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I

(Por Luis Ponte) Paris, esconde bajo su encantadora y admirada superficie, la red cloacal más extensa del mundo. 2600 kms. de modernas e higiénicas tuberías, ampliadas y actualizadas durante los últimos 200 años, para llevarse bien lejos todo lo que desechan los parisinos metros más arriba.

No siempre fue así. En la Edad Media, canaletas por el medio de las calles y a cielo abierto, eran las encargadas de conducir las hediondas aguas residuales que cada habitante arrojaba desde sus casas. Enfermedades, pestes y epidemias mortales (entre otras cosas) diezmaron la población, como lógica derivación.

Fue necesario tomar decisiones que priorizaran lo colectivo en materia de urbanismo, higiene, salud, educación, etc., por encima del hábito y conveniencia individuales para solucionar el tema. Quién podría imaginarse hoy a un refinado parisino lanzando un balde con sus deshechos a las calles de la ciudad Luz. El acuerdo colectivo, lo convierte en una obviedad. Cristalizado en obras y normas legales consensuadas.

II

El economista bahiense Francisco Cantamutto, sostiene que el total estimado de dinero depositado por particulares y empresas argentinas en el exterior en las últimas décadas, rondaría los 400.000 millones de dólares. Traducido a pesos y aplicados los impuestos correspondientes, un billón doscientos mil millones de pesos pasarían a engrosar las arcas del Estado.

Una suma compleja, y un cálculo simple orientados a averiguar qué haría el Estado si contara con todo ese dinero, que muchos argentinos le esconden debajo de “colchones secretos”, en el extranjero.

Hagamos un recorte, y analicemos un solo área como el de la cultura. La suma de los presupuestos 2015 de Nación y todas las provincias más C.A.B.A. para ese sector, fue de 4.200 millones de pesos. Un equivalente al 0,30 % del presupuesto nacional. Si aplicáramos ese mismo porcentaje al “dinero en fuga” arriba calculado, nos quedaría para invertir en cultura (Nación más estados provinciales), otro presupuesto completo, en números redondos.

III

No hay otra forma de representarse mentalmente esas cifras descomunales de plata, que a través de elementos tangibles y familiares a nuestros sentidos y razón.

Descontados los gastos propios de funcionamiento como salarios, servicios, etc., el Estado podría construir nuevos centros culturales, museos y salas de teatros, de unos 350 m2 cada uno de ellos, y totalmente equipados con lo último de tecnología y servicios, en cien ciudades a elección de la Argentina. Sobraría dinero para restaurar y poner en valor unos seiscientos teatros, museos, centros culturales, edificios a reciclar, etc.

Y, también, quedaría mucho resto importante, para sostener la política de fomentos, subsidios, estímulos a la creación, a la compra de equipamiento, al sostenimiento de colectivos artísticos, y salas o espacios, etc. en cada una de las áreas que conforman la actividad cultural como las artes escénicas, artes visuales, audiovisuales, música, etc.

Podríamos sostener con holgura, las Orquestas del Bicentenario. Hoy en un limbo presupuestario que les impide funcionar. Y seguirían los ejemplos…

IV

Fin de la fantasía. Ese dinero no está. No lo tiene el Estado. Sí, tenemos  despidos de 500 trabajadores, achique y desguace de áreas en el Ministerio de Cultura de la Nación. Reducción o mantenimiento de los mismos porcentajes de presupuestos de años previos, en las áreas de cultura provinciales y municipales (como el caso de nuestra ciudad).

El contraste es fuerte, muy fuerte. Una realidad de supuestos escasos recursos con funcionarios que priorizan balances contables por sobre encima de cada uno de aquellos que pierden sus empleos (o están a punto de).

Opuesto a ese infierno, los paraísos fiscales. Donde están “acovachadas” descomunales masas de dinero que particulares y empresas argentinas decidieron escondérselas al Estado. Desde hace décadas. Girándolo al exterior.  Armando empresas off shore. En definitiva eludiendo impuestos.

El contraste deviene en desolador cuando entre esos funcionarios, que promueven endeudamiento externo (como dice Cantamutto, fuente de nuevas fugas de capital), achique,  despidos, desguace de planes y áreas de Estado que atienden al desfavorecido; aparece,  el mismísimo presidente de los argentinos con empresas off-shore en Panamá. Donde (la ironía muestra su mejor cara), el Emabajador es Del Sel…

V

En algún momento de la Historia, al parisino no le parecía escandaloso ni repudiable resolver el tema individual de sus deshechos humanos, abriendo la puerta o la ventana,  arrojándolos al medio de la calle, en perjuicio “del otro”. Hasta que la realidad de muerte, enfermedades y otros problemas sociales insostenibles, los empujó a tomar conciencia de una solución colectiva racional y conveniente para todos, a riesgo de perecer diezmados.

¿Y nosotros, en qué punto de nuestra Historia estamos?


(Por Luis Ponte) El jueves 24 de marzo pasado, además de todos los actos y marchas que hubo en todo el país por el 40 aniversario del golpe de estado cívico miltar en la Argentina, sucedieron otros hechos, si se quiere menores en cuanto al volúmen de la noticia, pero que por su significado simbólico asociado a la importancia de la fecha, nos ayudan a revisar – ya que vinieron de la mano del fútbol – cuestiones no tan expuestas, en la relación que hay entre este deporte y la política.

I

La fecha FIFA del torneo que clasifica al mundial de Rusia 2018, programó (por supuesto que no de forma deliberada), el encuentro entre las selecciones de dos países vecinos, que hace 40 años exactos estaban sometidos por dos dictaduras genocidas: Argentina – Chile.

En el Estadio Nacional, en Santiago. Cuyo valor simbólico devino,  a partir del 11 de septiembre de 1973 – y a causa del derrocamiento del gobierno democrático del Dr. Salvador Allende – de orgullo nacional para los chilenos por su historial deportivo, político y cultural; en sinónimo de la pesadilla más aberrante, convertido en campo de concentración por la dictadura de Pinochet, sede de desapariciones, interrogatorios, torturas y crímenes perpetrados contra miles de ciudadanos chilenos y extranjeros detenidos ilegalmente. Hasta allí, podríamos hablar de la ironía del destino.

Pero antes de ese encuentro ocurrió algo muy llamativo, que no fue reflejado por los medios nacionales más influyentes. El plantel de fútbol argentino, quiso expresarse en conmemoración del 40° aniversario del golpe cívico-militar, saliendo al campo de juego con una bandera con la consigna “24 de marzo, Día Nacional de la Memoria, la Justicia y la Verdad”. Pero la FIFA se lo prohibió.

El artículo 60 del Reglamento FIFA de seguridad en los estadios (titulado “Prevención de conductas provocadoras y agresivas”) impone en su inciso 1 que: “Se prohíbe terminantemente la promoción o el anuncio por cualquier medio de mensajes políticos o religiosos o cualquier otro acto político o religioso en el estadio o sus inmediaciones antes, durante y después de los partidos”.

Los jugadores resolvieron, antes de ingresar al campo de juego, fotografiarse en el túnel de salida con la bandera desplegada, y publicar la misma a través de la cuenta oficial de la Selección Argentina en Twitter bajo el hashtag #NuncaMás. Y así logró trascender su mensaje en una imagen que dio vuelta a través de las redes.

A partir de este hecho uno se pregunta ¿Para la FIFA, recordar el inicio de una dictadura que violó, mató, asesinó, torturó, secuestró, desapareció vidas, es una razón política semejante a la que el espíritu de dicho reglamento apunta prohibir? Es decir la idea de evitar confrontaciones ajenas al deporte al “tomar partido por”, o “en contra de” determinado grupo o idea “enfrentado a”?. Y en ese caso, si recordar el aniversario del derrocamiento de un gobierno democrático por parte del poder militar, y el terrorismo de Estado que éste instauró, fuese para la FIFA un acto político con el sentido que el reglamento busca evitar, ¿qué intereses, ideas o grupos estaría protegiendo de ser ofendido, agredido o humillado, con esa bandera….?

¿Apoyar un mundial en un país gobernado por un régimen militar como el que se jugó aquí en 1978, en qué parte del Reglamento o Estatuto de FIFA se olvidaron de contemplarlo como “mensaje político”?

II

El otro hecho impensado también – en medio de un contexto oficial que prohibe en los medios públicos agregar el descriptivo “cívico” a la dictadura cívico-militar; que edulcora la consigna de Memoria, Verdad y Justicia; que revive la teoría de los dos demonios; que pone en discusión, otra vez, el número de 30.000 desaparecidos; que habla de un pasado de violencia institucional y no claramente de terrorismo de Estado; que desguasa las área de Derechos Humanos en todo el sector público (ver Página12 lunes 28/3/16) – sucedió esa misma noche, durante la transmisión del partido Chile-Argentina en la TV Pública, cuando el comentarista Juan Pablo Varsky remarcó el significado simbólico coincidente que encerraba el hecho de jugar en esa fecha, esas dos selecciones, en ese estadio.

Y habló, mientras la cámara enfocaba en primer plano, de un sector del Estadio llamado “Escotilla Nro 8”. Lleva ese nombre la puerta por donde conducían al interior del Estadio Nacional de Chile a los detenidos por la dictadura desde 1973. Las crónicas dicen que, a fines de septiembre de aquel año había allí, más de 7.000 detenidos.

A partir de 2003, fue declarado Monumento Histórico Nacional, “como agente de reparación simbólica y de reivindicación de la Memoria de los chilenos frente a los hechos ocurridos”. Allí se realiza todos los 11 de septiembre de cada año a partir de las 20 horas el llamado Velatón. Los asistentes llevan al lugar una o varias velas, las encienden y las depositan como ofrenda en el frontis del recinto, como homenaje de los que estuvieron detenidos en ese estadio.

El 11 de septiembre de 2010, primera presidencia de Bachelet, y después de 37 años de permanecer cerrada, se reabrió la escotilla 8 al público, quien pudo llegar al sector de las gradas que se mantiene  tal cual estaba en 1973, como contraste con el resto del estadio reformado, para mantener viva la Memoria.

III

Y como el destino tenía ganas de jugar con la ironía de la mano del fútbol, ese 24 de marzo falleció nada menos que Johan Cruyff. Capitán y lider de la Naranja Mecánica, como se conoció al seleccionado de fútbol holandés subcampeón consecutivo de los mundiales 1974 y 1978. Mucho se habló, precisamente, de la no venida de Cruyff al mundial 78, por razones políticas.

El que sí vino entonces fue Ruud Krol, otro de los intergrantes más importantes de ese equipo. Y fue a Krol a quien le adjudicaron una carta escrita a su hija Mabelle, de 3 años; enviada supuestamente por el jugador desde la concentración de Holanda, y publicada en la edición 3062 de la revista El Gráfico del 13 de junio de 1978.-

Algunos párrafos:  “….Mamá me contó que los otros días lloraste mucho porque algunos amiguitos te dijeron cosas muy feas que pasaban en Argentina. Pero no es así. Es una mentirita infantil de ellos. Papá está muy bien. Aquí todo es tranquilidad y belleza. Esta no es la Copa del Mundo, sino la Copa de la Paz.”

“No te asustes si ves algunas fotos de la concentración con soldaditos de verde al lado nuestro. Esos son nuestros amigos, nos cuidan y nos protegen. Nos quieren como toda la gente de este país, que desde el mismo momento de la llegada nos demostró su afecto. Como en el aeropuerto cuando nos esperaron con banderas de nuestra patria y nos tiraban besos y todas las manos querían abrazarnos.”

“… No tengas miedo, papá está bien, tiene tu muñeca y un batallón de soldaditos que lo cuida. Que lo protegen y que de sus fusiles disparan flores. Dile a tus amiguitos la verdad. Argentina es tierra de amor. Algún día cuando seas grande podrás comprender toda la verdad.”

Cuando se descubrió que la carta era apócrifa, mediante una conferencia de prensa del jugador, el suceso provocó una reacción de la embajada holandesa y hasta la Federación de esa país amenazó con retirar al equipo de la competencia. El enviado especial de El Gráfico en Mendoza, Enrique Romero reconoció que había escrito la carta. El jefe de redacción de la revista deportiva (Editorial Atlántida, propiedad de la familia Vigil) era Ernesto Cherquis Bialo, quien tuvo un airado cruce verbal cara a cara en la propia concentración de Holanda.

Cherquis Bialo, reciclado en muchos programas deportivos, hasta hace poco fue el Jefe de Prensa de la AFA, durante el mandato Grondona-Segura. A éste lo sucedería años más tarde como Jefe de Redacción en el Grafico, Aldo Proietto hasta hoy comentarista estable de los programas de radio y TV de Fox Sports en Argentina. Proietto, trabajó para el temible vicealmirante Lacoste, en el EAM 78, durante el mundial, (Gustavo Veiga, Página 12, 26/6/2008) a 30 años de ganar el Mundial 78.

IV

En su columna del 22 de marzo pasado, titulada “40 años”, el periodista Ezequiel Fernández Moores, hablando sobre los chilenos muertos por la dictadura argentina y viceversa, dice en un párrafo:

“En el Estadio Nacional fue también la última vez que se vio con vida a Charles Horman, el caso más célebre….. Ed Horman, su padre llegó a demandar a Kissinger por la muerte su hijo, que era guionista en Chile Films, la misma empresa que en 2015 ganó gran dinero con la televisación de la última Copa América. Chile Films, claro es hoy privada, como los clubes SA de Chile. El millonario Sebastián Piñera fue presidente de Chile tras manejar primero a Colo Colo. La idea de los clubes SA atrajo días atrás a Mauricio Macri, nuevo presidente argentino, ex presidente de Boca.

Nota: la noche que Salvador Allende fue elegido, presidente de Chile, en 1970, Agustín Edwards Director del Diario El Mercurio de Chile, viajó a EEUU a entrevistarse con el Secretaria de Estado Henry Kissinger, para pedirle que la CIA, dirigida por George Bush padre, iniciara las acciones para impedir que Allende asumiera.

Historias enlazadas en el tiempo por los mismos nombres y apellidos. Aparentes e ingenuas coincidencias. Personajes reciclados, devenidos influyentes o poderosos en gobiernos, organizaciones como AFA, FIFA, o medios de comunicación deportivos, y de los otros. No hay ni ingenuidad ni azar – queda muy claro-  en todo lo que relaciona  fútbol actual y política.  Queda claro de qué hablamos cuando hablamos de fútbol.

La columna de Luis Ponte cayó 24 de marzo. En ese contexto, el recuerdo y recorrido fue para Tomás Gubitsch, a quien se lo recuerda por “mandar a la mierda” a Piazzolla cuando éste le pidió que hiciese declaraciones pro dictadura en Italia, donde se encontraba exiliado.

Gubittsch es un gran músico que aportó a diferentes géneros. Pero también es uno de los miles de nombres afectados por el terrorismo de Estado que tuvo entre su plan de acción modificar radicalmente las expresiones artísticas y la construcción cultural como objetivo de trascendencia.

(Por Luis Ponte) “A las 21.30, aplaudidos por el público de Plaza Lavalle, protegidos por una doble fila de Granaderos a caballo,  Juan Carlos Onganía y María Emilia Geen suben las gradas del teatro. El general viste uniforme de gala, con la banda presidencial sobre el pecho, y en sus manos, la gorra y el bastón de mando. Su mujer lleva un ensemble celeste de satén, con una falda  amplia de raso plateado, y una casaca de encaje florido celeste y rosa, bordada en paillettes al tono; aros de brillantes y esmeraldas adornan su silueta, unos guantes grises esconden y exhiben sus manos, una estola de visón del mismo color cubre sus hombros. (Pero acaso el ensemble no fuera celeste, color de la patria, sino gris color del acero; acaso el visón no fuera gris, sino beige). La sonrisa de la primera dama, el gesto austero del general, definen el nuevo rostro del poder en Argentina. El resto de los presentes, sin eclipsar al primer matrimonio, acompaña ese esplendor: la señora Mercedes Robirosa Ocampo de Costa Méndez, luce un vestido de satén blanco con hilos dorados. “Pocas veces hemos visto ‘toillettes’ más deslumbrantes”, asegura un viejo empleado del Teatro Coló; “lamento que no se televise la reunión o que se filme, para demostrar en las capitales de Europa que no somos un país subdesarrollado”, comenta un especialista en modas masculinas. La “pulquérrima elegancia de los hombres”, el diálogo de los trajes y uniformes, incluidos audaces con galera, evocan los tiempos idos del esplendor porteño.”

…”El primer escenario nacional”, esa gloria de la Argentina del centenario, está hoy colmado por la elite de la Revolución Argentina. Revista muy parcial: el comandante en Jefe del Ejército teniente general Pascual Pistarini, el canciller Nicanor Costa Méndez, el general Julio Alsogaray, el ingeniero Julio Alsogaray, su esposa Edith Gay, su hija maría Julia… “ Realza lo rancio de la noche el conde Teleki, descendiente de la casa de Hungría, muestran la adhesión de las fuerzas vivas los hombres de la Sociedad Rural, del centro de exportadores, de la Sociedad Científica Argentina. Entre los artistas, Cecilio Madanes director del Teatro, exhibiendo la condecoración que le entregara el general De Gaulle; allí el compositor Alberto Ginastera.”

…”la primera música de la noche es el canto primero, unísono de todos: ‘Jamás se ha escuchado un Himno Nacional Argentino tan arrebatador y pleno de patriótica sugestión’ susurrará una dama… El momento más fuerte del programa es un ballet argentino tomado muchas veces como auténtica expresión de la música nacional: Estancia, op. 8, de Alberto Ginastera.”

—–

Esta crónica, describe la noche de gala por el día de la independencia, el 9 de julio de 1966, en el Teatro Colón, de Buenos Aires. Petenece  al prólogo del libro The Bomarzo Affair (“El Caso Bomarzo”) – Opera, Perversión y Dictadura; del musicólogo argentino radicado en Francia y especialista en historia política de la música, Esteban Buch.

El título del libro se basa – aclara el autor – en el nombre que le dio la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, en aquel entonces, al que tal vez sea el caso de censura cultural más resonante y escandaloso, dentro de una extensísima lista de prohibición de arte y artistas por parte de gobiernos autoritarios, y/o democráticos, a lo largo de nuestra historia: la prohibición del estreno de la ópera Bomarzo, compuesta por Manuel Mujica Lainez (basada en la novela de su autoría) y el compositor Alberto Ginastera.

Cuando se habla de censura en cultura, se piensa inmediatamente en persecución a artistas o colectivos espontáneos o establecidos,  por cuestiones ideológicas, religiosas, contraculturales, y unos cuantos etcéteras más. Sobran razones y casos.

Pero – como analiza Buch en su libro, al igual que otros trabajos periodísticos sobre el tema –  esta prohibición a una ópera, sinónimo de lo que se da en llamar “la alta cultura”, sobresale en los hechos porque:

  • enfrentó la oligarquía consigo misma,
  • involucró la influencia de la Iglesia,
  • motivó consultas diplomáticas entre Estados Unidos y Argentina
  • generó debate y hasta humor irónico (Landrú, Tato Bores) en muchos medios importantes de la época, como las revistas Primera Plana y Panorama,
  • despertó la curiosidad de los medios extranjeros,
  • dividió a artistas e intelectuales de acá y de afuera, entre sí.

Narremos un poco los hechos.

1962

Mujica Láinez (escritor y referente de la cultura del establishment) edita la novela Bomarzo (adaptación libre sobre la vida del Duque Orsini, en su villa de Bomarzo, cerca de Roma, en el renacimiento italiano). La Novela gana el Premio Nacional Cervantes, el John F. Kennedy y una medalla del gobierno Italiano.

1964

Mujica y Ginastera (uno de los compositores más destacados de la música nacional, hombre cercano al catolicismo, referente en los ámbitos culturales de la época) componen la Cantata Bomarzo.

1967

Los mismos autores estrenan el 19 de mayo de ese año en Washington la ópera Bomarzo, compuesta previamente por ellos, con enorme suceso, frente a un público que la aclama. Dice Albino Gómez, agregado cultural de la Embajada en Washington, entonces: “ Los corresponsales de nuestra revista Panorama y de la agencia United Press

destacaron especialmente la presencia de Hubert Humphrey, vicepresidente de los

Estados Unidos; de Eugene Rostow, subsecretario de Estado y de otros ya importantes

personajes en ese tiempo, como Ted Kennedy, Arthur Schlesinger, James Symington, jefe

de ceremonial de la Casa Blanca y de tantos otros que luego participaron también de la

extraordinaria recepción que se brindó en la embajada de nuestro país, a la que

concurrieron profesores y autoridades de varias universidades locales, diplomáticos

extranjeros, funcionarios de la OEA, argentinos residentes e invitados que llegaron desde

Buenos Aires, como Jeannette Arata de Erize y Leonor Hirsch de Caraballo, los críticos

Jorge D’Urbano y Emilio Gimenez … Una lista interminable en la que no

faltaron los integrantes del elenco. En fin, la larga lista de invitados llegó a un número aproximado de trescientos, que cubrieron los salones de la embajada estupendamente decorados a la manera de Bomarzo, incluidos sus monstruos. El otro hecho insólito, para una ciudad poco nocturna como Washington en aquellos años, fue que la recepción se prolongara hasta las tres de la mañana.

El estreno tuvo todo el apoyo del Gobierno argentino. A tal punto que el propio presidente Onganía, firma el siguiente decreto:

“Que el estreno de la ópera Bomarzo, cuyo libreto pertenece al señor Manuel Mujica Láinez y

su música al señor Alberto Ginastera, constituye un importante acontecimiento para la cultura argentina; que resulta conveniente aprovechar esta ocasión para auspiciar el viaje de las personas citadas, cuya presencia en Washington (DC) dará mayor relieve a la representación precitada. Que es asimismo conveniente que ambos pronuncien conferencias sobre los aspectos literarios y musicales de su respectiva competencia, acrecentando de ese modo el propósito de resaltar las más altas manifestaciones de la cultura argentina. Que por último resulta oportuno asignar a las altas personalidades que representarán en el extranjero las posibilidades creadoras de nuestro pueblo, el rango diplomático que exteriorice el respaldo del Estado Nacional a las empresas culturales.”

Los ecos de este suceso artístico argentino en Washington, llegaron al país, a través de las crónicas de los periodistas especializados enviados, en las cuales remarcaron entre tantas cosas, las temáticas sexuales de la obra.

Eso sólo bastó, junto con algunos recortes periodísticos y fotografías de la puesta en escena para que la Comisión Honoraria Asesora para la Calificación Moral de Espectáculos Públicos se expidiera y con la orden del Presidente Onganía, el Intendente de Buenos Aires, Coronel Eugenio Schettini, decretara la prohibición del estreno de Bomarzo en el Teatro Colón en Agosto de 1967, diciendo textual:

…… la necesidad de “tutela de los intereses de la moral pública” frente a las referencias obsesivas al sexo, la violencia, y la alucinación, acentuada por la puesta en escena, la masa moral, los decorados, la coreografía y todos los demás elementos concurrentes como lo han destacado con crudeza manifestaciones de los propios autores y la crítica del periodismo internacional…”

A los condimentos propios de un hecho así: ignorancia, intolerancia, represión y persecución se agregan algunos condimentos que convierten el caso en cuanto menos  llamativo: en sólo 3 meses, la misma dictadura que dio todo el apoyo, pompa y honores para el estreno de la obra fuera del país, terminó prohibiéndola… sin siquiera haberla visto. Ginastera y Mujica Lainez, dos artistas “propios” del establishment social y cultural argentino (de derecha y antiperonista uno; católico, el otro) devinieron inesperadamente para ellos y sus pares, en “víctimas” de la censura y el autoritarismo de la Revolución Argentina. Lo cual desató fuertes cruces entre la misma derecha (católicos vs liberales).

Este acto de violencia y represión contra la libre expresión de un hecho artístico, involucraba al mismísimo Teatro Colón! Símbolo de la “alta cultura” nacional.

Por si fuera poco el arzobispo de Buenos Aires y vicario castrense, cardenal Antonio Caggiano (quien llegó a acusar a Estados Unidos de apoyar al comunismo en Argentina) atacó duramente a la ópera censurada, y centró su defensa de la prohibición “en la necesidad de no desconocer las que él entendía enseñanzas básicas de la Iglesia: la imposibilidad de reclamar una libertad absoluta para el arte, en tanto y en cuanto este no era un valor absoluto.”

Lo cual le dio letra y ánimo al propio presidente Onganía, tan ligado al pensamiento de la Iglesia:

“…existen algunos momentos en que, frente a un enemigo que no vacila en utilizar los medios más insidiosos y, paralelamente, los más violentos, no cabe otra alternativa que la represión. Cuando lo que está en juego es nuestro sentido cristiano de vida, se hace necesario apelar a recursos extremos, por más desagradables que nos resulte su aplicación Llevaremos a cabo todas las acciones necesarias para evitar que los medios masivos de comunicación y de cultura  pongan al servicio de la corrupción de las costumbres. El argumento estético no puede prevalecer sobre la concepción moral que inspira esta política.”

Pero hay otros ingredientes que, si se quiere, convierten ésto en una crónica circular. El verdadero Duque Orsini, espíritu libertario, decidió construirse una villa en el Bosque de Bomarzo, cerca de Roma, y la llenó de monumentos, estatuas, estanques, música, doncellas para darse todos los placeres. En contraste frente al puritanismo de la Iglesia de la época, a través del Concilio de Trento.

Más de cuatrocientos años después, la historia da luz a sí misma: la obra, de vanguardia para la época, concebida para ser disfrutada por quien quisiere, pasa a ser noticia, no  como expresión artística, sino por caer en la redes de un autoritarismo retrógrado, ignorante y ciego. El Concilio frente al Duque, nuevamente.

La otra (triste) ironía de esta crónica es que la ópera, finalmente fue estrenada en el año 1972, en el Colón, por… la misma dictadura que unos años antes la había prohibido.

Crónica, de uno de los hechos más tristes y oscuros, la prohibición de Bomarzo, fue un emergente del cruce entre cultura y política. O mejor expresado, entre la esencia de una expresión artística y lo peor de la soberbia autoritaria y represiva. El huevo de la serpiente, una vez más. Siempre latente.

– – –

Cualquier coincidencia con la realidad, no es pura casualidad.  50 años después. 10 de diciembre de 2015. Asunción de Mauricio Macri como Presidente de Argentina…Algunos de los invitados a la gala  del Teatro Colón.

MIRTA LEGRAND, SUSANA GIMENEZ, JUANITA VIALE, MARCELA TINAYRE, GUILLERMO COPPOLA, FLORENCIA DE LA V,  CHICHE GELBLUNG, EL MAGO SIN DIENTES,  VALERIA MASSA, PAMELA DAVID, MARIANA FABBIANI,VIVIAN CANOSA,DANIEL HADDAD, MIGUEL DEL SEL, IVAN DE PINEDA, BARTOLOME MITRE, ESMERALDA MITRE, TATO LANUSSE, HECTOR MAGNETTO, FERNANDO DE LA RUA, Y … DARIO “NO FUERON 30MIL” LOPERFIDO… 

Cuando sonó la última nota. El presidente miró a su lado y preguntó “Ya está?”

(Por Luis Ponte*) Situémonos en España. Más precisamente en Vallecas, barrio obrero al sudeste de Madrid, donde habita Doña Carmen Martínez, de 85 años, antigua vecina y reconocida simpatizante del Rayo Vallecano. El Rayo es el único equipo de barrio que queda en la Liga Española de Fútbol, y el de presupuesto más pobre.

Una mañana de noviembre de 2014, varios patrulleros de la policía nacional española, bloquean la calle donde vive doña Carmen. El objetivo de semejante despliegue de la fuerza pública: desalojar a la anciana de la propiedad que habita y le pertenece, desde hace 50 años.

Corren tiempos de crisis en España. La burbuja inmobiliaria estalla por el aire, y sus filosos restos esparcidos, dan de lleno como suele suceder, en la dignidad de los  más desprotejidos.  “No más viviendas a los fondos buitres” dice la organización “Plataforma de Afectados por la Hipoteca”.  El Estado, sin embargo, falla a favor de los fondos y los bancos, y más de 500.000 familias pierden sus hogares.

Esa mañana, es el turno de Carmen. Años antes, salió de garante de un préstamo a favor de su propio hijo. La crisis lo convierte en impagable. La justicia dictamina a favor del prestamista. Y ni el centenar de vecinos que salen a reclamar por ella, pueden impedir lo inevitable. Doña Carmen, vecina de Vallecas, e hincha histórica del Rayo, queda en la calle.

Pero al día siguiente, sucede un hecho que da un giro a esta historia. En la conferencia de prensa previa al partido del Rayo Vallecano contra el Celta de Vigo, su entrenador Jémez, habla del caso de Carmen Martínez:

Carmen no se quedará sola. Que mediante una ayuda económica que aportarán él, los jugadores, los dirigentes, el club, y los socios que se sumen, salvarán a Carmen de la calle, pagandole los gastos de alquiler de una nueva vivienda. Y  por supuesto, en el mismo barrio de Vallecas.

El gesto solidario, no sorprende a los vallecanos, pero impacta y trasciende las fronteras del barrio. Doña Carmen, la humilde anciana de Vallecas, empujada a la calle por la crisis y por el propio sistema, llega a las primeras planas de los medios nacionales y deportivos de España Y del mundo. (Aquí en Argentina, incluso, en varios medios gráficos) a tal punto y, vaya paradoja del destino, que opaca la noticia de la muerte de la Duquesa de Alba (una de las personas más rica del país, con 3.000 millones de €, dueña de palacios, castillos, títulos nobiliarios, miles y miles de hectáreas, y segunda propietaria de tierras, después de la Iglesia Católica).

Ese domingo, el Rayo vence 1-0 al Celta de Vigo. El estadio, colmado de hinchas vallecanos está feliz por el resultado pero también, por el gesto de su plantel y del club. Se extienden banderas y carteles: “Orgullosos de Uds.”,  “Carmen se queda”, “Solidaridad de un barrio obrero”, y un cuarto: “Rayismo contra los desalojos”. Los medios subrayan titulares como: “más equipos como el Rayo”, “ya son campeones”.

Luis Jiménez el hijo de doña Carmen , dice en conferencia frente a las cámaras:  “Que nos haya ayudado el club más pobre nos hace pensar que otro equipo más poderoso como el Real, podría haber hecho algo, pero bueno, no tenemos palabras de agradecimiento, para el Rayo”.

Y esas palabras, no son casuales y encierran, de cierta manera, el sentido de esta historia. Que sucede en Vallecas. Un extenso barrio de más de 350.000 habitantes al sudeste de Madrid. Barrio con una fuerte tradición e identidad obrera y contraculutral. De los más castigados, dicen, por los bombardeos franquistas durante la Guerra Civil.

Barrio donde tiene sede este Rayo Vallecano, también ligado a ideales de conciencia política y lucha social. Y de dónde surge como emergente,  a principios de los noventa, los denominados Bukaneros, colectivo de hinchas del Rayo Vallecano.

Que – más por causalidad que casualidad- instalaron en Vallekas (algo impensado en nuestro fútbol argentino) el  “Día contra el Racismo en los Estadios de fútbol” (en cuya primera edición en 1997 invitaron a medio centenar de inmigrantes a presenciar un partido como parte de una jornada de convivencia junto a ellos) y también, las Jornadas contra la Represión. bajo el lema “Contra el racismo, la represión y el fútbol negocio, Rayo, nunca caminarás solo”.

Bukaneros, en su página web dice “una historia basada en la lucha y defensa del equipo, del barrio y de la forma de entenderlo siempre limpia de racismo, y de fascismo. En su facebook, hace dos días, subieron un collage de fotos del barrio de Vallecas con grafittis pintados por los Bukaneros, contra el machismo.

Ellos – como los barras de acá- también se juntan con los jugadores, pero no para apretarlos o extorsionarlos por dinero, sino para explicarles cada año, la realidad de Vallecas. La identidad del barrio. También el trueque que piden, es otro: aliento incondicional de la hinchada por entrega total adentro de la cancha. Como ese día, en el que perdieron 1-0. Los jugadores avergonzados – a punto de perder la categoría – se fueron al vestuario y la hinchada los obligó a salir no para insultarlos, sino para aplaudirlos por el esfuerzo, a pesar de la derrota. Curiosamente, a partir de allí, ganaron los 4 partidos restantes y salvaron la categoría.

Y en otro posteo en fbook, escriben: “en un mundo en el que solo cuenta el dinero y la renta, el fútbol no es excepción, los millones y la TV se llevan todo el protagonismo a costa de la esencia de este deporte: los hinchas. Como bien dijo Galeano jugar fútbol sin hinchas, es como bailar sin música.”

Eso dice la hinchada del club con el presupuesto más bajo de la Liga, con € 25 millones, frente a los € 500 millones del Real o del Barca.  O a los más de 25 millones de € que ganan por año Messi o Ronaldo (algo asó como 1,5 millon de pesos argentinos por día). Estos contrastes no le impidieron ser en 2013, el tercer equipo de Europa con mayor % de posesión de pelota y de remates al arco, despues de (otra ironía de la realidad) los mismísimos Bayern Munich y el Barca. Con presupuestos mas de 30 veces superiores.

Vallecas, el barrio obrero de Madrid, su equipo, el Rayo Vallecano, y su hinchada, los Bukaneros, van de la mano del lema que despliegan cada domingo en su  bandera gigante: “Somos pobres con orgullo, con cojones como puños”.

Un portal español, escribió: lo que hizo el Rayo Vallecano por Carmen es fútbol en estado puro, aunque no se haya pateado un balón. Ni uno.”

La historia no termina allí: meses después cuando el club le entrega el total de lo recaudado, Doña Carmen, dona la mitad de ese dinero, para traer a España, desde Nigeria a los hijos de un ex arquero del club, nigeriano, moribundo, cuyo último deseo, es verlos antes de morir.

* Luis Ponte es productor y gestor cultural. Fue director de la Alianza Francesa en Bahía Blanca y realizado innumerable cantidad de producciones artísticas y culturales en la región. Además ha colaborado con otras instituciones en carácter de asesor. Desde 1973 hasta el momento se desempeñó como columnista en distintos medios de comunicación. Actualmente integra la Productora Nariscopio. Obtuvo una Diplomatura Superior en Ciencias Sociales con mención en Educación y Nuevas Tecnologías por Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y también un Posgrado de Gestión Cultural y Comunicación en la misma entidad.