Conclusiones e interrogantes del informe de la Red de Comunicadoras

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La Red de Comunicadoras de Bahía Blanca presentó ayer los resultados de una encuesta realizada a 120 trabajadoras de medios locales. Estas son sus conclusiones y algunos interrogantes que plantean las periodistas.

– En los medios de comunicación local, al igual que en otros ámbitos del mercado laboral, las mujeres no trabajan en un marco de paridad.

– Los medios locales están compuestos mayoritariamente por varones.

– Las trabajadoras de la comunicación poseen amplia formación académica y pese a ello no acceden a puestos jerárquicos de decisión.

– Solamente una de las encuestadas afirmó tener un puesto de decisión en cuestiones de contenido periodístico.

– Que los medios estén compuestos y dirigidos mayoritariamente por varones da cuenta del “techo de cristal”, es decir de los límites en la carrera profesional para las trabajadoras, pero no se trata solamente de una cuestión de poder en un esquema jerárquico. Lo que está en juego es la posibilidad de generar contenidos, prácticas y significaciones que tiendan a deconstruir la desigualdad.

– Las disidencias sexuales no están representadas en los medios locales.

– “La mayoría de las trabajadoras tiene un segundo trabajo por fuera de los medios, lo que demanda preguntarnos: ¿cuánto tiempo laboral destinamos al sostenimiento de la vida? ¿bajo qué condiciones? ¿cuánto vale nuestra elevada formación aquí recopilada en nuestras carreras profesionales?”.

– Existe una naturalización de la precarización y falta de exigencia ante el no cumplimiento de los derechos laborales.

– Las trabajadoras son la variable precarizada en la mayoría de los puestos de trabajo.

– Las violencias y realidades de desigualdad que se viven son más notorias en los medios privados. Vale destacar que son los medios privados los que se llevan el mayor monto de la pauta oficial de publicidad.

Estos resultados convocan a reflexionar sobre qué incidencia real tienen en los medios locales de comunicación, las normativas vigentes sobre equidad de género e igualdad de oportunidades.

¿A quiénes les cabe la responsabilidad de hacerlas cumplir?

¿Dónde y con qué acompañamiento cuentan las personas que denuncian estas desigualdades?

¿Puede el Estado financiar estas prácticas de opresión y discriminación laboral
a través de la pauta publicitaria oficial?

Develar esta trama y enfrentarla colectivamente será nuestro compromiso como Red de Comunicadoras Bahía Blanca.

Esta labor tendrá continuidad porque lo que nos pasó y pasa a las trabajadoras de la comunicación locales en nuestros trabajos no es una sensación individual sino una realidad colectiva.