“Utilizaron la declaración de ella para condenarla”

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“Lo que se lee entrelíneas de la sentencia es que se tendría que haber dejado morir. Es la única manera de que no hubiera ido presa. Si ella hubiera muerto y sus cuatro chiquitos hubieran sido desparramados en distintos hogares junto a la recién nacida, ahí sí sería ‘R. la heroína’: qué madre, cuánto amor, murió por sus hijos. La exigencia es esa”, señaló en FM De la Calle la defensora oficial Fabiana Vanini.

R. fue condenada por el Tribunal Criminal Nº 3 a ocho años de prisión por no haber auxiliado a su bebé en el parto tras haberse desmayado. Fue un fallo unánime a partir del voto de la jueza Daniela Castaño, con la adhesión de sus pares Eugenio Casas y Alfredo D´Empaire. R. está presa desde junio del año pasado en Azul.

“Utilizaron la declaración de ella para condenarla. Usaron las partes que les servían a los jueces para condenarla y desecharon aquellas partes que eran exculpatorias”, dijo Vanini y agregó que “claramente el reproche es moral, ético y clasista”.

En el 2005. R. dio a luz a su hija en la soledad de su casa y luego de una jornada de trabajo extenuante. Desesperada, llamó a sus hijos menores de edad quienes la asistieron y luego se desmayó. Permaneció inconsciente durante varias horas y cuando despertó la bebé había fallecido.

Desde la defensa pidieron la prescripción de la causa por el tiempo transcurrido desde los hechos. “A ella la juzgan en 2006 y se va un día antes de que concluya el juicio porque el riesgo de la prisión perpetua en ese entonces era absoluto. Tenía 4 hijos menores de edad, se va, le dictan una orden de captura. Ella creía que ya estaba, que la justicia se había olvidado de ella. En junio del año pasado por un reconocimiento de rostro de una cámara de Retiro, se detecta que tenía pedido de captura y, a partir de allí, comienza esta pesadilla”.

Vanini afirmó que “el fiscal (Jorge Viego) la acusa por no haber atado el cordón de la recién nacida y haber atado el suyo. En la sentencia hay un pasaje curioso que muestra la absoluta falta de perspectiva de género: que la defensa no puede plantear que ella no sabía qué tenía que hacer porque R. es una mujer que tuvo 4 hijos y que ya estaba bastante experimentada en el tema. El planteo es un disparate: ¿cómo una mujer madre de 4 hijos no sabe qué hacer en un parto?”.

“El fiscal decía que decir que se había desmayado era ponerse en una mejor situación cuando él no pudo probar lo contrario. Los jueces concluyeron que sí  -lo que es aun más grave- que el desmayo existió pero que de todas formas ella debía haber auxiliado a su hija”.

La hermana de R, Andrea, dijo en FM De la Calle: “Soy enfermera profesional y no sé cómo hacer para atar un cordón. En ese momento que nace el bebé no sé qué te provoca un parto, me parece muy machista lo del fiscal. Yo como profesional no sé hacerlo, me parece muy injusto”.

La víctima trabajaba más de 12 horas por día, con un contrato precario en el frigorífico La Gleba de Argerich, dependiente de la Universidad Nacional del Sur.

“R. tenía 4 nenes, siempre estuvo sola, la luchó, trabajaba un montón de horas, oculto su embarazo por miedo a perder su trabajo. Cuando tuvo a uno de sus hijos le dieron 15 días, no tenía licencia por maternidad y, de repente, de nuevo embarazada. Ella se fue por miedo a que la condenen. Ella nunca se olvidó lo que había pasado, tuvo a su nena, que tiene ahora nueve años y la está pasando muy mal”, contó Andrea.

La defensora agregó que “la pericia decía que era muy probable que ella no pudiera comprender la criminalidad del acto ni dirigir sus acciones. Solicitamos al Tribunal que la sobresea en virtud del art. 341, que dictamina esta posibilidad antes del juicio si surge una nueva prueba”.

“El Tribunal nos dijo que no porque de las pruebas no surgía evidente el estado de inimputabilidad sino que era probable. Sumado a que la pericia no se expedía sobre la peligrosidad y que el Código Penal exige que antes de la declaración de inimputabilidad se tiene que analizar si la persona es peligrosa o no”.

Vanini adelantó que apelarán la condena ante la Cámara de Casación. “Vamos a insistir y solicitar el arresto domiciliario. Estamos recibiendo mucho apoyo de organismos y redes feministas para colaborar en la presentación. Nos contactaron desde el Ministerio de la Mujer de la provincia. Conseguir la libertad de R. es el próximo paso. Vamos por eso”.

“Que se haga justicia”, reclamó Andrea.