Cantamutto: “La sobretasa al polo es una discusión de equidad y justicia fiscal”

El economista Francisco Cantamutto visitó el estudio de FM De la Calle para analizar la propuesta del Municipio de elevar la alícuota de la Tasa de Seguridad e Higiene que pagan las empresas del Polo Petroquímico, del 8,1 al 20 por mil. La medida, que busca recaudar unos $27 mil millones para financiar obras de reconstrucción tras la inundación, abrió nuevamente el debate sobre la sobretasa.

Cantamutto destacó la creciente sobrecarga de responsabilidades sobre los municipios y la falta de recursos para atenderlas. “Cada vez más funciones del Estado recaen en provincias y municipios, pero la recaudación sigue centralizada en los estados nacionales. Los municipios tienen que responder ante muchísimas emergencias con herramientas muy limitadas”, explicó.

“Vale la pena resaltar que son las empresas que se encuentran relativamente independientes del ciclo no solo climático sino económico local, porque atienden un mercado global, poco les importa, puede que el desempleo o la tasa de pobreza suban o bajen y siguen funcionando casi como si estuvieran en una isla aparte”, refirió.

Recordó que el crecimiento del polo fue posible gracias a decisiones estatales: “El polo petroquímico lo construyó el Estado. Y durante décadas se les otorgaron beneficios fiscales múltiples: reintegros, deducciones, acceso privilegiado a divisas. Son beneficiarios sistemáticos del sistema fiscal”. En ese contexto, se preguntó: “¿Tiene sentido que el sector más rico pague proporcionalmente menos que un kiosco o una verdulería? Es contraintuitivo. La discusión es de justicia fiscal”.

Emergencia climática y falta de transparencia

Para Cantamutto, la inundación no fue un episodio aislado sino la expresión del cambio climático: “Hay un error conceptual de pensar que el cambio climático va a ser la ola gigante (…) El cambio climático es lo que estamos viviendo en Bahía desde hace dos años, que es fenómenos climáticos extremos recurrentes imprevistos. Es necesario que para que los estados puedan atender esto, tengan los recursos”.

Acerca de la información disponible sobre la facturación de las megaempresas puntualizó que “hay una opacidad absoluta”. “Mientras se audita hasta el último peso de quien cobra un plan social, no se auditan miles de millones en exenciones fiscales”, señaló.

El economista recordó que, según el Presupuesto 2023, los gastos tributarios representan en torno al 4% del PBI. “Se podía pasar al superávit sin subir un solo impuesto cobrándole a los que no están pagando, los impuestos que existen, no otros”, añadió.

Pese a la dificultad de la dirigencia política local, consideró que el contexto actual abre una ventana para avanzar: “Este nivel de desigualdad es tan extremo y sostenido a través del tiempo, que hay espacio social y político para avanzar”, sostuvo.

Un escenario social deteriorado

Durante la entrevista también analizó el relevamiento del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur sobre la situación de los hogares bahienses. “La gente está trabajando más horas, más días o más trabajos para ganar lo mismo o menos”, indicó.

La encuesta refleja caída del crédito, crecimiento de atrasos en pagos y una dependencia cada vez mayor de redes familiares: “El ahorro se agotó. Hoy lo que sostiene a la gente no es el Estado, sino su círculo cercano”.

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