Perezoso gigante en Pringles: “Parecía que estaba durmiendo esperando que lo encontremos”
Un robusto perezoso terrestre fue hallado a raíz de movimiento de suelos que realizan máquinas que están construyendo un camino. Estudiantes de Geología de la UNS excavan para desenterrar el animal que se estima vivió entre 8 mil y 24 mil años atrás, una época geológica que se corresponde con el paleolítico arqueológico o la “edad de piedra”.
“Es muy importante porque es uno de los primeros especímenes que se encuentran de esta nueva especie dentro de la subfamilia, también por el tipo de hallazgo: el ‘bicho’ se encontraba entero, todavía falta excavar y encontrar la posición exacta de cada uno de sus extremidades, se encontraba entero y articulado, eso es particular porque imagínense que cualquier animal que muere por cuestiones naturales se desarma, este estaba literalmente acostado, parecía que estaba durmiendo esperando que lo encontremos”, dijo a FM De la Calle Guido Pastega, estudiante y miembro de la excavación.
En relación a la conservación, otro integrante del equipo, Valentín Alfano comentó que “es bastante pronto para decirlo pero intuimos por el tipo de sedimento que lo rodea que fue sepultado por una corriente que no era agua sino sedimento, con fracción importante de arcilla, de graba, de arena. Eso lo sepulto más o menos rápido y permitió que no fuera desmembrado por depredadores u organismos que impiden esta conservación”.
“Lo que más resalta es que el esqueleto esté completo, que está articulado, los huesos en posición anatómica. Localmente es muy importante porque nunca se había encontrado algo así cerca de la comunidad. Ya está documentada la existencia de la especie en la zona pero no específicamente aquí”, explicó.
La empresa se lleva a cabo en camino rural muy cercano al Paraje La Paloma, distante 9 km de Coronel Pringles. Está liderada por el paleontólogo Cristian Oliva, del Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (CRePAP), acompañado por el museólogo local Lucas Tobio -responsable local de Museos y Patrimonio- y por Emiliano Strissolo. Participaron, en dos turnos, 9 estudiantes de la licenciatura en Ciencias Geológicas: Eliana García, Franco Pastega, Franco Vallejos, Guido Pastega, Kevin Kuhnle, Martina Valdovino, Nahir Lafferrayrie, Valentín Alfano y Valentina Griffiths.
“En función de la anatomía del cráneo que se desenterró en 2020, que es bajo, alargado y medio tubular y determinó que es un Scelidotheriinae, que es un grupo de perezosos que habito Sudamérica en el pleistoceno, una época geológica de hace 2 millones y pico de años hasta hace unos 12 mil. Estos animales fueron mu abundantes en la región, incluso en países vecinos”, dijo Alfano.
Explicó que para describirlo “se usa la analogía de un oso, pero un oso es como cúbico, este animal era más alargado, robusto, de entre 3 y 4 metros de largo, rondaba la tonelada de peso, era un perezoso grande en comparación a los que conocemos ahora. Este tenía pocos depredadores, porque era un animal que tenía incluso huesos en la piel, osículos dérmicos. Son parientes de los gliptodontes y mulitas que tienen caparazón óseo y tenían una anatomía similar: eran huesos dispersos en la piel, tenían un cuero muy grueso y eso daba protección”.
En los años finales de su existencia la especie humana podría haber sido la depredadora de estos animales. “Algunos consideran que el hombre como especie ha sido uno de los depredadores que ha conducido a la extinción de la mega fauna que habitaba en toda esta región. En los miles de años previos seguramente fue depredado por osos, dientes de sables y otros felinos que podían amenazar a los individuos más pequeños”.
En cuanto a la extracción, detalló que se realiza “con mucho cuidado, con las herramientas adecuadas, pinceles, cepillos de dientes, herramientas odontológicas, quizás una bolsa de herramientas más pesadas para despejar el área. Como están en un estado muy delicado de conservación, hay que tener cuidado”.
“En muchos casos lo que se hace es rodear estos huesos con un bochón estructural que es de yeso, esto permite que se lo extraiga como una masa uniforme y en el laboratorio se lo limpie al detalle en un lugar seguro, así los huesos pueden ser expuestos o estudiados como corresponde”, explicó Alfano.
Agregó que, “en este caso, como los huesos están frágiles, se está analizando si se hace un bochón -que sería riesgoso porque sería un bochón muy grande considerando que el animal está entero, o la otra alternativa es montar una exposición in situ, en el mismo lugar hacer un centro de interpretación, o una prolongación del museo local para que tenga una cartelería especial. Eso está en deliberación. Todavía no tenemos una respuesta de que va a pasar con el ejemplar”.
“La comunidad se mostró muy interesada, soy de Pringles, fue mucha gente curiosa, jardines de infantes, la prensa, vecinos por su cuenta. Muy linda la relación que tuvo la comunidad con el hallazgo”, concluyó.
Fotos: UNS