Megacausa Zona 5: cuatro represores ampliaron sus indagatorias

Durante la audiencia 74 algunos imputados ampliaron sus declaraciones indagatorias. Hicieron uso de su derecho a defensa José Marcelino Casanovas, Adalberto Osvaldo Bonini, Jorge Horacio Granada y Víctor Raúl Aguirre. El juicio continúa el 30 de noviembre.

Casanovas formó parte del Regimiento de Infantería de Montaña 26 de Junín de los Andes que arribó a Bahía Blanca en marzo del 76. Está detenido en la Prisión Regional Sur U-9 de Neuquén.

“Mi tarea era llevar ropa y calzado y la responsabilidad de cuidar el cargo. En los años 74, 75, 76, 77 pertenecí a la sección Baqueanos pero mis actividades respondían al orden jerárquico del RIM 26. No necesito testigos que den conceptos por mi persona, para eso está mi legajo”, dijo.

Los oficiales de la sección Baqueanos del RIM 26 están señalados por haber participado de guardias en el Centro Clandestino “La Escuelita”. Varios de ellos fueron condenados a prisión perpetua en juicios anteriores.

Adalberto Bonini, quien se desempeñaba en la División Sanidad del Departamento IV Logística del Comando V Cuerpo de Ejército, dijo que “era el único enfermero pero no cumplía funciones de enfermería, eran funciones administrativas”.

El imputado apuntó a deslegitimar la declaración de dos médicos que realizaron el servicio militar obligatorio en aquellos años y testificaron sobre los roles de Bonini y Humberto Adalberti.

Osvaldo Fonti había dicho en 2011 que «Streich, Adalberti y el sargento ayudante (enfermero) Bonini» eran los que tenían acceso al centro clandestino de detención y torturas La Escuelita.

“El dr. Fonti igual que Taranto han dicho que yo les dije que vayan a un lugar al que se negaron, que presuntamente era La Escuelita. Si iban es porque el superior les ordenaba, ¿cómo yo siendo sargento primero podía tener tanto mando como para llevar gente a ese lugar?” dijo Bonini.

El imputado Jorge Granada basó su defensa en los argumentos de declaraciones de Vilas y Azpitarte. En 1974 el acusado comenzó a revistar en el Destacamento de Inteligencia 181, donde fue jefe de la Sección “Actividades Sicológicas Secretas”. Bajo su órbita se hallaba el personal que ejecutaba por propia mano los interrogatorios. La fiscalía presentó pruebas de documentos de inteligencia que acreditan los actos de seguimiento a civiles que llevaba a cabo la unidad que dirigía Granada, condenado a perpetua por su responsabilidad en dicha depenedencia.

“No era mi función ser interrogador, mi especialidad era la parte geográfica. No detuve a nadie”, dijo Víctor Aguirre otro de los imputados que prestó declaración.

Se refirió a un operativo en el cual participó: “Cruciani fue el que los detuvo. Los trajimos en avión hasta Bahía Blanca y se los entregó Cruciani al Coronel Losada”.

“Ser de inteligencia para la fiscalía debe ser un delito, no soy interrogador. Hice los cursos avanzados de inteligencia. No detuve a nadie porque no tengo la capacidad de detener a alguien. Se me acusa de que también maté, 76 muertos. No hay absolutamente nadie que me conozca porque yo no salía del destacamento”, dijo.

Por último, el tribunal reprodujo la declaración de Jorge Mansueto Swendsen, fallecido en 2018. Fue Jefe del Batallón 181 de Comunicaciones desde el 26 de noviembre de 1976 hasta el 30 de diciembre de 1978, murió condenado a prisión perpetua.

Noticias relacionadas