Megafactorías de cerdos: un negocio más sin consulta popular
Acuerdos, megaproyectos, negociados entre gobernantes y empresarios extranjeros. Discursos oficiales sobre inversiones “necesarias” y “desarrollo”, declaraciones contradictorias por parte de todo el aparato estatal que confunden a la población. Nula información y desinformación. Subestimación. Falta de responsabilidad política y ética.
Con este escenario de pandemia, emergencia hídrica, urgencias socioambientales, incertidumbre financiera global y crisis en todo el sistema sanitario y de salud, pensar en que se generen más causales de pandemia parece un absurdo o una acción altamente inconsciente. Mismas acciones con efectos colaterales y directos que pueden y deben prevenirse.
Insistimos desde nuestra columna que no es una queja política- partidaria sino un reclamo justo y emergente de un estado de cosas que ya no da para más. Este modelo de producción y de consumo nos llevó al deterioro socioambiental que estamos viviendo.
Así, surgen muchas preguntas en torno a las megafactorías y a estas pésimas ideas ejecutadas por algunos sectores de la sociedad y del Estado. Pretendemos remarcar la falta de gestión unificada y dirigida al bien común, claramente hablamos de la inexistencia de una política de estado más allá del gobierno de turno. A su inversa podemos afirmar una política dirigida a un modelo extractivista que no es cuento de quejosos activistas ni confabuladores, fundamentalistas o inconformistas, sino que hay evidencia de sobra para decretar que desde los 90 se nos ha llevado a un colapso humano, civilizatorio y existencial del cual es difícil retornar.
Las comunidades Qom, viviendo y poblando la región del Interfluvio, en Chaco son las más afectadas.
Ahora bien, son dos las problemáticas más urgentes y las que conllevan a las demandas de los últimos meses: la crisis hídrica y el avance de la frontera ganadera no sólo de emprendimientos locales sino por la posibilidad inminente de inversiones extranjeras, como es el caso de China.
La región con mayor deforestación es la zona llamada Chaco seco, con bosques semi- áridos, que están en transición entre el Chaco húmedo y el Chaco seco, que pese a la tala indiscriminada y a la deforestación por parcelas aún conserva en algunas partes su manto de bosque nativo. La relación entre la deforestación y la crisis hídrica es notoria y ya pudieron percibirse los efectos de estas causales con el aniquilamiento a gran escala de la selva Amazónica brasileña, con su repercusión en los llamados ríos voladores y la consecuente sequía (más que bajada) del Río Paraná. Vale decir, que la humedad en el monte chaqueño es casi inexistente, es decir, que se mantiene por la que el mismo bosque retiene y así, mantiene su microclima y ecosistema. La fragilidad de los bosques nativos y su biodiversidad como la de los humedales es compleja y de urgente atención consciente y acción de protección por parte del Estado como de todes quienes habitamos el territorio plurinacional.
Así, ante los avances de las tratativas y negociaciones entre la gobernación de Chaco y empresarios chinos, vecines autoconvocades, organizaciones ambientalistas, académicos, activistas y compañeres de comunidades qom y wichí vienen manifestando reclamos, denuncias, movilizaciones y encuentros para informar acerca de las consecuencias de la instalación de este tipo de factorías a gran escala, con maniobras extractivistas y de saqueo del territorio. Al respecto brindan talleres por estos días sobre el Convenio 169 que avala jurídicamente el derecho de las comunidades indígenas a la información sobre acciones en su territorio, como también acerca de la consulta previa, informada, bilingüe y popular ante hechos como el que nos compete en reclamo. De esta forma las comunidades tienen derecho a autorizar o rechazar proyectos semejantes.
Hasta el momento la información es ambigua y contradictoria en cuanto a los detalles del acuerdo, básicamente en lo sustancial, es decir, si se trata de una producción agrícola, ganadera, cría de cerdos, cantidad de madres; consecuencias ambientales en cuanto al excedente y desechos, uso del agua, infraestructura, tamaño material total de la factoría, etc. La falta de información en todos los planos en cuanto a lo social y ambiental es cierta y paradigmática. Este tipo de manipulación de la verdad y desinformación, como subestimación de los pobladores de un territorio es práctica habitual en gobernaciones autoritarias y de estirpe feudal que no deberían continuar curso en un sistema democrático y federal. Recordemos que estas son herramientas básicas del modelo extractivista que padecemos desde los 90.
Finalmente, aclaramos que lo que se defiende no es sólo los árboles sino la vida del bosque en cuanto a su flora y fauna pero también a sus pobladores por el corrimiento de pueblos enteros, el despojo de los mismos, como también el maltrato al vínculo de identidad cultural y humano que estos pobladores mantienen con la Madre Tierra y hace a su ceremonia, forma de vida, costumbres, trabajo, medicina y alimento
No se puede hablar de necesidad de inversiones, de crecimiento económico, de soluciones financieras para un Estado que no recaba en el buen vivir de su gente ni respetándola ni atendiendo a sus necesidades básicas de sana alimentación y respeto por identidades culturales de todos los pueblos que la habitan.
Entender cómo se quiere vivir es fundamental para empezar todes a involucrarnos porque no existe salud individual sin salud colectiva ni del territorio. Porque un emprendimiento semejante trae contaminación para el aire, las aguas, más sequía, y afectación de los suelos. Porque un acuerdo con capitales extranjeros a estos efectos destruye nuestra soberanía plurinacional. Porque no serán accidentes sus consecuencias sino peligros inminentes con evidencias científicas en experiencias en otros países. No hay fronteras ni límites geográficos ni políticos en cuestiones ambientales. Porque un virus zoonótico y futura nueva pandemia no es un delirio sino un efecto directo. Porque desoír, mentir, y engañar no es parte de cómo queremos convivir. Porque es nuestro derecho humano reclamar por nuestra salud en red y fuerza colectiva. Porque queremos justicia social y ambiental, no habrá acuerdo sin consulta previa informada, bilingüe y popular.
Yica Guardia, Columna Conexión Socioambiental. Represento con mis palabras a todes les compañeres que bregamos y defendemos una justicia sociaoambiental digna y consciente.