Nuñez Fariña: “La justicia no tiene herramientas para saber quién fue”

A 1 año del atentado que sufrió el titular de Región Sanitaria I, en el cual prendieron fuego el frente de su casa, destacó la falta de resolución e identificación de los autores. También apuntó contra el Municipio por el mal funcionamiento de las cámaras.

El domingo se cumplirá el primer aniversario del episodio ocurrido en la vivienda de Maximiliano Nuñez Fariña, en el contexto de una seguidilla de hechos de violencia política.

En el caso del funcionario provincial, al igual que los ataques contra la referente mapuche Olga Curipan, habían aparecido panfletos con la firma de una agrupación fascista autodenominada “Comando de Restauración Nacional ‘Mohamed Alí Seineldín'”.

La justicia federal procesó a un grupo de personas que se expresaban violentamente en contra de las vacunas y las medidas sanitarias en el marco de la pandemia de Covid-19. La jueza Gabriela Marrón les imputó pertenecer a una asociación ilícita, intimidación pública, amenazas coactivas agravadas, incitación a la violencia colectiva y falsificación de documentos, entre otros delitos.

Sin embargo, en su fallo reconoció que “resta definir lo que concierne a los autores materiales de los diferentes atentados, además de los restantes integrantes del ‘Comando de Restauración Nacional’ (“CRN”), asociación ilícita destinada a combatir ideologías, entre otros instigadores, autores, coautores, cómplices primarios, partícipes secundarios, encubridores”.

 ¿Cómo transcurrió la investigación durante estos meses?

Para mí el 8 de enero es uno de los peores días de mi vida. Lo peor es cuando falleció mi padre, pero esto también creo que es uno de los peores días, más que todo por el entorno familiar porque uno sabe qué es lo que pudo haber pasado. A raíz de ahí, te puedo decir que hubo movimiento en la causa, pero muy difícil cuando no tenés todas las herramientas para poder visibilizar o ver quiénes fueron los artífices del momento.

Esto forma parte de un proceso de intimidación y atentados, había muchos profesionales de la salud identificados con domicilio, nombre y apellido. La justicia se centró en un grupo vinculado a antivacunas, a falsificadores de los pases sanitarios, con algún tipo de relación con este supuesto ‘comando de restauración nacional’. A vos, como víctima, ¿te informaron algo sobre el expediente?

Me han informado e indicado por dónde iba la causa. A raíz de cada una de las intervenciones en teléfonos, computadoras, se han abierto otras causas pequeñas en relación a esto y otras problemáticas. He estado en contacto, no tienen respuesta de lo que es personalmente mío.

Lo que tengo claro es que esto deja una herida en la familia porque hay un temor de mis hijos, no pasa una vez a la semana que cuando entro a mi casa recuerdo lo que pasó. A todos les pasa.

No es bueno, no es aconsejable que la gente se olvide de esto, hay que mantenerlo y buscar una solución. Para todas aquellas personas que estaban escritas con sus número de domicilio y el lugar donde trabajaban, es una intimidación muy importante.

“Lo importante es que no quede impune. Que la gente no se olvide las cosas que han pasado en Bahía Blanca, que no han tenido resolución”

¿Cuando mencionaste que faltaban elementos te refería a recursos para poder desarrollar la investigación o al desarrollo de las hipótesis?

Como se encaró no creo que haya estado mal, sí creo que no tiene elementos no la justicia sino la ciudad, porque explotó un edificio a pocas cuadras del centro -NdR: en el local de La Cámpora de Donado y Berutti- y nunca se supo quién fue. Pusieron un artefacto explosivo en otro lugar, -un local del FdT- en calle Lavalle y tampoco se pudo visibilizar nada.

Sí puedo ayudar yo con las cámaras que tengo adentro de casa y con las cámaras del barrio, pero si la ciudad no tiene una protección o no tiene un aro de protección es muy difícil para la justicia. Por lo que me dijeron en su momento, había 200 cámaras funcionando y pocas se veían con nitidez, entonces es difícil poder llegar a una resolución cuando no tienen elementos.

Si uno dice vi un auto y cuando vas a mirar, se ve nublado o la cámara está sucia, ahí tenés pauta de que no tenés contralor, no tenés forma de llegar a visibilizar y es difícil ver con qué vehículo se están movilizando.

En lo personal, el sistema -de seguridad- mío lo cambié todo, porque uno piensa de una manera, las cámaras, o no está preparado uno o la gente que te las instala no está preparada. Lo que uno quiere hacer es proteger hacia afuera. Lo que viene desde afuera hacia adentro y uno cuando está en su casa quiere ver desde la puerta de su casa para afuera. Yo teniendo casi 40 metros del portón, lo que se veía era el portón y un poquito más hacia afuera. Hoy se ve todo.

Son conductas que tuvimos que cambiar, mi familia cambió conductas de vida.

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La respuesta política, institucional, en su momento fue tras el atentado a La Cámpora, mismo ante los atentados que hubo, manifestaciones de distintos sectores políticos e institucionales pero después desaparece de la agenda, ¿falta énfasis, preocupación por la resolución de los hechos?

Lo que es el contexto político en cada lugar me han saludado y me han recordado que no hay que olvidarse de lo que pasó, con cualquier color político y religioso. Nunca pensé la cantidad de gente que sabía la magnitud de lo que me había pasado.

Uno se da cuenta a la distancia, lo grave que fue y pudiera haber sido más grave, si ese artefacto, a pocos metros estaba la toma de gas de la propiedad y al lado una toma eléctrica. La respuesta política la he tenido, lo que no ha tenido la justicia son herramientas para saber quién fue y qué grupo lo ideó.

Sí sé que está trabajando, he tenido distintas charlas con distintos jueces pero sé no es fácil para ellos cuando no tenés que el Estado municipal ayude con herramientas que tiene que brindar. Sí la sociedad en su conjunto me ha ayudado porque ha mandado videos para poder hacer seguimiento.

¿Siguen existiendo inconvenientes con grupos antivacuna o cesaron con el levantamiento de las medidas?

Era un grupo, no había mucho más. Era un grupo reducido que quería hacer ruido y en el caso mío fue literal.

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