Caso Bongiovanni: “Si podemos hacer algo para que no se repita lo tenemos que hacer ahora”
María Fernanda Berón fue directora del colegio San Francisco hasta 2005. Renunció tras la designación de Juan Matías Bongiovanni como coordinador de la pastoral de polimodal. “Tenía la preocupación porque el trato (con las alumnas) no era un trato docente”, afirmó en FM De la Calle.
Bongiovanni fue declarado culpable por un jurado popular por tres episodios de abuso sexual agravado contra dos ex alumnas. El 31 se realizará la audiencia de cesura en la cual las partes pedirán el monto de la pena y, luego, la jueza Claudia Fortunatti deberá decidir la cantidad de años de condena.
“Cuando comenté una publicación dije ‘pensar que dejé la dirección de una escuela por situaciones relacionadas con esto’. Con la detención en Suárez fue un momento de quiebre y de volver al pasado y ser consciente de que la historia no pasa en vano, que se abre camino de maneras impensadas pero que no podrían ocurrir si cada uno, cada una, no nos hiciéramos cargo de tomar un papel en eso”, dijo la docente.
Berón contó que ante el veredicto de culpabilidad “lo que sentía era como que en el proceso de las chicas pedían la palabra de algún adulto que dijera algo. Ni lo sospechábamos, ni lo sabíamos. Sí nos dábamos cuenta que el trato no era docente, había algún comentario entre nosotros, te hace ruido”.
La docente señaló que en el 2005 “se me comunica que Bongiovanni había sido designado como coordinador de pastoral para polimodal, tenía la preocupación porque el trato no era un trato docente. En esos días en que ya estábamos en disputa con las autoridades por lo que pasaba, Bongiovanni ya era coordinador nombrado, apareció en un pasillo, salí de la dirección y lo vi. Son situaciones que dan la sensación, no se puede afirmar más allá de eso. Yo vi que tomó por la cintura a una alumna. Ese momento fue terminal”.
“Todo eso es lo que actualizo cuando se dio la detención. Creo que lo que lograron este grupo de ex alumnas tiene ese peso. En el 2005 podíamos pensar que el trato no era docente pero nunca pensamos un delito. Lo que las chicas pusieron adelante tiene que ver con hacernos cargos, ¿cómo las van a acusar de denuncias falsas si estas personas recorrían escuelas y muchos decíamos mmm? Si te cuento la cantidad de gente que dice que eran cosas incómodas…”, aseguró.
La docente destacó que “hay que darle valor a lo que las chicas lograron y acompañar desde esa palabra, decir que esto nos está diciendo que la escuela no puede haber alguien ‘confianzudo’. Si estás viendo algún trato que no es conveniente o que no compartís, tenés que buscar ayuda. Si podemos hacer algo para que eso no se repita lo tenemos que hacer ahora, esta es la oportunidad de revisar incluso para todos los que estuvieron en 2005”.
“Estoy acá porque me parece que lo que se logró y lo que se puede lograr es importante y me trasciende a mí y las trasciende a ellas. Si no tuviste esta oportunidad en 2005 la tenés ahora, como adulto, adulta. En aquel momento pude haber tomado una decisión personal, hoy que tenés la posibilidad de revisar aquello, ¿te vas a quedar en el mismo lugar que en el 2005?”, reflexionó.
- ¿Hay componentes extra en una comunidad educativa vinculada a lo religioso en cuanto al silencio sobre las denuncias de abuso?
El silencio o el no avisar, o el no canalizar algo que te preocupa, lo que termina configurando es una red de silencios que al final… cómplice es algo jurídico, pero participar de eso hace que eso se reproduzca. Lo condenamos pero cuando tenemos el momento de que eso, no sé si se corrija pero te está interpelando a vos, me parece que está bueno ponerle el cuerpo.
- ¿Qué cambió en todos estos años?
Lo que produjeron las chicas y el juicio es un hito para que nosotros, nosotras, en las instituciones nos corramos, ya no hay alguien confianzudo. Eso no puede ser educativo. Instituciones, docentes, ¿qué sería un trato educativo? ¿qué no sería un trato educativo? Me parece que de ahora en adelante nada va a ser igual.