Bahía Blanca: el 44,7% de las trabajadoras de medios sufrió violencia en el ámbito laboral

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(Por Giuliana Crucianelli) La Red de Comunicadoras de la ciudad realizó una encuesta a trabajadoras de los medios locales cuyos resultados relevaron datos sociodemocragráficos, condiciones de trabajo y situaciones de violencia en el contexto laboral.

El primer análisis de los datos fue presentado esta tarde en el marco del Día Internacional por la No Violencia hacia Mujeres, Niñas y Niñes. Próximamente difundirán un anecdotario.

El relevamiento fue dirigido a mujeres que trabajen o hayan trabajado en medios de comunicación. De 120 consultadas el porcentaje de respuesta fue cercano al 70%. Los datos fueron registrados de manera anónima.

“En medio de una cobertura periodística me dijo: ‘¿cuándo cogemos?’”.

Uno de los datos más relevantes es que “el 44,7% de las encuestadas afirma haber sufrido alguna situación de violencia en su puesto de trabajo. Además, un 17,6% demostró dudas al responder esta pregunta optando por “Tal vez”. En total, un 62,3 % de las mujeres parece haber sufrido algún tipo de violencia en el lugar de trabajo”.

Se registraron casos de violencia simbólica (si la trabajadora se sintió descalificada por ser mujer/otrx frente a varones) -la sufrieron 35 personas- hasta violencia física -2 de las mujeres que contestaron- pasando por todo un abanico de violencias (psicológica, acoso, económica y sexual).

Por otro lado, desde la Red reflexionaron sobre el porcentaje de quienes respondieron ‘Tal vez’. Señalaron que probablemente se deba a que no pueden reconocer alguna de las violencias o, pese a que la encuesta sea anónima, no se animan a contarlo.

“Las mujeres no tienen que conducir ni en la calle, ni en la radio”.

Más de la mitad aseguró que en sus espacios laborales hay entre 10 y 30 hombres y el 80,7% respondió que realiza sus tareas en espacios donde la participación de las mujeres es escasa, ya que se limita a entre 1 y 10. Además, 8 de cada 10 encuestadas afirma que su superior es un varón.

Sólo 4 de las 85 mencionaron ocupar un puesto jerárquico y solamente una describió que en su cargo tiene injerencia en los contenidos periodísticos. Esto ocurre pese a que casi el 80% de las encuestadas cuenta con estudios terciarios y/o universitarios completos, un nivel promedio de educación mucho más alto que casi cualquier sector de la economía.

“No te renovamos el contrato porque sos gorda, para la cámara necesitamos flacas”.

Respecto a las condiciones laborales, la mitad de las trabajadoras lo hace en alguna condición de precariedad (desde el no registro absoluto hasta situaciones de precariedad más “formales” como contratos de tiempo determinado o facturación a través de monotributo).

Casi la mitad de las encuestadas aseguró tener una segunda fuente de ingreso y, en su mayoría, es fuera de los medios. Cerca del 60% de las encuestadas afirmó trabajar jornada laboral completa (8 horas diarias) y/o más. Esto denota una sobrecarga al sumar ambos trabajos a la jornada de trabajo no remunerado que suelen realizar las mujeres.

En relación a la composición de los medios en los cales se desarrollan las comunicadoras encuestadas, señalaron que 7 de cada 10 trabajan en empresas de comunicación o medios privados. Sólo un 11,8% trabaja en medios comunitarios cooperativos y un 10,6 % en medios públicos.

De estos datos se desprende un alto nivel de precarización laboral, combinado con diferentes violencias que han sufrido en un alto porcentaje. Se preguntan: “¿Cuánto tiempo laboral destinamos al sostenimiento de la vida? ¿Bajo qué condiciones? ¿Cuánto vale nuestra elevada formación en nuestras carreras profesionales? ¿Dónde y con qué acompañamiento cuentan las personas que denuncian estas desigualdades? ¿Puede el Estado financiar estas prácticas de opresión y discriminación laboral a través de la pauta publicitaria oficial?”.

La Red de Comunicadoras se comprometió a seguir trabajando: “Esta labor tendrá continuidad porque lo que nos pasó y pasa a las trabajadoras de la comunicación locales en nuestros trabajos no es una sensación individual sino una realidad colectiva”.

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