Hasta la victoria siempre, profe

FM De la Calle emitió un programa especial recordando el legado de Edgardo Luis Fernández Stacco. Un repaso de las hebras de su entramado vital, a través de testimonios de personas que se enlazaron con sus múltiples quehaceres.

Matemático, militante político comunista, fundador de entidades comunitarias y culturales como la Casa de la Amistad Argentino Cubana y de esta radio -sin ir más lejos-, autor de una historia crítica de la Universidad Nacional del Sur -entre otros libros de su especialidad-, profesor queridísimo de entrega indiscutible, constructor en el exilio, con la crítica como bandera del pensamiento y la ternura como gesto de lo cotidiano.

Edgardo Luis Fernández Stacco nació el 4 de julio de 1935. Su padre y su madre se conocieron en una milonga de pueblo, en Nicolás Levalle, localidad pequeña, a pocos kilómetros del pueblo de Médanos.

Pasó la infancia entre la escuela pública rural y la estación ferroviaria, es decir, entre los dos grandes motores del modelo argentino de entonces.

En su casa se apostó al conocimiento y a la cultura. Comenzó a estudiar piano. A sus ocho años se subían junto a su hermana al tren que les dejaba en Médanos para estudiar teoría, solfeo y algunas piezas de música. Así llegó un piano a Nicolás Levalle.

En la adolescencia, vinieron la disciplina del Don Bosco y el descubrimiento de que lo más interesante de la misa era el vino que tomaba a escondidas.

En la escuela de Comercio, precozmente, con quince años, descubrió su vocación de docente de la mano de un pedido del profesor Jesús Nieto: “¿usted no quiere dar clase?”. Así tuvo sus primeros alumnos y ya nunca dejaría de enseñar.


Participan: Gabriela Eberle, Daniel Vega y Sheldy Ombrosi.

Fue alumno del Instituto Tecnológico del Sur y por eso participó de las tomas eternas de sus instalaciones hasta obtener, en medio de la fusiladora, la Universidad Nacional del Sur.

Siempre solidario y comprometido como delegado gremial, sea como estudiante o como docente.

Fue por eso que la Triple A fue a buscarlo y lo sentenció de muerte: representaba un modelo de ser humano que la derecha argentina quiso eliminar mediante el terror. Fue por eso que tuvo que exiliarse en Venezuela.


Participan: José Lualdi, Adriana Rodríguez, Alicia Torre y Jaime Linares.

Pero como todo jardinero de pueblo, a Edgardo no dejaban de escapárseles semillas y sembraba aquí o allá. Así vino la facultad de Matemática de Mérida, las tareas de solidaridad desde el exterior.

A su regreso, la democracia todavía estaba poblada de abusadores y no fue reincorporado de inmediato a su cargo docente en la UNS. Por eso aceptó un cargo en la Universidad de Comahue donde, cómo no, ayudó a construir la Conadu Histórica.


Participan Dante Patrignani, Sergio Zaninelli, Juan José González, José Lualdi y Eugenia Justo.

Más cerca de los noventa, de regreso a Bahía Blanca, fue perfilando su trabajo de solidaridad con Cuba a través de la Casa de la Amistad Argentino Cubana.

Mientras tanto, claro está, seguía dando clases.

A su vez, participó de la creación de la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Sur.

Mientras tanto, nuevamente, seguía dando clases pero de mil modos.

Por ejemplo, habiendo leído la historia oficial publicada por la UNS, y contando con un inmenso archivo, además de su memoria, decide escribir “Abandono a la contemplación”, una historia crítica de la creación de la UNS. En ella, el profesor Edgardo busca demostrar el rol imprescindible del estudiantado y de la comunidad en las peleas de creación de esta institución. Busca también demostrar la posibilidad de posiciones autónomas del pueblo, más allá de las dicotomías partidarias de cada época.

Por si fuera poco, dejando de lado muchas cosas que faltan en esta apretada síntesis, militaba políticamente desde el comunismo, y sostuvo esa militancia cuando, luego del, como diría Fidel Castro, “desmerengamiento de la URSS”, se suponía que ser comunista te tiraba del mapa de la historia y que la Historia había terminado.

Todo su prestigio como intelectual, como docente, como profesor lo otorgó a las causas comunes de la humanidad, sin vacilaciones.


Participan: Nélida “Chiqui” Winzer, Julia Giménez, Verónica Gattari, Valeria Canoni, Mariela Dobal, Dante Patrignani y José Lualdi.

FM De la Calle también es hija de su arrojo y Edgardo habló durante muchos años por estos micrófonos.

Por eso hoy estos micrófonos quieren que hablemos de él. No estamos ante un homenaje formal, no estamos siquiera ante un hecho necesario de la comunicación.

Estamos, tal vez, simplemente, dejando en el aire algunas partículas de su memoria para ver si la primavera de su vida puede florecernos ahora, después de su muerte, como una presencia vital de quien ha sabido hacerse un hueco en cada memoria personal y en la memoria política de nuestra comunidad.

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