Nódulos polimetálicos… ¿transición al uso de energías renovables?
Ana Carolina Ronda, investigadora de la UNS y el Instituto Argentino de Oceanografía, participó en la primera evaluación de impacto ambiental de minería en fondos marinos realizada en aguas internacionales del planeta. Su trabajo fue estudiar en el Pacífico Norte.
La científica se embarcó en julio en el Island Pride, un moderno buque de 100 metros de eslora, e integró un grupo que hasta comienzos de octubre navegó en la zona denominada Clarion Clipperton, un área de 4,5 millones de kilómetros cuadrados a la altura del Trópico de Cáncer.
La zona, administrada por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), contiene nódulos formados por varios elementos de tierras raras. Estos nódulos polimetálicos tienen un papel esencial para la transición energética hacia una economía baja en carbono. Cerca de 1 millón de kilómetros cuadrados de ella se han dividido en 16 concesiones mineras a empresas multinacionales que deben realizar estudios de impacto ambiental antes de llevar a cabo su actividad.
Los nódulos polimetálicos son pequeñas rocas con altas concentraciones de metales muy preciados en el campo de las industrias renovables como los autos eléctricos o los paneles solares. Su uso contribuirá a disminuir los gases de efecto invernadero. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos estima que la cantidad total de nódulos en la Zona Clarion Clipperton supera los 21 mil millones de toneladas.
“Estos minerales están en la tierra pero ya están agotados, entonces se está viendo la posibilidad de poder explotar los fondos marinos con estos nódulos polimetálicos. El tema es que están en aguas internacionales, que son un patrimonio de la humanidad”, explicó la investigadora.
Que sean patrimonio de la humanidad significa que ningún país tiene jurisdicción sobre estos lugares, sino que están regulados por la autoridad internacional de los fondos marinos, que es autónoma y participan 167 países. La misma exige a cualquiera que quiera intervenir los fondos marinos, que haga un estudio de impacto ambiental antes de explotar sus bienes comunes.
“Hay muchas empresas mineras interesadas en hacer la explotación de estos recursos y tienen varios contratos, hasta ahora son todos contratos de exploración. Hay un empresa que ya lleva 10 años estudiando la zona, por lo que, con todos los estudios que se vienen haciendo más esta campaña, se terminaría de realizar el informe, que será analizado por la autoridad internacional de los fondos marinos, para la viabilidad de la explotación de estos nódulos. creemos que va llevar un año más la redacción final del informe”.
Actualmente se están estudiando la flora, fauna y condiciones fisicoquímicas de este sector. Con esta última campaña se conoció la manera de extracción de estos nódulos; hay un prototipo que se está utilizando y paralelamente se está estudiando el impacto en los fondos oceánicos. Con dicha información se decidirá sobre su factibilidad.
Modalidad de trabajo del Island Pride
El plantel científico estuvo compuesto por 27 personas –de las cuales 13 eran mujeres- de Escocia, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Australia, Chile, Colombia, Singapur, Tailandia y Argentina, y estaba dividido en grupos. Cada uno trabajó en un área determinada: había de geoquímica, (en el que estaba Ronda), de meiofauna, de macrofauna, de ADN ambiental, de geología y tecnología, y de cámaras landers y trampas de peces.
“Cada equipo estaba compuesto por científicos que trabajaban en contra-turno, porque el barco operaba las 24 horas, los 7 días de la semana. En mi caso, me tocaba de 6 de la mañana a 6 de la tarde. El resto del tiempo era para descansar”, detalló la investigadora.
“En mi opinión creo que es posible explotar estos nódulos que están en el fondo marino. Me preocupa el interés económico que sobrepasa los intereses del patrimonio de la humanidad. Algunas empresas son más codiciosas que lo que la naturaleza puede proveer. Es posible hacerlo de manera sustentable con estudios de impacto ambiental”, manifestó.