Veinte años del escape de cloro: gracias al viento
Tití Sedrani, vecina de Ing. White recordó en diálogo con FM De la Calle lo ocurrido a partir del escape de cloro de la planta de Solvay Indupa (hoy Unipar) del polo petroquímico ocurrido hace veinte años.
“Siguen sucediendo cosas, no cambió nada. Fue espantoso, algo tremendo. En ese momento no teníamos dimensión de lo que era porque no sabíamos, percibíamos el olor y veíamos que algo raro era. Acá nos conocen por la ciudad de los vientos, ahora tenemos que levantarnos y decir ojalá haya viento por si pasa algo”.
El 20 de agosto del 2000 un escape de cloro de la planta de Indupa provocó una enorme nube amarilla. El viento la llevó hacia el estuario y salvó a la comunidad. Siete días más tarde un nuevo escape, esta vez de amoniaco, producía la flamante planta de Profertil.
“Vivo en el Boulevard y venía para White y arriba del puente con el vidrio cerrado del auto me empezó a arder la garganta. Entré a la peluquería y cuando empezaron las noticias tomamos dimensión de lo que estaba pasando”.
Sedrani comentó que “en el momento entré a la peluquería y me quedé ahí. No había nada, ninguna sirena, nada de nada. Nadie sabía que había que confinarse ni toda esta historia. Después empezaron a traer esos stickers de todo lo que había que hacer. Yo en ese momento tenía la casa rajada, ¿dónde me iba a quedar? ¿dónde te confinás para que no te entre nada de esto? Todo chamuyo”.
La vecina relató que durante varios años se hicieron actos en conmemoración aunque en el último tiempo “éramos cuatro o cinco personas. Primero culpaba a las empresas, estaba renegada, después me di cuenta que las empresas son responsables pero es más responsable el Estado que lo permite”.
Respecto a la fisura de su vivienda, Sedrani contó que “un día vinieron unos ingenieros y me preguntaron porqué cree que se le rajó la casa: por las empresas, por la termoeléctrica. Las rajaduras comenzaron cuando empezaron a poner los pilotes”.
“Se hicieron todos los boludos, ese día les dije que no vinieran más a tomarme el pelo. Cuando recibo el informe de La Plata, era culpa de la forestación, el asfalto y la falta de lluvia. Se los rompí en la cara”, comentó.
Por último, se preguntó “¿por qué Profertil ponía una página entera de publicidad en el diario no vende nada en Bahía? ¿Quién paga las campañas de los intendentes? Soy una simple peluquera, pero algo te da que pensar”.
Fotos Tití Sedrani: Magalí Agnello.