Doctorado Honoris Causa a David Cilleruelo: “Watu está más vivo que nunca”

La UNS entregó el Doctorado Honoris Causa Post Mortem a David Cilleruelo. “Watu” era dirigente de la Federación Juvenil Comunista, había sido electo secretario de la Federación Universitaria del Sur y estudiaba ingeniería cuando fue asesinado por la Triple A en un pasillo de Alem 1253. “A pesar de su corta vida supo sembrar semilla de manera tal que, 46 años después, su memoria y legado viven en cada uno de sus compañeros y compañeras”, dijo su hermana al recibir el diploma.

En el acto estuvieron presentes familiares, amistades, compañeros y compañeras de militancia de David y también autoridades de la UNS.

“No sabemos cómo hubiera sido Watu, quizás tendría hijos y nietos, pero seguramente no hubiera abandonado la política porque creía que ella era una herramienta fundamental para la trasformación de la sociedad. Quizás sería docente de alguna escuela o universidad. No lo sabemos ni lo sabremos porque -como dice Atahualpa- ese camino con infinita llegada que tenía por delante fue demolido un 3 de abril de 1975”, dijo el rector Daniel Vega.

Agregó que “sin duda para nuestra institución el asesinato de Watu es el hecho de mayor significancia simbólica del terrorismo de Estado pero no fue el único, muchos otros estudiantes, docentes, no docentes, lo sufrieron. Hoy nos acompaña Raquel y su nombre representa a todas aquellas familias que, como la suya, sufrieron en carne propia el terrorismo de Estado en nuestra casa. Este título Honoris Causa que representa el que la UNS debió haberle entregado en su momento a Watu se lo entregaremos a ella como una forma de reparación”.

Fortunato Mallimacci integró la comisión ad hoc que evaluó la entrega del título.

Por su parte, Raquel Cilleruelo destacó que “este año lo estamos cerrando un poco más sanos, no tan rotos como estuvimos durante más de 40 años donde todo parecía inalcanzable. El juicio y su condena a los acusados, llega para subsanar tanta injusticia. Confío que seguirán el mismo camino los que están en marcha y los que puedan realizarse de aquí en más”.

Agradeció a quienes acompañaron a su familia durante los 46 años que llevó lograr la condena a algunos de los responsables y leyó las palabras que le envió Daniel Argibay, hijo de Jorge y hermano de Pablo -dos de los asesinos muertos impunes- quien repudió su accionar en su testimonio durante el juicio Triple A.

“Creo en el milagro de haberlos cruzado en la vida, creo en lo valorable de esta reparación y homenaje a la memoria de Watu, creo que podremos transmitir a nuestros hijos y nietos lo que significó el horror de lo que vivimos para que nunca más se repita nada parecido, para que nadie nunca jamás dude de la libertad de la justicia y la paz”.

“Creo que estamos todos más fortalecidos, sentimos que Watu está más vivo que nunca, que a pesar de su corta vida supo sembrar semilla de manera tal que, 46 años después, su memoria y legado viven en cada uno de sus compañeros y compañeras que siguen su ejemplo y su lucha”, concluyó.

Alberto Rodríguez, amigo y compañero de militancia en la Federación Juvenil Comunista, colocó en el escenario la guitarra con la que Watu tocaba en las peñas universitarias y rememoró las largas asambleas estudiantiles que se realizaban en el salón de actos donde transcurrió el acto.

“Watu venía con el influjo de la revolución cubana, con Fidel, con el Che, con la Revolución de Octubre. La seguimos reivindicando porque fue la revolución de las masas obreras que tomar el poder y por la lucha del heroico pueblo de Vietnam. Y por eso se afilió al Partido y a la Federación Comunista, con su guitarra nos hacía cantar las canciones de nuestros poetas”.

“También fue asumiendo su rol de dirigente estudiantil, con serenidad y amplitud, con contradicciones pero sin soberbia, participó como dirigente de la Federación junto a otras fuerzas políticas en la construcción de los centros de estudiantes de Ingeniería. Nuestra generación fue diezmada por una plaga de seres humanos, ellos estaban constituidos por civiles, empresarios, religiosos, militares y embajadores. Una masacre planificada, de exterminio de hombres y mujeres, de ideas y sueños por construir una sociedad más justa para las generaciones futuras”, afirmó.

Noticias relacionadas