organismos internacionales de crédito hacia la toma de decisiones públicas. “Grecia renegocia su deuda presionado por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional y la autoridad del Banco Central Europeo que sostienen que la población tiene que inmolarse pagando más impuestos ‘tipo IVA’. En verdad la población, de aceptar, pagará una crisis financiera y fiscal e incluso disminuirá las jubilaciones. Ahí aparece otra similitud con la Argentina de la crisis porque los sueldos y las jubilaciones se redujeron”, explicó el referente.
Por otra parte aclaró que las probabilidades de que Grecia abandone la eurozona debido al no acatamiento de las imposiciones financieras son mínimas. En este sentido, “el plan de ayuda es para los bancos, de ninguna manera el FMI está pensando en un plan de desarrollo para el país. El plan no está pensado para ocuparse del 60 % desempleados jóvenes sino para que el sistema financiero siga funcionando, ¡para el salvataje de los bancos! Por eso, políticamente, la situación es otra con respecto a la nuestra, aparte hay un intento de desafiar la autoridad económica y política europea, por eso hay tanto temor de que si Grecia no paga se va ir la UE, eso no es cierto, no hay decisión política de Grecia de irse y jurídicamente tampoco puede”.
A su vez, el economista remarca la posibilidad de que Grecia evite los efectos de la crisis activando nuevas alianzas estratégicas con socios extraeuropeos como Rusia, China y países de América Latina. “Grecia está atrapado en las redes del capitalismo griego, europeo y mundial. El tema es que con el ‘no’ en las manos, Grecia se anima a un camino de autonomía lo que va significar después del feriado bancaria avanzar con la nacionalización del sistema bancario y, buscar una reinserción en otro plano, ya no solo dentro de Europa sino que tendrá que buscar vínculos con Rusia; también puede establecer otros vínculos, en términos de potencia puede ser China y en término de regiones puede ser América Latina”, sostuvo.
Antes de cerrar su análisis, Gambina señala que una de las mayores preocupaciones de los líderes que promueven este nuevo ciclo de endeudamiento es que el incumplimiento financiero de Grecia se convierta en un modelo a imitar para otros miembros de la Unión Europea que también presentan altas tasas de desempleo y pobreza. De esta forma, “el gran temor del poder mundial es que lo de Grecia actúe como efecto dominó sobre España, sobre Irlanda, en fin sobre otras situaciones de Europa, que se reoriente una posición en favor del cambio. Si bien Grecia es una economía marginal de Europa, lo que preocupa al poder es el efecto contagio”.