“Haya Paz”: el archivo que rescata casi un siglo de historia bahiense

El Museo y Archivo Histórico de Bahía Blanca obtuvo una beca de la Fundación Williams por el proyecto “Haya Paz”, el cual permitirá poner en valor y abrir a la consulta pública uno de sus fondos documentales más antiguos: los archivos del Juzgado de Paz y la Municipalidad entre 1832 y 1920.

La iniciativa apunta a identificar, inventariar y conservar alrededor de 200 unidades documentales en excelente estado, que abarcan desde repartos de tierras hasta informes policiales, pasando por testamentos, prohibiciones curiosas y registros de la vida cotidiana de la ciudad.

“El subsidio nos permite completar el equipamiento, garantizar la conservación y, sobre todo, abrir estos documentos a la consulta de la comunidad”, destacó la directora del Museo, Ana Miravalles.

La encargada de archivo, Julieta Ferraggine, remarcó que el fondo es “muy grande, muy atractivo y en excelente estado (…) La calidad de los papeles que se utilizaron en el momento para producirlo era muy buena, los documentos están muy enteros, las tintas no se han oxidado, entonces hay una serie de características, la antigüedad, la extensión y el volumen hacen que sea un fondo documental súper atractivo para trabajar”.

Entre las historias resguardadas figuran el primer documento sobre la Comisión de Solares que organizó la repartición inicial de tierras en la ciudad; inventarios de bienes de difuntos que revelan la vida cotidiana en el siglo XIX; prohibiciones como la caza de avestruces y hasta informes detallados de la inundación de 1884. Cada pieza es una puerta de entrada para reconstruir la memoria de Bahía Blanca con nombres, lugares y episodios que formaron su identidad.

Para el equipo del Museo y Archivo Histórico, este trabajo rinde sus frutos cuando permite conectar piezas, reinterpretar hechos y ampliar la comprensión sobre la ciudad. “En el pasado, la historia de Bahía Blanca se narró desde el triunfo de la civilización sobre la barbarie o desde la idea de un progreso indefinido, hoy buscamos interpelar esas miradas”, explicó Miravalles.

Ferraggine añadió que el archivo “invita a la gente a hacerse preguntas diferentes a las que nos veníamos haciendo y poder interpelar afirmaciones como esta que está hablando Ana, por ejemplo, sobre el ferrocarril, sobre el progreso, sobre la inmigración, sobre la cuestión del urbanismo en Bahía Blanca, la cuestión del agua también es un tema muy relevante”.

La labor cotidiana involucra a todo el personal del museo: desde quienes diseñan y organizan el depósito, hasta el área educativa, que recurre a la biblioteca y al archivo para preparar visitas y materiales. Incluso las búsquedas pueden incluir objetos de la colección museográfica, integrando todas las áreas.

Miravalles destacó que el reconocimiento de la Fundación Williams no sólo aporta recursos para equipamiento y conservación, sino que valida la propuesta específica: “No es que armamos todo el archivo, sino una parte puntual. Pero haber podido formularlo y sostenerlo es un logro colectivo que nos da mucha satisfacción”.

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