CTA contra el discurso de odio de Rodríguez y Espert

La CTA bahiense repudió la resolución del Concejo Deliberante que impulsa un mecanismo de delación de supuestos actos de adoctrinamiento y la descalificación del diputado José Luis Espert, quien afirmó que Suteba es “una mafia de vagos, chotos y chorros”.

El 14 de julio concejales y concejalas de Juntos -UCR, Coalición Cívica y PRO- y Avanza Libertad aprobaron un proyecto que “ya está inscripto en la historia política de las manifestaciones más autoritarias y retrógradas votadas por representantes electos y electas por el voto popular”.

“Plantea al gobierno de la provincia que habilite los recursos necesarios para ‘efectuar denuncias de actos y/o situaciones de adoctrinamiento en los establecimientos educativos del territorio bonaerense, garantizando en un marco de legitimidad, la confidencialidad y resguardo de los datos personales de las personas denunciantes’”.

Al respecto la CTA se preguntó si “¿será habilitando mecanismos de delación sobre los contenidos de las clases, lo que las concejalas consideran su mejor aporte ante las penurias de la escuela pública o por el contrario encubre el comienzo de la caza de brujas y de un ataque más sistemático sobre la capacidad de organización y de lucha de la docencia?

El proyecto pretende que el gobierno provincial pueda “limpiar” de ideología a la educación. Postulado altamente engañoso, dado que oculta su propia naturaleza ideológica presentándose como “neutral y defensor de la pluralidad de ideas”.

“¿De qué neutralidad pueden hablar las concejalas autoras de la iniciativa cuando nunca las escuchamos manifestarse ante la falta de construcción de edificios escolares y jardines, ante el hacinamiento en las aulas, ante la desigualdad de los estudiantes en la pandemia por falta de dispositivos y conexiones gratuitas, ante la precariedad de la infraestructura escolar o ante la sobrecarga laboral?”.

La Central planteó que “la docencia ha rechazado desde hace mucho tiempo el adoctrinamiento, entendido como imposición de ideas y valores, en todas sus formas. ‘Toda discriminación política, religiosa, racial o ideológica es rechazada por la entidad que mantendrá absoluta prescindencia de toda posición político partidista o confesional’, decía la declaración fundacional de la CTERA allá por 1973”.

El proyecto pretende que el gobierno provincial pueda “limpiar” de ideología a la educación. Postulado altamente engañoso, dado que oculta su propia naturaleza ideológica presentándose como “neutral y defensor de la pluralidad de ideas”.

“¿De qué neutralidad pueden hablar las concejalas autoras de la iniciativa cuando nunca las escuchamos manifestarse ante la falta de construcción de edificios escolares y jardines, ante el hacinamiento en las aulas, ante la desigualdad de los estudiantes en la pandemia por falta de dispositivos y conexiones gratuitas, ante la precariedad de la infraestructura escolar o ante la sobrecarga laboral?”.

“En un comunicado firmado por los seis sindicatos docentes presentes en la sesión del Concejo Deliberante (Aduns, Centro de Educadores, Suteba, Sadop, Amet y Udocba) se ha afirmado: ‘Lxs docentes allí presentes solicitamos más de una vez que dieran ejemplos de dicho ‘adoctrinamiento'”.

La CTA destacó que las edilas no pudieron informar, ni explicitar ninguno. “Nos habilita a pensar que se trata de una excusa para disciplinar a quienes reclamamos por escuelas seguras y calefaccionadas, a quienes pedimos un salario que nos permita cubrir la canasta familiar y a quienes, en general, salimos a defender la escuela pública cada vez que es atacada por gobiernos ajustadores”.

“Como si con el proyecto fuera poco, en un tweet que replica la concejala Valeria Rodríguez de su jefe político José Luis Espert se avanza en el lenguaje de odio tratando al Suteba Bahía Blanca ‘como una mafia de vagos, chotos y chorros'”.

Ante ello, la entidad gremial manifestó que “personas alejadas de los padeceres de la escuela pública se esmeran en estigmatizar y descalificar a la docencia que se atreve a denunciar tantas injusticias. El agravio ejercido de esta manera no es otra cosa que una herramienta que busca acallar las voces capaces de cuestionar la precarización de nuestras vidas y las de las familias y las políticas que levantan barreras para el acceso al conocimiento”.

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