“El Camino de Martín Negri” se estrena en Bahía Blanca

El segundo trabajo audiovisual dirigido por el abogado Leandro Aparicio llega a Bahía Blanca premiado como mejor ficción en el Festival Internacional de Derechos Humanos y Ecología de Panamá. Se proyectará este jueves a las 19 en la Plaza de la Resistencia y la Memoria/ del Sol/ Lavalle con entrada libre y gratuita.

“El Camino de Martín Negri” es una ficción documental sobre la telaraña burocrática y la red de corrupción tejidas para que las grandes empresas del polo industrial bahiense evadan su responsabilidad ambiental.

La actividad es organizada por FM De la Calle con la adhesión de la Coordinadora Socioambiental Bahía Blanca, CTA, Suteba, ADUNS, UMSur y la Asociación Argentina de Actores y Actrices.

“Martín era un ingeniero agrónomo, que era inspector del OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible) y que ejercía el control en una amplia zona del sur de la provincia de Buenos Aires: desde Patagones hasta Tres Arroyos, donde la parte álgida de su trabajo estaba en el Polo Petroquímico de Ingeniero White”.

“En función de una causa en la que yo estaba (una demanda contra Petrobras), gracias a un colega, me entero de su existencia y al conocerlo me cuenta su situación. Había sido perseguido y hostigado en el OPDS. Estaba en una situación híbrida de estar en planta permanente y no tener trabajo, y además, estaba siendo objeto de un sumario. Después de 2 o 3 conversaciones me informó y me dio toda la documentación que me servía en gran parte para la causa que yo tenía; declaró como testigo de identidad reservada y finalmente, bueno, se produce un desenlace trágico (el 13 de octubre de 2012, con 40 años, Martín se suicida). Posteriormente conozco a la madre y al padrastro, me dan mucha información, no sé si tanto relacionada con la causa que yo tenía, sino con la vida de él y, a partir de ahí, con otros amigos empezamos a hacer este proyecto que nos llevó 6 años y que fue muy interesante en cuanto a la cantidad de información de que dispones, cómo la utilizas, porque los tiempos en el cine son tiranos. He tenido que sufrir todas esas experiencias donde todos los profesionales que dicen: “esto no se puede hacer así, se puede de otra manera”, finalmente después de muchos intentos de ver cómo contarla pudimos dar un cierre y eso es lo que queremos mostrar a la gente que puede ir a ver la película y enriquecernos también con sus comentarios, porque esto es un poco un ida y vuelta, ¿no?”.

“La película tiene varias aristas, son distintas cosas que pasaron por mi cabeza a la hora de plantear esta cuestión y justo ciertas circunstancias entraban también un poco con alguna cuestión personal mía y lo utilizamos para poder ser más claros, por eso decidimos contarlo como un narrador testigo en tercera persona relatando la historia de otro”.

“Hay alguna especie de humor, algo ácido pero necesario para combinar porque la película es muy fuerte y despierta ciertas situaciones muy bajoneantes para quien va a verla sin aviso. Tampoco hemos caído en el ‘golpe bajo’, el dolor hay que contarlo como dolor, pero no hay que quedarse en eso”.

“Todo esto es una gran mentira. Para que se entienda: las empresas pagan una tasa ambiental a quienes deberían controlarlas. Eso es una especie de extorsión”.

¿Con qué tipo de debate se va a encontrar el espectador?

En la película de Daniel Solano, hay una foto de los policías con un epígrafe que dice: “¿Quién nos cuida de quien nos cuida?”. Acá vendría a ser: “¿Quién cuida a los que nos cuidan?”. ¿Qué pasa cuando una persona quiere hacer su trabajo y hasta el mismo universo parece que complota contra él? ¿Qué es lo que está pasando en Bahía Blanca? ¿Qué tipo de ciudad queremos?

Bahía Blanca es pionera en algunas situaciones novedosas, como esto de la “Responsabilidad Social Empresaria”. Tenemos información de lo que está pasando en este momento. ¿Puede que algún partido u otro cambie la situación de lo que pasa en el Polo Petroquímico, según gane Macri, Scioli, Alberto Fernández o quien sea, o esto es algo que no va a cambiar? En definitiva, ¿En dónde estamos parados?

“Creo que estamos en una zona de sacrificio, y sin ningún tipo de control ni protección. Eso es lo que plantea la película”.

Todo esto es una gran mentira. Para que se entienda: las empresas pagan una tasa ambiental a quienes deberían controlarlas. Eso, es una especie de extorsión. Estoy hablando del CTE, del control técnico de monitoreo que en definitiva no pueden sancionar. Aunque en realidad sí pueden porque así lo habilita una resolución de Scioli, donde las localidades de Avellaneda y Bahía Blanca podrían controlar, infraccionar y clausurar empresas de tercera categoría, pero acá sólo lo hicieron con Petrobras en una sola ocasión. El OPDS no controla y las empresas no pagan un centavo de multa porque el OPDS tiene un sistema perverso. Para quien no lo entienda el OPDS es la caja negra de los políticos. Bueno, oficialmente sería el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible, que debería cuidarnos de todas las contaminaciones. Este organismo tiene un mecanismo perverso donde van dando vueltas los expedientes y cuando finalmente llegan al juez, este las termina prescribiendo. En definitiva, ninguna empresa del polo petroquímico paga un sólo peso de multa a la justicia. Podemos tener otro caso, que es el de los pescadores artesanales de Ingeniero White, hace 10 años están intentando ir por la vía penal con un fiscal afín a las empresas.

Entonces, está claro que estamos totalmente indefensos, nos custodian una manga de inescrupulosos y corruptos, que están usufructuando y llenándose de plata “4 vivos” como dice un personaje de la película. Ojalá que nunca pase nada porque el día que pase algo acá, vamos a ver un gran desfile de hipocresía diciendo cosas que se podrían haber hecho y no se hicieron.

“Esto empieza cuando el Estado argentino entra en crisis a fines del 2000. Todo el control, y específicamente acá en Bahía, pasa a manos de un grupo empresario, que es lo que fomenta la responsabilidad social empresaria y entonces ponen arbolitos en White, ponen cosas en las placitas, nos hacen correr a todos como en Reyes con el logo de las empresas. Eso es la gran hipocresía que quiere mostrar esta película.

El desencadenante es lo que ocurre en Petrobras, la explosión de la matera, con un trabajador fallecido y otro gravemente herido. Pero  viene de todo un proceso de habituales incidentes y explosiones que son traducidos, minimizados o explicados por funcionarios como si fueran los voceros de las empresas. Estamos hablando de tiempos de Scioli y Breitenstein (en la gobernación y la intendencia) y particularmente en el CTE de Rey Saravia. ¿Cómo fue la intervención en la clausura de Petrobras?

En esta situación muchas veces sucede que tenemos controladores municipales (Rey Saravia) y controladores provinciales. En el OPDS, antes había estado el hermano del gobernador Scioli y posteriormente puso a un intendente de Pilar que, era de su riñón, se llamaba (José) Molina.

Todas esas cuestiones de seguridad de las empresas las arreglaban. Se vendían los certificados de aptitud ambiental, vos ibas y los comprabas. En esta causa concretamente, cuando clausuramos, metimos un amparo que nos rechazaron, pero debían haberlo clausurado porque surgía que Petrobras -y estoy hablando de Petrobras eh- tenía el certificado de afluentes gaseosos vencido desde hace 4 años y el de aptitud ambiental vencido hace 10 años.

Entonces, cuando presentamos un nuevo amparo, el juez de esa ocasión (que entiendo un juez imparcial, normal, no un abanderado de los derechos ecológicos y demás), vio que no podía estar funcionando así la central y la clausuró. La clausura duró dos semanas, pero porque tardaron una semana en cerrar la planta y otra semana en abrirla, los certificados habilitantes aparecieron a las 72 horas.

¿Cómo fue el proceso de producción de la película?

Fueron 6 años de trabajo. Primero yo tratando de hacer el guion, toda la historia. Después, encontrar la gente para llevarla adelante. Pedimos un subsidio al INCAA y nos dijeron que no. Entendimos que algunas de las cosas que nos apuntaron eran aceptables y otras entendimos que no, que podíamos hacerlas y, de hecho, las hicimos. Pudimos hacer la película como queríamos nosotros, es decir, con actuaciones sobre esos audios (NdA: 500 horas de grabación que Negri registró cuando conversaba telefónicamente con funcionarios, miembros del OPDS, allegados y hasta con el propio Aparicio). Luego, yo recibí ayuda de algunos amigos y también la fui haciendo a medida que conseguía plata, entonces ahí filmábamos. La última jornada de filmación fue en 2019 y a partir de ahí cerramos.

Realmente en cierto sentido es una película con algunas cuestiones experimentales, ya que se construye en base a los audios de Martín. Fue muy complejo determinar cómo íbamos a dar la información, luego, cómo construir el personaje en base a esa información, definir a los secundarios. Es una película que duro 6 años para filmar, el actor principal que hacía de Martín tuvo muchas dificultades para hacerlo, así que tuvimos que conseguir otro actor.

Hay cuestiones estéticas que he tratado de “robar” de algunos directores que me gustan mucho. Siempre estuve secundado por 3 directores reales de cine como Julián Cantaro (el Chulo), Rafael Guzmán (el Ruso), y Nico Canale, que han venido a filmar en mi pueblo, que han filmado acá en Bahía, en White, en Buenos Aires. Fue un gran desafío, incluso para muchos actores profesionales como Martín Pavlovsky actuar de esta manera, porque requiere de los actores otro tipo de herramientas que no son muy comunes y que eran muy desgastantes para ellos.

Realmente estamos muy satisfechos con la actuación de todas estas personas que se han puesto la película al hombro, como mi primo que ha hecho de carancho (al igual que yo), de inspector, y ha hecho toda la música incidental de la película porque, más allá de los temas populares que hemos puesto, toda la música es de mi primo Juan Pedro Santoro que es un genio, y no me imaginaba que se iba a entusiasmar tanto con la película e iba a terminar componiendo la música de principio a fin.

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