Nuestros abortos no vuelven más al clóset

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(Por Giuliana Crucianelli) Ayer en las inmediaciones del Congreso hice cola para todo porque nada alcanzaba.

Fui a un baño que encontré y por supuesto no era la excepción. Las chicas que estaban adelante mío estaban comentando que una conocida se hizo un aborto con misoprostol con recomendaciones de una médica que le había dicho “ponete dos en la boca y cuatro en la vagina” y comentaban que por suerte funcionó.

Yo, que estaba inmediatamente atrás de estas pibas, no pude disimular mí cara fastidio y asombro, ellas respondieron con una risa nerviosa y me miraron. Es muy peligroso hacerlo de esa manera, les dije. Son 12 pastillas. 4 cada 3 horas, debajo de la lengua. Siempre en la boca. Y esperar media hora a qué se disuelva. Y que te produce ? Me preguntó una. Contracciones, le contesté. Son como cuando tenés cólicos, ubicas ? Dolores que van y vienen. Podes tomar ibu.

Y por qué entonces le dijo eso la médica? Preguntó una.

Y, que se yo. Tal vez por ignorancia o porque quería darle una lección. Cómo un castigo, le respondió la otra.

Si, dijo la de al lado. Cómo un castigo. Nos quieren castigar por ser mujeres. Nos quieren obligar a la muerte. Por qué imagínate que le pasaba algo ? Ella hizo lo que le dijo un médico. Qué se iba a imaginar que era falso. Eso quieren: castigarnos.

Yo permanecía en silencio mientras ellas dialogaban conmigo y con ellas mismas.

Ojalá que salga esta ley, yo estaba en contra hasta que me enteré que mí mejor amiga abortó y nunca me lo dijo porque sabía lo que yo opinaba. Y lo hizo sola, sin mí digamos, porque sabía cuál era mí opinión. Y la pasó re mal. Fue el cierre de una de ellas hasta que una voz nos interrumpió: Che, chicas, ustedes están en la cola del baño? Si, le decimos a coro.

Acto seguido ellas entran al baño, yo me quedo esperando.

Cuando se van me dicen, ojalá que salga esta ley. Así mí amiga ya sabe que cuenta conmigo.

Y la otra responde: y con un montón de pibas más.

Y así como nosotras hablamos de aborto en la cola de un baño público, otras lo hacen en la cola de un supermercado, esperando el bondi, en el recreo de la escuela, en el aula tambien. En la oficina, en el campo, a la salida de misa, en la cola del banco, en el mate de la mañana.

Está marea verde logró sacar a los abortos de clóset. Logró poner nuestra subjetividad en primer plano. Logró que podamos decir que abortamos sin temor a ser juzgadas, sabiendo que hay alguien allá afuera o acá adentro que nos va a entender.

Esa es nuestra victoria, como así lo es el movimiento de pibitxs organizadxs e independientes que aprendieron de política y organización con esta ley. Estoy segura de que en las próximas elecciones no se van a olvidar la cara ni el nombre de lxs senadores que avalaron el aborto clandestino y que nos despreciaron abiertamente frente a los ojos del mundo.

Nuestros cuerpos son políticos, nuestros abortos también. El feminismo logró politizarlos y ponerlos en el medio del asunto. Discutan esto. Por qué discutir aborto si o no, no es válido.

Nuestros abortos no vuelven más al clóset.

#VaASerLey

Mientras tanto en Bahía Blanca…