De lo individual a lo colectivo: Noemí Labrune y la lucha por los derechos humanos

Juan Pablo Bohoslavsky, abogado y doctor en Derecho, editó el libro que relata procesos colectivos en los que Noemí Labrune tuvo una participación fundamental. En esta entrevista, relata la militancia y los aportes indispensables de la referente que fraguaron la lucha de los organismos de derechos humanos.

Tras dedicar su vida a militar por los derechos humanos de manera interdisciplinaria, a la docencia, la filosofía y la investigación, la fundadora de la Asamblea por los Derechos Humanos de Neuquén,  falleció el 10 de septiembre a sus 93 años.

Es imposible no ir conectándo el legado de Noemí con cosas que pasan a nuestro alrededor, el aniversario del golpe de Estado en Chile, los discursos negacionistas, los avances de discursos de odio y demás. ¿Por qué reeditan el libro con esta perspectiva?

El libro fue publicado a finales del 2021 y en el último año venimos hablando con Noemí no de reeditar sino de actualizarlo y ampliarlo, sobre todo incorporando la dimensión de la deuda externa como amenaza para los derechos humanos y cómo la cuestión de la deuda externa intoxica y contamina el funcionamiento de la democracia, los niveles de desigualdad y pobreza en el país. 

Hay un nuevo capítulo, que escribí con Francisco Cantamutto, investigador del Conicet de Bahía Blanca, específicamente sobre deuda externa y derechos humanos. La propia Noemí reabrió su capítulo -que se llama “Semillas”- y trae algunos documentos históricos de Jaime de Nevares en los ’80 en los que él mismo advertía en el contexto de la crisis de la deuda acerca de un círculo vicioso que existe entre los compromisos financieros del Estado y los niveles de realización de los derechos humanos. 

No solamente es un libro de texto sino también de fotografías e ilustraciones, unas 50. Hay nuevas fotografías, hay nuevas fotos en la portada, hay una foto de Noemí el año pasado cuando viajó a Chile para la asunción de (Gabriel) Boric. Una foto con la delegación de la APDH. También fotos históricas que iban acompañando de manera gráfica la militancia de Noemí en sus 93 años. 

No sé qué habrá hecho cuando era una niña pero sí tenemos registro -es uno de los capítulos- cuando termina su doctorado en París a los 20 y pico de años, ella vuelve a Argentina y le cuenta a su hermana que ella no va a hacer academia, que no va a tomar la cátedra. La tesis era sobre educación popular. En ese momento así se llamaba la extensión universitaria que no existía en Argentina y ella decide a los 20 y pico de años emprender la organización y fundación de la primera Secretaría de Extensión Universitaria en Argentina, en la UBA, en la década del ’50. 

Desde ese momento en adelante tenemos un registro bastante completo de la militancia de Noemí, cómo ha ido tejiendo acciones e iniciativas colectivas que la han tenido a ella como mayor o menor medida a ella como protagonista. 

En la introducción hacés un punteo de distintas perspectivas que caracterizan esa militancia individual siempre proyectada a lo colectivo, ¿cuáles destacarías?

Lo que trato de hacer es identificar las lecciones que podemos aprender a partir de las narraciones de los capítulos, en definitiva, de lo que hizo Noemí en acciones colectivas. Son lecciones que podemos aprender en materia de cómo tejer estrategias en la lucha por los derechos humanos, no concentrarnos solamente en la lucha batallando contra el Estado sino también contra actores no estatales.

Eso explica los esfuerzos en los últimos años de Noemí y la APDH contra las empresas petroleras que derraman y contaminan en la provincia de Neuquén y Río Negro, la interdependencia de los derechos humanos, es decir, que no vale la pena contentrar el 100% de los esfuerzos en la realización de los derechos humanos porque de su vigencia dependen otros también. ¿De qué sirve luchar por la salud si al mismo tiempo no luchamos también por la educación, la vivienda y la alimentación?

Esa interdependencia está clara a partir de la tabla de contenidos del índice, donde se ven cuáles fueron las luchas emprendidas por Noemí y otro de los puntos es lo importante que es poner el dedo sobre la desigualdad como factor de impacto negativo sobre la realización de los derechos humanos. Una de las últimas luchas en Neuquén fue la lucha por asegurar un asentamiento en las afueras de Neuquén, por abajo pasa el gasoducto pero el barrio no puede engancharse a la red del gas.

Después están las características singulares y extraordinarias de Noemí. Una persona de una inteligencia superior, una gran capacidad de trabajo, una gran formación académica, un gran compromiso militante, siempre del lado de la vida dispuesta a ayudar a las víctimas, a los más débiles y vulnerados. Una gran visión de mediano y largo plazo en las luchas que emprendía.

Terminó su doctorado en París pero ella tenía una concepción del conocimiento no por el conocimiento en sí mismo sino al servicio del cambio social. Entonces, siempre era, bueno, a los bifes, ¿esto cómo se materializa en la acción concreta?. Una gran innovadora en los planteos jurídicos que se formularon.

Agregaría la proyección continental que ha tenido la figura de Noemí. Es una de las fundadoras del CELS y de la APDH en Neuquén. Cuando ella vuelve a Argentina después de terminar el doctorado, ella, porque estaba familiarizada con el método científico, estaba en una buena posición para encargarse de una tarea muy importante.

Cuando en 1978 viene la Comisión Interamericana de Derechos Humanos había que hacer una selección de los casos que se iban a presentar denunciados. El informe implicó un hito, una ruptura para el régimen militar y, a partir de ese momento, se empezó a caer el velo y la comunidad internacional formalmente supo lo que pasó en Argentina, que era la pantalla sistemática de la violación a los derechos humanos. Los casos que tomara iban a tener una importancia mayúscula porque iban a determinar la fortaleza o debilidad de ese informe. Noemí estuvo a cargo de hacer una selección de los casos, tuvo que seleccionar casos que tuvieran prueba sólida, casos que denotan la presencia de actores estatales, casos que denotan la sistematicidad de la perpetración de los crímenes, había que contactar a las familias, esa tarea estuvo a cargo de Noemí.

El informe de la CIDH compiló el informe que presentaron en su momento el CELS y la APDH que estuvo a cargo de Noemí. El informe que fue un hito hacia la transición democrática fue lo que determinó después la arquitectura del movimiento de derechos humanos en Argentina porque la agenda de Memoria, Verdad y Justicia está basada en los casos que se seleccionaron en ese informe, que vienen de los crímenes que seleccionó Noemí para realizar esa investigación y selección.

Entonces, no es exagerado decir, tal como hizo Víctor Abramovich  en Viedma cuando presentamos el libro el año pasado, Noemí es una de las artífices modeladoras del movimiento de derechos humanos en Argentina. Las vueltas de la vida, cuando al final de 2021 terminamos el libro, le enviamos un mensaje a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington y les contamos acerca del proyecto, si querían participar, a las 48 horas la presidenta nos envía un mensaje y nos dice “no se hable más, lo acabamos de discutir con los comisionados de la CIDH y acá va nuestra contribución” y es un texto que está en la contratapa del libro.

“No es exagerado decir que la forma en que nosotros entendemos hoy al terrorismo de Estado y la modulación del movimiento de derechos humanos y sus organismos se debe en gran medida a lo que Noemí pensó e hizo en los años ‘70”.

Hay otro pasaje en el cual destacan parte de los debates que impulsaba en el interior de los organismos, por ejemplo para tomar el término terrorismo de Estado.

Ella fue una de las primeras personas que propuso la primera utilización de esta expresión que estaba siendo usada en Europa por las atrocidades que habían cometido los franceses en Argelia. No es exagerado decir que la forma en que nosotros entendemos hoy al terrorismo de Estado y la modulación del movimiento de derechos humanos y sus organismos se debe en gran medida a lo que Noemí pensó e hizo en los años ‘70.

Accedé al libro ingresando en http://rdi.uncoma.edu.ar/handle/uncomaid/16510?fbclid=IwAR01QFe4_nrAlCYPe-DxGxXNihNLxvjMPlQQlHz_VK06gZiVogtnnHrVqLY .

Otra de las consideraciones es sobre lo que representan las decisiones individuales para los procesos colectivos…

Sí, eso fue un acuerdo con Noemí. Ella se resistió mucho al momento de preparar el libro porque tenía olor a reconocimiento y ella estaba muy lejos de querer estar en esa situación, de que le reconocieran algo de sus esfuerzos, entonces, el acuerdo fue que el libro tenía que ser un incremento de militancia, donde se destacara como lo individual se retroalimenta con lo colectivo. El libro está escrito en ese registro, da cuenta de procesos colectivos que la han tenido a Noemí en el centro de la escena.

El título del libro es “De lo individual a lo colectivo”: las luchas colectivas las conocemos, lo individual es Noemí. Es una persona extraordinaria, su singularidad ha sido única, por su inteligencia, por su coraje, por su tenacidad, por su creatividad en los planteos, por su persistencia, por su continuo cuidado por los amigos, las amigas, las víctimas, los desposeídos a través de tantas décadas.

Además, Noemí tuvo una vejez super productiva, quinta a fondo hasta los 93 años, es como que fueron muchas vidas dentro de una sola vida. Estamos hablando de causas del pueblo mapuche, derecho a las infancias, juicios de lesa, juicios por la verdad, derechos económicos y sociales, educación pública, fundación del CELS y de la APDH. Es como una mamushka. Empezás a destapar tapas y encontrás luchas que han sido fundamentales que la tienen siempre en el medio, ella tratando de invisibilizar dentro de lo colectivo pero espero que el libro entre líneas haya dejado entrever la singularidad de esta militancia.

¿En tu caso, desde lo particular, cómo comienza el vínculo con ella? Viviste junto a tu familia en la casa de Noemí…

Vivimos un tiempo en la casa de Noemí, siempre nos ha ayudado muchísimo. Forjamos una amistad verdadera a través de cartas, libros, acciones judiciales, aprendí mucho y me he sentido muy honrado de su amistad. Básicamente aprendí mucho viéndola, sobre todo en esta historia de multiplicación de una mirada solidaria y empática, fue muy emotivo ver la cantidad de gente que se juntó en el velatorio el domingo en Neuquén. Mucha gente del pueblo mapuche con instrumentos musicales para hacer una despedida en este viaje.

Escuchá la entrevista completa

¿Cuál es tu mirada respecto al negacionismo, al hecho evidente de que por primera vez tengamos la posibilidad de una fuerza política con una chance de ser electa democráticamente y ejercer la vicepresidenta con una referente de esos sectores que reivindica el terrorismo de Estado como Victoria Villarruel?

Quisiera poner foco en el aspecto de la emergencia del revisionismo y el negacionismo, se da en un contexto de extrema pobreza y extrema desigualdad. Vivimos en un país donde más de la mitad de la población no tiene ingresos para cubrir la canasta básica. De acuerdo a la UNICEF, las infancias están en una situación de pobreza en un 60%, más que los adultos, esto es el contexto, el revisionismo, el negacionismo, se ancla en este terreno. La gente tiene bronca, tiene hambre y está desesperada. No se trata solo de pensar cómo podemos sancionar los discursos de odio sino que al mismo tiempo tenemos que poner tanto esfuerzo real y eficaz en reducir los niveles de pobreza del país.

¿Y qué crees que busca la instalación de ese tipo de discursos?

No hay duda de que buscan crear las condiciones de que haya mayores niveles de tolerancia frente a la violencia estatal si se implementan políticas económicas que excluyan a las mayorías, propulsoras de indultos a los genocidas, todo esto va de la mano con un proyecto neoliberal como el que había a partir del ‘76, por eso es tan importante entender la dimensión económica que genera el caldo de cultivo para que la gente desesperada piense que La Libertad Avanza puede hacer una acción. Hay gente desesperada que mira a un lado, mira para el otro, mira a Massa, mira a Macri y no sabe para dónde correr. La gente está desesperada, estamos hablando de una crisis humanitaria, un país donde el 50% de las personas no llega a completar la canasta básica. Es muy difícil racionalizar desde el punto de vista ontológico cómo va a votar en estas elecciones.

¿Hacia el rol de los organismos de derechos humanos o de la fuerza del campo popular, progresistas, tenés alguna mirada crítica o de lo que debería cambiar para que ese discurso, esa discusión pueda tratar de cambiar la realidad?

Yo creo que ahora van a estar a la defensiva de preservar el sistema democrático y que el nuevo gobierno no derive en una acción autoritaria. Claramente va a haber un retraimiento a la defensiva pero eso no significa que no haya que tener una autocrítica porque en los últimos 20 años los organismos no fueron lo suficientemente exigentes con los gobiernos en cuanto a la redistribución de la riqueza en el país.

Estos niveles de pobreza que tenemos ahora son estructurales, no se crearon durante la pandemia o el gobierno de Macri, sino que esta desigualdad es persistente y hemos aprendido a vivir de manera más anestesiada con estos niveles de pobreza que aumentan durante la pandemia, que el Fondo Monetario Internacional acelera esta tendencia pero en los últimos años tampoco se ha revertido.

Noticias relacionadas