Lecturas compartidas: Sergio Zaninelli
Milita en la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Sur. Eligió a Pedro Saborido en Una historia del peronismo porque le resultó “un acercamiento muy dúctil y muy divertido” ya que “es muy profundo entender el peronismo”.
En una país en el que –según Saborido- “Perón estaba ahí, del otro lado de la puerta”, el dirigente elije un autor peronista, crítico de la cultura peronista. El contexto de la entrevista fue previo a las elecciones de las que resultó victorioso el Frente de Todos.
“Acá el que es Perón es Macri: es el que los une. Funciona como un Perón”, dice Zaninelli, señalando que la agresividad de las políticas encarnadas por ese grupo de cuadros del rancio empresariado argentino (Cambiemos) resultaron de tal nivel de violencia hacia las clases populares que evidenciaron la necesidad de generar la unidad posible para -al menos- garantizar su no continuidad a través de las urnas.
Si es cierto que “la única verdad es la realidad” es dable pensar que la realidad es tan variable como interpretaciones existan. Dicho de otra forma, hay tantos Perones como visiones de la Argentina pugnen. La realidad arrojó los perones posibles para cada época. Las ilusiones, siguen delirando perones y Argentinas suspendidas en los sueños de millones.
Leímos junto a nuestro invitado: “Cada uno que vea y escucha a Perón tiene que ver y escuchar al Perón que más les guste. Esa es la idea. Si todos ven al Perón que quieren se sentirán felices. ¿Cuál es el Perón ideal? El que dice lo que quieren escuchar, es decir, lo que ya piensan…”.
A su vez, en esta charla abordamos una revisión biográfica, su mirada en torno de la situación del movimiento obrero argentino, el rol de la universidad pública, la primavera democrática, el menemismo, la izquierda roja, el kirchnerismo, el rol del Estado en la transformación social, lo electoral y lo político, su paso por la política partidaria, las complicaciones de la política real,
“Entre lo tierno y lo patético” transcurre nuestra Historia popular, donde finalmente el héroe no devino el sueño colectivo de Oesterheld sino un militar de raíz originaria y proyección capitalista.